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En busca de un indulto para Nieves, condenada a cadena perpetua en Tailandia

Nieves García, antes de entrar en la cárcel

Laura Galaup

Nieves García lleva seis años viviendo en “condiciones extremadamente duras” en la prisión tailandesa de Lard Yao (Bangkok), según documentó en el año 2011 la Defensora del Pueblo cuando visitó las dependencias en las que se encontraba esta española. En el informe publicado por esta institución sobre la situación de los presos nacionales en el extranjero se dejó constancia del “hacinamiento, de la falta de alimentos y de medicación” que sufren las presas de esta cárcel, “así como la convivencia de personas sanas con otras aquejadas de dolencias como lepra, malaria y tuberculosis”.

A mediados de agosto se cumplieron seis años desde la entrada en prisión de esta albaceteña acusada de tráfico de drogas. Tras varios procesos judiciales fue condenada a cumplir cadena perpetua por transportar en su equipaje tres kilos de metanfetamina en cristal.

Ese verano del 2010 su vida cambió, su familia asegura que Nieves estaba de vacaciones y que mientras viajaba “de Ghana a Bali un chico le preguntó si podía llevar una maleta”. “Al llegar a Bangkok la Policía le estaba esperando. No pasó por ningún escáner, al bajar del avión fue trasladada a una habitación, rompieron la maleta y en el forro encontraron la droga. En ningún momento transportó esa sustancia de forma consciente”, sentencia su hija, Mónica Soler. A pesar de la inocencia defendida por su entorno, en el juicio la española se declaró culpable. “Era la estrategia que le planteó su defensa”, añade.

“Estaba muy cambiada”

Su familia argumenta que tras varios años encerrada en una celda que comparte con más de 200 presas, Nieves “se merece” volver a España y cumplir condena en una prisión nacional. “Duermen en el suelo y de lado, porque no caben todas de otra manera. Mi madre, a nivel psicológico, está muy deprimida y, a nivel sanitario, está muy hinchada y no sabemos por qué. Allí se vulneran diariamente los derechos humanos”, asegura su hija, que en el 2012 viajó a Bangkok para visitarla. “Fue un momento triste. Estaba muy cambiada, casi irreconocible, le faltaba mucho pelo y dos dientes. Actualmente ha perdido seis”, recuerda.

“Queremos que sea trasladada a España porque en la prisión vive aislada al no saber tailandés, no se entera de nada de lo que sucede a su alrededor, ni puede comunicarse con el médico porque no le entiende”. Según la información recabada por la Fundación +34, que presta apoyo a presos nacionales en cárceles extranjeras, hay cinco españoles encarcelados en Tailandia, todos hombres excepto Nieves. Para que pudiese hacer frente a la soledad de la prisión, Mónica decidió enviar a su madre un diccionario de inglés. “Por lo menos con esta herramienta puede chapurrearlo, intentar pronunciar algunas palabras y expresarse. Pero esta no es la solución”, asegura.

El verano pasado su familia ya lanzó una campaña en Change.org para que la Casa Real intermediase en la negociación de un indulto otorgado por la corona tailandesa. Argumentan que si estos hechos hubiesen sucedido en España, la condena hubiese sido menor ya que Nieves “no tiene antecedentes penales”. “Coincidiendo con el cumpleaños de la reina, en agosto se conceden perdones reales”, explica su hija, que se muestra desilusionada porque ni este año ni el anterior su madre ha sido escogida.

Gestiones diplomáticas

La familia de Nieves se aferra a esta opción de liberación, recordando que en el año 1994 el rey de Tailandia indultó a la catalana Yolanda Ming, también condenada a cadena perpetua por transportar droga y que llevaba cinco años cumpliendo condena. “Hemos pedido también al Gobierno nacional y al presidente de Castilla-La Mancha que intermedien. De momento, el Ejecutivo estatal no se ha puesto en contacto conmigo”, afirma su hija, que sí mantiene relación con funcionarios de la Embajada en Tailandia. Por su parte, un portavoz del Ministerio de Exteriores ha confirmado a eldiario.es que desde el 2010 “se han realizado gestiones continuas y a distintos niveles para su traslado a España”.

Mensualmente Nieves recibe una carta y apoyo económico de su familia. “Exteriores le da 70 euros y para vivir en la cárcel necesita unos 150 euros mensuales. Tiene que pagar por el agua caliente, por la comida si quiere ingerir algo que no sea arroz blanco con verduras. También tiene que abonar la limpieza del uniforme, es obligatorio que lo lleven a la tintorería”, cuenta Mónica.

Si las negociaciones continúan manteniendo resultados infructuosos, Nieves tendrá que pasar como mínimo dos años más en la prisión de Lard Yao. “El reglamento tailandés para el traslado internacional de presos establece que para los casos de cadena perpetua el mínimo que se debe cumplir para pedir los traslados es de ocho años”, apuntó el equipo de la Defensora del Pueblo en el informe en el que abordaron la situación de presos españoles en el extranjero.

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