Un videoclip de rap

Fotograma del filme 'Redención'

Fer D. Padilla

Santa Cruz de Tenerife —

- Título: Redención (Southpaw), 2016

- Dirección: Antoine Fuqua

- Guión: Kurt Sutter

- Reparto: Jake Gyllenhaal, Forest Whitaker, Rachel McAdams, Oona Laurence, Naomie Harris, Curtis ‘50 Cent’ Jackson

El año 2015 fue glorioso para Jake Gyllenhaal, uno de los mejores actores de su generación y que ya cuenta en su trayectoria con más de un clásico del cine de las últimas décadas. Ese año firmó dos papeles protagonistas que podían llevarlo con facilidad al prestigio más absoluto en la meca del cine. Por un lado, Nightcrawler, muy interesante historia sobre el más absoluto desprecio por los límites del mercantilismo en los medios de comunicación. Muy impactante y recomendable. Y por otro, Redención o Southpaw, estrenada el pasado viernes en nuestro país -a buenas horas- y que cuenta la historia de cómo Gyllenhaal se sometió a un duro entrenamiento físico con el fin de interpretar a un boxeador campeón de peso semipesado cuya mujer es asesinada y toda su vida se viene abajo.

Vale. No es exactamente así. Pero es que realmente lo primero y único que llama la atención es lo superficial de la cinta, las apariencias. Porque si miramos más allá, lo que encontramos es un filme completamente pretencioso en forma y retrógrado en contenido.

Pretencioso en forma porque pretende seguir la estela de películas como The fighter o The boxer, abusando de técnicas de cámara que ya no son tan sorprendentes, ni necesarias, ni mucho menos realizan una aportación mínimamente importante.

Y retrógrado en contenido porque el mensaje de esta película, el contexto retratado, los ambientes, la sociedad, la música incluso, parten de un enfoque completamente machista, clasista, de promoción de unos valores con pies de barro, de ninguneo hacia la mujer y estereotipos cuadriculados… En resumen, hablamos de una película en la que no pasa casi nunca nada relevante -todo se resume a sucesiones de escenas de sufrimiento personal- y que podía haber sido, con más acierto, el videoclip de algún grupo de rap de la costa oeste estadounidense.

No olvidemos que el responsable de esta historia es el mismo Kurt Sutter, que escribiera la serie Sons of Anarchy, con lo cual aún se explica con más dificultad la existencia de esos personajes vacíos y de aspiraciones tan básicas. Se echa de menos la complejidad de las relaciones entre diferentes intérpretes que hicieron a aquella serie de moteros uno de los culebrones recientes más adictivos.

Con el guión sentenciado, es cuestión de acción/reacción que los actores se cansen de sostener los cimientos del tinglado. Y, por supuesto, acaban fracasando. Gylenhaal ya cansa con tanto papel exageradamente dramático, sobreactuando en los momentos de mayor normalidad con un registro tan sorprendente como el de la pandilla de secundarios tan típicos de esta Redención, llegando a ser insultante que Rachel McAdams se vea limitada a aparecer simplemente como la esposa de.

Que no les engañe la firma del director de Training Day y tampoco se dejen llevar por que esté protagonizada por Donnie Darko y la chica de Una cuestión de tiempo o El diario de Noah. No es tampoco una historia impactante que le mantendrá pegado al asiento preguntándose qué pasará. Es simplemente una película de drama fácil, hueca de valores y llena de agresividad muy mal canalizada.

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