El ITER diseña soluciones fotovoltaicas alternativas adaptadas a edificaciones

Instalaciones del ITER en Granadilla de Abona

Nicolás Dorta / Efe

Granadilla de Abona —

El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), ubicado en el municipio tinerfeño de Granadilla, ha iniciado el proyecto AiSoVol, con el que se diseñarán soluciones fotovoltaicas alternativas para su uso en nuevas edificaciones.

Técnicos del Departamento de Fotovoltaica del Instituto han informado a Efe de que en este proyecto se investiga el uso de nuevos materiales de fabricación que confieran a los módulos fotovoltaicos unas características semejantes a las de los convencionales.

Así facilitan su uso “en cualquier tipo de edificación” y se sustituirán el vidrio solar o el aluminio por otros materiales más ligeros y adaptables a diferentes superficies. Los propios módulos se usarán en ventanas, pérgolas y en sustitución de otros tipos de acristalamientos.

El proyecto AiSoVol busca proveer a los arquitectos de “soluciones a la carta” en función de los requisitos de los proyectos que acometan.

Los prototipos que se desarrollarán se integrarán en una línea de fabricación automatizada, lo que permitirá reducir los costes del proceso, que actualmente suponen un hándicap para su producción, subrayan los técnicos. Este nuevo módulo se desarrollará aplicando nuevas técnicas de laminación a baja temperatura y materiales inspirados en la tecnología de fabricación de velas para la navegación, según han explicado los investigadores,

Esta solución, añade el ITER, permitirá fabricar módulos fotovoltaicos más ligeros, de geometrías no convencionales y con distintos grados de flexibilidad estructural.

AiSoVol está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, tras haber sido seleccionados dentro del Programa Estatal de I+D+i orientada a los Retos de la Sociedad. Se enmarca en el RETO 3: Reto Energía Segura, Eficiente y Limpia. En este proyecto, que se inició el 1 de octubre y finalizará el 30 de septiembre de 2018, participan como socios el ITER y el Centro Nacional de Energías Renovables (CENER).

Fuentes del ITER recuerdan que en el campo de las tecnologías de la generación eléctrica, la energía solar fotovoltaica ha protagonizado en los últimos años una de las mayores tasas de implantación y desarrollo. Si bien a nivel mundial el grueso de la potencia instalada se ha acometido mediante proyectos de gran envergadura, “la tendencia apunta a un importante desarrollo de instalaciones de pequeña y de mediana potencia”, señalan los técnicos.

Por ello, la implementación de sistemas fotovoltaicos en proyectos de integración en edificaciones y urbanísticos, están adquiriendo cada vez mayor consideración. “Aunque existe cierta oferta, la penetración de estos productos en el mercado no termina de cristalizar debido a su compleja implementación y su elevado coste”, añaden desde el ITER.

Asegura el Instituto que la integración de renovables en edificios es fundamental para cumplir con la normativa existente y para converger con la Estrategia “Europa 2020”, que tiene el propósito de lograr un futuro sostenible.

Para conseguir una mayor uso de renovables en edificios, “es necesario facilitar el mayor número posible de soluciones de integración”, eso es lo que se pretende con estos módulos. Los técnicos aluden además a la “aceptación social” y “estética” como claves fundamentales en el desarrollo de espacios arquitectónicos y en este caso, las energías renovables deben adaptarse a dichos espacios.

La sustitución del vidrio solar en la fabricación de placas o módulos fotovoltaicos supondrá una disminución importante en los costes. Éste representa aproximadamente el 10 por ciento de los costes de un módulo y es el componente que menos variaciones ha sufrido en los últimos años.

El nuevo módulo solar que desarrollará y fabricará el ITER en este proyecto utilizará otros materiales que garanticen las mismas prestaciones que las del vidrio o similares. El producto final se adaptará para cumplir con los requisitos mínimos establecidos en el Código Técnico de la Edificación (CTE), contribuyendo a conseguir un “uso racional de la energía necesaria para su utilización en edificación”, subrayan.

En la actualidad el ITER -centro del Cabildo de Tenerife- posee una fábrica de módulos fotovoltaicos, utilizados para proyectos propios, con capacidad para generar setenta megavatios al año. También posee y un laboratorio fotovoltaico cuya actividad está dirigida a procesos fabricación y caracterización basados en tecnología de silicio y capa delgada.

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