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CRÍTICA DE CINE

Arma letal para millenials

Fotograma del filme del director Patrick Hughes

Fer D. Padilla

Santa Cruz de Tenerife —

- Título: El otro guardaespaldas (The hitman’s bodyguard), 2017

- Dirección: Patrick Hughes

- Guión: Tom O’Connor

- Reparto: Ryan Reynolds, Samuel L. Jackson, Gary Oldman, Elodie Yung, Salma Hayek

La nueva producción de la plataforma digital Netflix, encargada de reconvertir el concepto del sistema de videoalquiler en los últimos años, nos sitúa ante el nuevo proyecto del director Patrick Hughes (Los mercenarios 3) en otra remezcla nostálgica de las películas de acción de los 80.

Esa es la forma y el contenido, puesto que todos los personajes, clichés y posibles parodias se dan en este intento de comedia de acción fresca, de diálogos supuestamente ácidos y con la pretensión de divertir hasta rabiar.

Todo intenta ser una parodia de sí mismo. Comenzando por la punta de su iceberg, un Ryan Reynolds que juega a perderse en su papel de Deadpool, del que solo se obtiene su versión descafeinada y la versión del Samuel L. Jackson de sus películas inconvencionales introducida -para que el público lo sepa captar bien- por el típico lenguaje soez de aquellos pequeños personajes que últimamente le mantenían siendo mínimamente respetable (Black snake moan, Django desencadenado…), gracias a directores cuya tarea ha sido salvar a viejas glorias de la desaparición de la primera línea de la interpretación.

Todo ello en una película estereotipada hasta la saciedad, con personajes obvios que viven una historia llena de clichés y que resulta ser efectiva en cuanto a que es exactamente lo mismo que su director hiciera con su anterior proyecto, un refrito más al estilo Los mercenarios, pero dejando la sensación de tratarse de un masticado sucedáneo. Un remake de remakes. Un chiste de sí misma sin gracia alguna.

Si a todo lo anterior le añadimos el edulcorado villano al que interpreta Gary Oldman o las típicas novias de los aguerridos renegados, tenemos una perfecta película… para televisión, claro.

Porque Salma Hayek, intentando hacer gracia tirando de acento y expresiones mexicanas, o Elodie Yung, interpretando el mismo papel una y otra vez en su carrera desde que apareció en 2004: policía incorruptible y fuerte pero susceptible de ser rescatada, convierten a El otro guardaespaldas en una comedia de acción destinada a la beautiful people, a aquellos espectadores y momentos de no pensar absolutamente nada con la intención de encontrar la historia más idiotizante y fácil posible.

Definitivamente, estamos hablando de una película que juega mal con la nostalgia, riéndose pésimamente y sin respeto del género -banda sonora incluida-, en la que los dos actores, muy queridos por un amplio espectro de la audiencia, acaban jugando a la misma chorrada de siempre: pelear por ser el macho alfa que tome el control, salve a la chica y se lleve la nueva muesca en el revólver.

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