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Los fuegos devastadores confirman la amenaza del cambio climático, según un ecólogo

Los fuegos devastadores confirman la amenaza del cambio climático, según un ecólogo

EFE

Sevilla —

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Los devastadores incendios que afectan puntos tan distantes del planeta como el Mediterráneo, Groenlandia, Canadá o Sudáfrica, con cifras históricas de superficie quemada, confirman las advertencias de los científicos sobre el impacto del cambio climático, según el científico del CSIC Juan José Negro.

En una entrevista con Efe, Negro, exdirector de la Estación Biológica de Doñana (EBD), ha dicho que la virulencia de estos fuegos y su concurrencia en puntos extremos del planeta confirman las predicciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPPC en sus siglas en inglés) de que el calentamiento global causaría incendios cada vez más graves.

“La proliferación de fuegos devastadores y en lugares tan distantes despeja las dudas sobre la influencia del calentamiento global; el cambio climático es ya una realidad y no solo una amenaza”, ha apostillado este investigador, quien ya en el 2010 dirigió los primeros seminarios sobre el cambio climático de la EBD.

Especializado en ecología de la conservación, Negro ha sido testigo directo hace escasas semanas de uno de estos incendios históricos: el declarado en la provincia de El Cabo, en Sudáfrica, que ha quemado casi 70.000 hectáreas y ha causado varias víctimas mortales y pérdidas multimillonarias.

Recuerda que al otro lado del planeta, en la Columbia Británica canadiense, en la costa del Pacífico, otros fuegos de proporciones históricas han calcinado más de 600.000 hectáreas y que el mayor incendio registrado en ese país obligó el año pasado al mayor desalojo conocido hasta la fecha: casi 90.000 vecinos de la localidad de Fort McMurray.

El “insólito” incendio de la tundra de Groenlandia; los fuegos de dimensiones desconocidas en Siberia y los nuevos récords históricos de superficie forestal quemada en el sur de Europa, con Portugal a la cabeza, donde ya han ardido casi 170.000 hectáreas confirman, según Negro, la advertencia de los científicos de que el calentamiento global causaría más y mayores incendios forestales.

Este ecólogo subraya el círculo vicioso que generan estos grandes fuegos pues no sólo reducen masas vegetales que capturan dióxido de carbono (CO2) sino que, además, al quemarlas, aumentan las emisiones a la atmósfera de este gas de efecto invernadero y retroalimentan el calentamiento global.

En su opinión, los incendios de este verano obligan a replantearse las políticas forestales desarrolladas hasta ahora y a fomentar la prevención y la vigilancia de las masas forestales intensivas, la mayoría repoblaciones de pinares y eucaliptos, ya que, por ejemplo, muchos de ellos han evidenciado la inutilidad de los cortafuegos trazados hace décadas.

“Las predicciones sobre el cambio climático se están cumpliendo y el común denominador de estos incendios, pese a registrarse en puntos distantes del planeta, es su dimensión catastrófica y que se producen en masas forestales homogéneas, muchas de ellas, creadas mediante repoblaciones”, añade.

Negro, quien también ha sufrido un reciente incendio forestal en una finca familiar, advierte de que las masas forestales “homogéneas” ofrecen “un riesgo enorme” de sufrir grandes fuegos y apuesta por la creación de “mosaicos de vegetación”, con densidades medias y bajas y fragmentados “para que si arde una masa forestal no se propague a las demás”.

También defiende las repoblaciones con especies vegetales mediterráneas -como alcornoques, acebuches o algaborros- habituadas a convivir con el fuego desde hace siglos y con aquellas que fijen la mayor cantidad posible de CO2.

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