Abdo Benítez acompaña al rescate de un buque hundido en la Guerra de la Triple Alianza

El presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, acompañó este sábado las tareas de rescate a contra reloj del buque Paraguarí en el río Paraguay, un vestigio del período más traumático de la historia del país, la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).

Abdo Benítez aterrizó en helicóptero en el islote que la gran bajada del río ha dejado al descubierto junto a los restos del Paraguarí, hundido bajo el Puente Remanso, la imponente estructura que separa la región oriental de la occidental, a unos doce kilómetros de Asunción.

Precisamente, ese pronunciado descenso del agua es el que ha permitido poner en marcha un dispositivo para el salvamento de un buque del que solo queda parte de la cubierta y un armazón metálico corroído por el óxido.

Buzos de una empresa privada, junto a personal de la Armada paraguaya, trabajan desde hoy codo con codo para poner a resguardo esos restos y luego conducirlos a Asunción, antes de que se produzca un ascenso del nivel fluvial.

La llegada del presidente, junto a varios ministros de su Gabinete, coincidió con la extracción mediante una grúa de una de las dos calderas del buque, un vapor que en 1862, cuando fue comprado en el Reino Unido, era uno de los más modernos de Paraguay.

ESPLENDOR Y GUERRA

Y es que el vapor puede verse como un reflejo del Paraguay de la época, una país que caminaba hacía la modernidad.

Con 25 camarotes cerrados, y capacidad para unos 150 pasajeros, era un elegante vapor que partía de Asunción para fondear luego en Buenos Aires y Montevideo.

Ello hasta que estalló la guerra contra la alianza formada por Argentina, Brasil y Uruguay, un conflicto que devastó Paraguay y en el que pereció gran parte de su población masculina.

Con motivo de la guerra, el vapor fue armado con cuatro cañones para ser incorporado a la flota del Gobierno que dirigía el mariscal Francisco Solano López, muerto en esa contienda.

Y quiso la historia que tomara parte en el episodio bélico de Riachuelo, considerada la más importante batalla naval de América, en junio de 1865 a la altura de la ciudad argentina de Corrientes.

“Fue una batalla naval entre ocho buques paraguayos y nueve brasileños. El Paraguarí fue embestido por el acorazado Paranaiba”, recordó a Efe el ministro de Cultura, Rubén Capdevila, presente en el primer día del rescate.

Sin embargo, la embarcación fue saneada tras esa batalla y funcionó como transporte en el contexto de la guerra, hasta que fue hundida intencionadamente en el Manduvirá, un brazo del río Paraguay.

“Se hundió de forma intencional para frenar la persecución de las naves aliadas a las paraguayas”, dijo a Efe el coronel Roberto Ojeda, director del Museo Militar del Ministerio de Defensa.

En 1910, una iniciativa privada se encargó de reflotar la nave para ser remolcada a Asunción.

Ojeda opinó que posiblemente el piloto del remolcador no conocía el accidentado cauce del río, por lo que el Paraguarí encalló en ese punto de Puente Remanso.

Un lugar donde el buque asomaba en su majestuosidad en cada bajante del río, hasta que el paso de los años mermó su tamaño y deterioró su arquitectura.

RECUPERANDO LA MEMORIA HISTÓRICA

Los técnicos que participan en el operativo de salvamento esperan tener “troceada” la nave para la semana próxima y a salvo sus piezas en las dependencias de la Armada en Asunción.

Una vez allí, y bajo la supervisión de especialistas en historia militar del Ministerio de Defensa, se quiere dar paso a la reconstrucción de su “arquitectura”, explicó a Efe Bernardino Soto Estigarribia, el titular del departamento.

El ministro señaló que la idea es que la versión del Paraguarí que salga de esa cirugía se quede en Vapor Cué, el parque situado unos 80 kilómetros de distancia de Asunción donde descansan varios barcos de la Armada paraguaya que combatieron en esa guerra.

En ese sentido, el senador Pedro Santa Cruz, presidente de la Comisión Nacional de Puesta en Valor y Recuperación del Patrimonio Tangible de la Historia del Paraguay, dijo a Efe que hay actualmente ocho barcos hundidos que se busca recuperar.

Ello dentro de un operativo que, según Soto Estigarribia, quiere “recuperar la memoria histórica de la República y materializar nuestro sentimiento de identidad”.