Los talibanes paquistaníes ponen a decenas de periodistas en su punto de mira

El principal grupo talibán paquistaní, el TTP, ha puesto abiertamente a los periodistas en su punto de mira e incluso ha hecho pública una lista de potenciales objetivos, según una información publicada hoy por el diario local Dawn.

El rotativo afirma tener en su poder un documento firmado por la dirección de los insurgentes en el que se incluyen nombres de decenas de reporteros, propietarios de grupos mediáticos, presentadores de televisión, entre otros.

La difusión de esta noticia llega cuando aún no se ha apagado el eco del asesinato la semana pasada de tres trabajadores del canal Express News a manos de pistoleros talibanes en la ciudad meridional de Karachi.

“Los medios mienten continuamente sobre nosotros y nuestros objetivos”, defiende el número dos de los talibanes, Khalid Haqqani, autor del documento en el que se justifican los ataques a reporteros y trabajadores de empresas periodísticas, según Dawn.

Los talibanes acusan a los medios de comunicación de tomar partido por los “no creyentes” y contra los musulmanes y los muyahidines en la “guerra del islam”, así como de “propagar la promiscuidad y el secularismo”.

En un artículo publicado hoy en el mismo rotativo, el reputado columnista Cyril Almeida relata que muchos de sus colegas apuntan a Haqqani y a uno de sus seguidores en la región tribal de Mohmand, Omar Khalid, como los instigadores de los ataques a los medios.

Almeida también explica que numerosos periodistas y presentadores han incrementado las medidas de seguridad alrededor de ellos y sus familias, y que las amenazas van desde los directores y dueños de las cabeceras hasta los reporteros de calle.

Pakistán es considerado uno de los países más peligrosos para los que ejercen la profesión periodística, y el año pasado murieron aquí once informadores.

Los periodistas paquistaníes no solo sufren las amenazas de los talibanes, sino que hay frecuentes denuncias de coacciones por parte del aparato de seguridad, vinculado por la organización Reporteros Sin Fronteras a agresiones contra reporteros locales.