TEA acoge la primera retrospectiva de la fotógrafa británica Vanessa Winship

Presentación de la exposición de Vanessa Winship en el TEA

Agencias

Santa Cruz de Tenerife —

TEA acoge, dentro de Fotonoviembre. la primera retrospectiva de la autora británica Vanessa Winship (Barton-upon-Humber, Reino Unido, 1960), ganadora de algunos de los premios de fotografía más importantes del planeta como el primer premio de la categoría Stories de World Press Photo en 1998 y 2008, el Descubrimientos de PhotoEspaña de 2010 o el Godfrey Argent Prize de 2008 de la National Portrait Gallery de Londres.

El director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero; el director del Centro de Fotografía Isla de Tenerife, Antonio Vela; la coordinadora de exposiciones de la Fundación Mapfre, Victoria del Val; el comisario de la muestra, Carlos Martín; y la propia artista, Vanessa Winship, fueron los encargados de dar a conocer los tesoros que encierra esta muestra que ofrece al visitante fragmentos vivos de historia hecha arte.

Esta exposición, que llega a Fotonoviembre gracias a la Fundación Mapfre y que se podrá visitar en TEA desde este sábado hasta el 22 de febrero, da muestras del talento de Vanessa Winship ofreciendo un completo recorrido visual por toda su trayectoria.

José Luis Rivero destacó el “privilegio” que supone el poder ver en TEA la obra de Winship, una de las fotógrafas más reconocidas del panorama internacional. No obstante, recordó que en 2011 se convirtió en la primera mujer ganadora del prestigioso Premio Henri Cartier-Bresson.

Tras agradecer a la Fundación Mapfre que haya traído a la isla “una exposición de esta magnitud”, el director insular de Cultura adelantó que esta exposición está integrada por más de 180 fotografías estructuradas en siete series y que a través de ella el visitante podrá conocer desde sus primeros trabajos en los Balcanes, a finales de la década de los noventa, hasta su obra más reciente realizada en Almería.

Por su parte, Antonio Vela no dudó en afirmar que Vanessa Winship es “la muestra señera de la presente edición de Fotonoviembre”, a la vez que agradeció a su comisario el “trabajo espectacular que ha realizado”.

Tras invitar al público a sumergirse en el universo de Winship, Vela destacó que la exposición se completa con un catálogo que incluye la totalidad de la obra expuesta junto a ensayos inéditos de aproximación a su obra, una biografía-cronología, bibliografía actualizada y una selección de los textos con los que la fotógrafa acompaña algunas de sus producciones, a modo de diario de viaje. Este catálogo, la primera y más profunda aproximación historiográfica al conjunto de su obra, estará a la venta en la Tienda de TEA.

Carlos Martín, comisario de la muestra, reconoció que llegar a TEA y montar aquí esta muestra ha sido “un desafío muy interesante”, ya que hasta ahora no habían trabajado en un espacio tan amplio y “tremendamente rico de posibilidades”.

Gran conocedor del trabajo de Winship, Martín recordó que en su obra -en la que no se divisan fronteras y en la que géneros e identidades laten con gran fuerza- sus fotografías “forman parte del llamado humanismo fotográfico a la vez que son parte de la contemporaneidad”.

“Pese a la distancia a la que se hayan los lugares donde ha trabajado nos podemos reconocer en muchas de sus fotografías”, apuntó Carlos Martín, que detalló que los paisajes silenciosos que hablan así como los retratos son ejes sobre los que pivota su obra en la que tampoco falta un diálogo con los modelos económicos.

Victoria del Val dijo, tras agradecer la labor realizada en TEA y a todos los agentes implicados en la construcción de esta exposición, que estar en Fotonoviembre es una gran oportunidad para la fundación a la que representa.

La última en tomar la palabra fue la propia Vanessa Winship quien, delante de algunas de sus instantáneas de Los Balcanes, agradeció tanto al equipo que montó la muestra así como a su marido -el también fotógrafo George Georgiou, con el que trabaja en estrecha conexión- el trabajo realizado.

Una mirada poética

Pero ante todo, la artista quiso dar las gracias “a quienes han dedicado un segundo de su vida” a estar delante de su cámara. Vanessa Winship entabla en sus fotografías un diálogo con la impronta del siglo pasado sobre las personas y los territorios que estas transitan, con los largos procesos marcados por movimientos de desintegración e integración, de volubilidad de fronteras y reafirmación de identidades.

Sus imágenes, en ocasiones apoyadas en textos breves, ofrecen una mirada poética, del efecto de la historia sobre lo cotidiano. Esa doble naturaleza, entre la indagación documental y la pesquisa íntima, es clave en la obra de Winship.

   La artista, que siempre se ha interesado por espacios en los que la presencia humana y el paisaje parecen desafiar los límites geopolíticos y los sucesos históricos, ha logrado que todo el potencial y contenido documental de su fotografía se desplace hacia nociones íntimas, como la vulnerabilidad, el cuerpo o la biografía.

Esta es la primera ocasión en la que se realiza una aproximación de conjunto a la obra de Vanessa Winship, una fotógrafa en activo cuya creatividad y prestigio han crecido en los últimos años, como muestra su febril actividad en el último lustro.

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