El Senado pide reducir los 8 millones de toneladas de comida que acaba en la basura cada año

La Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Senado ha acordado hoy pedir al Gobierno que estudie medidas normativas para la reducción del despilfarro alimenticio, salvo en el caso de los alimentos caducados.

Se trata de una propuesta firmada por todos los grupos y que modifica la moción inicial que había presentado el PP.

La propuesta pide también impulsar medidas de reutilización y reciclaje de productos alimentarios que no sean aptos para el consumo humano, beneficiando la economía y el medio ambiente.

El texto aprobado solicita propiciar la colaboración del gobierno central con las administraciones territoriales y con los distintos agentes implicados (industria, distribución, asociaciones de consumidores, bancos de alimentos...) y continuar trabajando en la estrategia aprobada por el Ministerio de Agricultura en 2013 “Más alimentos, menos desperdicios” en materia de sensibilización.

En la defensa de la moción inicial del PP, la senadora Asunción Sánchez ha señalado que, según datos de la Comisión Europea, cada año se desechan en España 7,7 millones de toneladas de alimentos, lo que supone unas mil toneladas desperdiciadas cada día.

Sánchez ha resaltado su preocupación por la falta de alimentos en muchas familias y ha ahondado en la necesidad de tomar decisiones que promuevan la redistribución de alimentos desechados con un “objetivo claro”: reducir el desperdicio alimenticio en beneficio del desarrollo sostenible y de las personas que necesitan esos alimentos.

El grupo socialista ha presentado una enmienda a la moción, que ha servido de base para la que finalmente se ha acordado, al considerar que la iniciativa inicial del PP era una declaración de buenas intenciones cuando “la gravedad” del problema requiere “acuerdos firmes y una clara voluntad de darle solución”.

“Estamos aquí para ir más allá, dar soluciones estables y poner fin” al despilfarro alimenticio, un hecho “grave” que requiere de una norma legal que prohíba la destrucción sistemática de los alimentos y debe ser con carácter inmediato, ha señalado la senadora socialista Ana María Pérez Castilleja.

En su enmienda proponía obligar a las empresas distribuidoras a ser transparentes y a hacer público el destino de los alimentos y a establecer un régimen sancionador en caso no lo cumplan, un punto que no ha sido aceptado por el PP.

Por el grupo mixto, María del Mar Julios (CC), ha puesto de manifiesto “la cara y la cruz” de un modelo de sociedad en el que una parte despilfarra alimentos mientras otra parte carece de ellos, en tanto que Nerea Ahedo (PNV) ha pedido una reflexión sobre qué se va a hacer para que un mayor número de personas no tengan que ir al comedor social ni a una entidad que les llene la cesta de la compra.

El senador de Unidos Podemos Ignacio Bernal se ha preguntado si la intención de la moción era darle un uso social a los alimentos sobrantes o acabar con la imagen de las personas recogiendo comida en las basuras.

El derroche en los supermercados supone el 5% del total. La gran mayoría de la comida se tira en los hogares (42%), las fábricas (39%), o los restaurantes (14%), según un informe de la Comisión Europea. Si contamos todo lo que se tira en España (del campo al cubo de basura), podrían comer casi 12 millones de ciudadanos al año. Eso, en un país en el que el más de un millón de hogares no pueden permitirse comer carne o pescado con frecuencia, según los últimos datos del INE, y el  22% de la población está en riesgo de pobreza.