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La universidad de George Soros, nuevo blanco de la política de Orbán

La universidad de George Soros, nuevo blanco de la política de Orbán

EFE

Budapest —

La Universidad Centroeuropea (CEU), fundada en Budapest por el magnate estadounidense de origen húngaro George Soros, se ha convertido en un nuevo blanco de la política del gobierno húngaro del primer ministro, Viktor Orbán, y símbolo de la independencia académica en el país centroeuropeo.

La manzana de la discordia es un proyecto de ley que será presentado el próximo lunes en el Parlamento y que puede significar el cierre de la citada universidad.

“Nuestra postura es que esta ley es insostenible y hace imposible la situación de la CEU en Hungría. Es injusta y fue redactada sin consultar con nadie”, declaró a Efe hoy en Budapest Eva Fodor, vicerrectora de la universidad.

El gobierno magiar asegura que la ley proyectada, que exige que las universidades extranjeras en Hungría tengan una sede en el país de origen y un nombre en húngaro, no está hecha contra la CEU, sino para “normalizar” el funcionamiento de las universidades en el país.

En el caso de la “Central European University” la sede central debería estar en Estados Unidos y, además, para poder funcionar Washington y Budapest deberían firmar un acuerdo.

El ejecutivo del conservador Orbán, quien durante la transición política de su país en 1989 y 1990 recibió una beca financiada por Soros en Inglaterra, ha anunciado que pedirá al Parlamento que la prevista legislación se trate con urgencia.

Y dado que la CEU es la única universidad que no cumple con los requisitos proyectados, para muchos la controvertida ley está diseñada expresamente en su contra y contra su fundador.

Además, los observadores políticos ven en ella la meta de acallar una institución independiente y una táctica demagógica del gobernante partido Fidesz para recuperar la popularidad perdida de cara a las elecciones de 2018.

Fodor destacó que, ante el riesgo de su cierre, la institución ha recibido un fuerte apoyo y gestos de solidaridad del mundo académico no solo de Hungría (entre ellos del presidente de la Academia de Ciencias del país), sino también del extranjero.

Desde el Departamento de Estado de EE.UU. hasta once premios Nobel que firmaron una carta de apoyo, pasando por numerosos periodistas o el alcalde de Vilna (Lituania), Remigijus Simasius, que ofreció la ciudad como posible sede de la universidad, han reaccionado a la amenaza.

Para la vicerrectora, se trata de gestos “simbólicos”, pero importantes, mientras que el gobierno de Orbán los ha tildado de “histeria política”.

El rector de la CEU, Michael Ignatieff, ha pedido que se retire la “lex CEU”, como la llama ya la prensa local, o al menos que se inicie un diálogo entre el Gobierno y la universidad.

Por su parte, András Bozóki, profesor de la CEU, explicó a Efe que tras la victoria de Donald Trump en las presidenciales de EEUU, Orbán, el único jefe de gobierno de la Unión Europea que apoyó expresamente al Trump durante su campaña, vio “que llegó el momento de actuar”.

Recordó que Soros es crítico con el presidente estadounidense y que Orbán ve en ese magnate de origen húngaro y judío el símbolo de todo lo que rechaza: lo acusa de ser partidario de la inmigración, de las ONG independientes, y del liberalismo.

“Orbán pensó que ahora puede actuar abiertamente contra uno de los adversarios políticos de Trump”, insistió Bozóki.

Sea como fuere, el caso amenaza con convertirse en un conflicto diplomático, después de que la embajada de EE.UU. en Hungría expresara su “profunda preocupación” por la situación.

Ignatieff anunció que viajará a la primera potencia mundial para conseguir apoyo político a su causa y advirtió de que la universidad que dirige utilizará “todos los recursos legales para no cerrar”.

Pese a todo, Fodor se mostró optimista y aseguró que “ni se piensa en que nuestra actividad como universidad podría terminar”.

Otros, como József Litkei, editor de la editorial CEU Press, se congratulan de que, “en vez de desesperación, hay un ambiente de movilización. No hay pánico, todo el mundo trata de hacer algo para que el mundo se entere de lo que está pasando”.

Para Litkei, “la independencia (de la universidad) es lo más importante ahora”.

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