Las escuelas holandesas cambian el color de los pajes de San Nicolás por los tintes racistas

Diversas escuelas de Holanda han decidido cambiar el color del tradicionalmente paje negro que acompaña a San Nicolás en el reparto de juguetes a los niños, ante la polémica que se desarrolla en el país desde hace unos años por los supuestos tintes racistas de esta costumbre, informó hoy la cadena NOS.

Cada 5 de diciembre San Nicolás trae regalos a los niños neerlandeses, una práctica que en Bélgica tiene lugar un día después, acompañado de sus ayudantes negros con pelo rizado, labios rojos y aros dorados en sus orejas, una descripción que las escuelas en principio deben seguir a la hora de caracterizar a los personajes, llamados el “Negro Pedro” (“Zwarte Piet”).

En cambio, según la cadena pública neerlandesa NOS, que ha hablado con una treintena de juntas escolares en el país que representan a unos mil colegios, este año la recomendación ha ido más allá y se ha abierto la puerta a que el color de Pedro sea diferente.

El Colegio de Derechos Humanos del país ha sugerido representar la tradicional apariencia de Piet pero las escuelas han tenido posibilidad de hacer una interpretación diferente del paje en función, por ejemplo, del vecindario en el que se encuentre la escuela, tal y como ha decidido la localidad de Tilburg (sur).

El consejo escolar de Utrecht, al sur de Amsterdam, ha anunciado que este año no habrá Pedros negros en sus centros de enseñanza, tendencia que han seguido también otros municipios con pajes blancos o de otros colores.

Según un informe del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial, la figura del paje “es experimentada por muchas personas como un vestigio de la esclavitud, que es perjudicial para la dignidad y la autoestima de los niños”.

El Defensor de los Niños en Holanda también ha criticado la actual figura de Pedro el Negro.

El pasado 12 de noviembre unas 200 personas fueron detenidas en la ciudad de Rotterdam durante las protestas contra la figura de “Zwarte Piet”, que según los manifestantes refleja una tradición navideña con tintes racistas.