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Tenerife y La Palma se llevan la peor parte en los incendios forestales

El fuego volvió a destruir el medio natural estos días en La Palma.

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

Los incendios forestales y sus dañinas consecuencias no dejan de formar parte, por desgracia, del paisaje canario, en especial del natural y protegido. En el último quinquenio con datos oficiales, de 2011 a 2015, el archipiélago se ha tenido que enfrentar, y en no pocas ocasiones, a sucesos de ese tipo, con nada más y nada menos que 477 fuegos declarados en esos cinco años y una superficie total afectada en la Comunidad Autónoma de Canarias de 12.825 hectáreas, algo más del 1,5% de la extensión superficial de todas las islas y con el 76% del territorio devastado en dos únicas islas: Tenerife, con el 54% de Canarias, y La Palma, con el 22%. Gran Canaria y El Hierro han sido los espacios insulares mejor parados, con La Gomera en una posición intermedia.

En ese mismo periodo de estudio, siempre según variables procesadas por el Istac a partir de registros facilitados por la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno autonómico, las islas han tenido su peor año, el ejercicio fatídico, el más crítico, en 2012, cuando se declararon tres grandes incendios forestales en el archipiélago en los meses del verano, exactamente en las islas de Tenerife, La Gomera y La Palma.

En el año 2012, hubo 128 incendios forestales en Canarias, pero solo los tres más gordos de las islas mencionadas, que se produjeron en plena temporada de estío y casi al unísono, aportaron prácticamente las 12.399 hectáreas arrasadas de monte bajo, bosque y pinar, más algunos espacios agrarios de las medianías altas, a lo largo de ese año y en todo el archipiélago.

Ese umbral, el de las 12.399 hectáreas destruidas en 2012, representó el 97% de todo el espacio natural y agrario que se quemó por la acción de los 477 incendios forestales ocurridos en Canarias del 1 de enero de 2011 al 31 de diciembre de 2015. En el año en curso, 2016, ya hay que añadir otro suceso de envergadura, el reciente de La Palma, que ha afectado a una superficie natural superior a las 4.000 hectáreas.

El triste caso de la isla picuda

Tenerife, de las cinco islas con masa forestal que hay en Canarias, sin duda se ha llevado la peor parte y por ello tiene los peores registros en este ámbito. Esta isla, con casi el 40% de su territorio protegido y calificado como natural, conserva una importante masa forestal, la más extensa de las islas, y a la vez posee una de las mayores cargas poblacionales (se incluye la visita de los turistas), junto a Gran Canaria, del archipiélago.

Los registros vinculados a las catástrofes ocasionadas por el fuego en el monte y el pinar de Tenerife son los más negativos que se han dado en las islas de 2011 a 2015, sobre todo por el efecto destructivo del gran incendio que se produjo en el verano de 2012 en el sur de la isla, con la devastación por el fuego de 6.873 hectáreas. Este ha sido, con amplísima diferencia, el incendio forestal más violento que se ha producido en el último quinquenio en Canarias.

Tenerife, siempre según el periodo de análisis establecido, acapara el 54% de la superficie afectada por los incendios forestales en la Comunidad Autónoma de Canarias, con 6.923 hectáreas de las 12.825 dañadas en todas las islas. Esa extensión supone en torno al 3% de la dimensión completa de la isla, mientras que la quemada en toda Canarias representa algo más del 1,5% del global del archipiélago. Solo Tenerife y La Palma acumulan casi el 76% de lo destruido por el fuego en el medio natural de Canarias, con 9.730 hectáreas devastadas.

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