Clavijo aceptó el criterio de dar según la triple paridad para todo el bloque de infraestructura

Fernando Clavijo y Patricia Hernández, en una imagen de archivo

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

Este lunes, en la sesión del Consejo de Gobierno, lo que más cabreó a los consejeros socialistas en el Ejecutivo canario, cuatro personas, fue el empeño de Coalición Canaria (CC), con defensa firme del presidente Fernando Clavijo, de sacar adelante, sí o sí, la decisión sobre el reparto de los fondos perdonados por el Estado y procedentes del IGTE (el programa Fdcan, en teoría para aplicar en un decenio 2016-2025) para el bienio 2016-2017, lo que se hizo, según versión de los socialistas, sin tiempo suficiente para un análisis pormenorizado de los proyectos que se iban a autorizar, algo que “parece que no interesaba”, pues incluso se pidió dejarlo sobre la mesa debido a que aún había tiempo para adoptar esa decisión antes del 8 de diciembre próximo, la fecha tope. Tal solicitud del socio de Gobierno no fue aceptada, como ya es público y notorio.

Esa situación cabreó mucho, según indicaron fuentes socialistas, pero el estupor alcanzó su máximo grado cuando se confirmó que la línea de inversiones número 2, la que incluye el apoyo a la infraestructura (donde están las carreteras y la que se lleva nada más y nada menos que el 75% de los recursos disponibles por año), se había repartido siguiendo el criterio antes descartado por el Ejecutivo autonómico de la triple paridad (el implantado en las elecciones autonómicas); esto es, el 22,5% de esos recursos para Tenerife y lo mismo para Gran Canaria, y los otros dos 22,5% para las islas menores de cada provincia, por un lado La Palma, La Gomera y El Hierro, y por el otro, Fuerteventura y Lanzarote, en estos casos en proporciones ajustadas a los diputados que se eligen en esas circunscripciones insulares al Parlamento de Canarias.

El resultado fue, y ello condujo al desplante o portazo socialista, que CC, Clavijo y seis de los siete cabildos (la mayoría de la Fecai), con la excepción del grancanario, se habían salido con la suya. Al final, a base de vueltas y más vueltas, se consiguió colar el reparto que con más ahínco había defendido CC, sobre todo tras la propuesta inicial de uso de esa misma fórmula que planteó el presidente del Cabildo tinerfeño, Carlos Alonso. Tenerife, hay que recordarlo, es la isla, de las dos más pobladas de Canarias, donde los problemas de tráfico son más agudos, de manera especial en la autopista del norte, la TF-5, que por las mañanas se ha convertido en un auténtico infierno.

Tras tan largo recorrido; tras tanta negociación entre CC y PSOE para que la fórmula fuera el interés de los proyectos y una puntuación objetiva de los planes que concurrían; tras tanto ir para delante y para detrás…, al final resultó que en infraestructura, y no solo para 2016, sino también para 2017, se hizo lo que CC primero pensó y el lunes consiguió, aunque no para el 100% de los 160 millones de euros anuales, pero sí para el 75% de esa cantidad, el dinero público que está en la línea 2, que este sí se adjudica en el bienio señalado siguiendo la fórmula de la triple paridad, mejor o peor enmascarada.

Como balance de lo sucedido queda una brecha más profunda entre las dos fuerzas políticas en el Gobierno de Canarias y un pírrico triunfo parcial del PSOE en la línea 3, donde logra implantar su concepto de gestión para los fondos destinados en el mismo programa (el Fdcan) al empleo. Estos, pese a la fortísima presión de algunos cabildos, ya no se transferirán a esas corporaciones para que ellas repartan, lo que tampoco querían los agentes sociales y los municipios, sino que se partirá de una gestión centralizada en el Servicio Canario de Empleo.

De ahí llegarán a los cabildos, pero previa firma de convenios de colaboración y con el conocimiento adelantado de lo que se va a hacer con ellos.

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