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Una mezquita para entrar en contacto con el imán chií oculto

Una mezquita para entrar en contacto con el imán chií oculto

EFE

Qom (Irán) —

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La mezquita de Yamkarán es el principal lugar en Irán para comunicarse con el Mahdi, el imán oculto y futuro salvador de los chiíes, aunque algunos de los rituales para establecer este contacto han caído en desgracia entre los más ortodoxos.

Situada a las afueras de la ciudad santa de Qom, los peregrinos se dirigen a esta imponente mezquita desde que, según los textos religiosos, el duodécimo imán se apareció hace algo más de mil años a un habitante de la zona.

“Esta mezquita es la única que se ha construido por orden directa del imán Mahdi, quien también pidió que la gente acudiera a este lugar a orar”, explicó a Efe Amir Afzalí, uno de los responsables de Yamkarán.

El Mahdi nació en Irak y desapareció misteriosamente siendo un niño alrededor del año 876, poco después de que su padre fuera asesinado. La creencia chií estipula su regreso para librar al mundo de las injusticias.

Afzalí destacó que lo que diferencia a este imán del resto es que “está vivo en este mundo y tiene una vida material, no espiritual” y, por ello, existe la posibilidad de “una relación física y en presente con él”.

“Algunos de los que le han visto le han abrazado y besado la mano”, continuó el encargado de la mezquita, insistiendo en su presencia en Yamkarán.

Esta facilidad en el contacto en esta mezquita con el también llamado imán Zaman en persa fomentó una serie de rituales entre los peregrinos. Uno de los más populares es arrojar a un pozo situado detrás del templo cartas con peticiones dirigidas al Mahdi.

La importancia de este pozo, sin embargo, tiende ahora a ser infravalorada por los responsables de Yamkarán, que impiden su visita a la prensa con la excusa de que está en restauración, ya que ven esta tradición poco ortodoxa.

Al respecto, Afzalí señaló que en la documentación histórica de la mezquita no aparece el tema del pozo y que este “no tiene ninguna santidad particular ni ventaja especial”.

“La tradición chií dice que si quieres pedirle algo a Dios puedes hacerlo poniendo de intermediario al imán Mahdi y por eso se han establecido una serie de rituales”, precisó.

Estos rituales son considerado “mustahab”, es decir, que no son obligatorios. Su cumplimiento es positivo, pero no seguirlos no es pecado.

Es común en Irán la costumbre de escribir cartas a Dios o a los imanes y tirarlas al agua, existiendo pozos similares al de Yamkarán en mezquitas de otras ciudades como Kermán e Isfahán.

Ante la popularidad de esta tradición en Yamkarán, el propio líder supremo de Irán, Ali Jameneí, se refirió a ella hace un par de años: “Los imanes no necesitan cartas”, zanjó.

“Meter una carta en el pozo no es necesario ni está bien documentado. Si usted va a Yamkaran, sepa que allí hay un señor que le escucha”, dijo el líder, quien instó a dirigirse de forma oral al imán.

Jameneí hizo hincapié en que Dios responderá a las peticiones de los fieles y solucionará sus problemas, algo en lo que también incidió Azfalí al aseverar que la gente sigue viniendo porque sus deseos se cumplieron.

Sea de forma oral o mediante la carta en el pozo, los peregrinos inundan la mezquita de Yamkarán con la esperanza de que el imán Mahdi o Zaman interceda en la solución de sus problemas.

En el gran patio del templo, una mujer de 63 años vestida con un riguroso chador negro comentó a Efe que visitaba Yamkarán para pedir por la curación de familiares enfermos.

“Nuestra esperanza es el imán Zaman, a quien los chiíes debemos todo lo que tenemos. Cualquier deseo se lo pedimos al imán”, aseguró antes de comenzar las abluciones en la fuente principal del patio.

Más de 20 millones de peregrinos, según los datos oficiales, acuden anualmente a esta mezquita de cúpulas verdes y azules y minaretes decorados con azulejos, que se llena especialmente en la noche del aniversario del nacimiento del Mahdi.

También se reúnen en ella grandes multitudes los martes por la noche y los viernes, el día de la semana dedicado al imán duodécimo.

“La presencia del pueblo en la mezquita va aumentando día a día y lo interesante es que más del 40 por ciento de nuestros peregrinos tienen estudios y son jóvenes”, destacó Azfalí, augurando un futuro prometedor al peregrinaje a la mezquita iraní más vinculada con el imán oculto.

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