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El municipio de Arona, dispuesto a impulsar un albergue comarcal

Clara María Pérez, concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arona.

Tachi Izquierdo

Santa Cruz de Tenerife —

Sin un censo real de las personas que viven en la calle en el municipio de Arona, y tras la muerte reciente de tres indigentes a los que la situación de frío y la escasa asistencia agravaron sus débiles estados de salud, a la administración local solo le queda impulsar medidas que frenen una realidad que se repite año tras año.

Independientemente de las decisiones personales, a la hora de que quienes conforman este colectivo de sin techo permitan ser ayudados o asistidos, lo cierto es que en las zonas turísticas del sur de la isla se está produciendo un flujo constante de personas que caen en el fenómeno del sinhogarimo, una vez fracasa su idea de encontrar un trabajo.

Su detección y seguimiento “es cada vez más compleja, pues carecen de empadronamiento y, por tanto, no acceden a los Servicios Sociales de Arona”, recalcó la concejal del área, Clara María Pérez, quien recordó que ante esta realidad “hemos optado por colaborar con entidades como Cáritas, con el propósito de localizar a estas personas, algo que es complejo porque cambian de ubicación constantemente”.

No obstante, este no es un fenómeno propio de Arona, sino que fluctúa entre los principales núcleos turísticos, por lo que se requiere de una intervención común. La idea de un albergue comarcal fue bien acogida por Clara María Pérez, “como una de las soluciones”, aunque precisó que “hay voces contrarias en los equipos especializados de Servicios Sociales”, pues dijo que consideran que “no es una solución definitiva, ya que creen que la atención pasa por la asistencia individual”.

Sin embargo, la concejal de Arona consideró que ante este fenómeno hace falta ya una actuación definitiva y decidida en esta zona del sur de la isla, y “quizá un albergue sea una de ellas”, de la que señaló que se requerirá, “como mínimo, unas instalaciones que acojan unas 100 plazas para que abarque toda la comarca sur”.

Por ello, señaló que “se hará necesaria la implicación de todos los municipios, principalmente de los grandes, como son Arona, Adeje, Guía de Isora y Granadilla, además de la administración de Justicia; Sanidad; el Cabildo y el Gobierno de Canarias”.

Clara María Pérez aseguró que su municipio no puede asumir esta realidad en solitario, por lo que se requiere “coordinación y apoyo de todas las partes implicadas”, una acción que “Arona estaría dispuesto a encabezar e impulsar” para obtener unas dependencias con las que asistir a las personas que requieren ayuda, “independientemente de donde se ubique el centro”. Señaló que, esta sería una prestación al margen de las 400 que se asisten cada semana en los Servicios Sociales municipales, área en la que en el pasado ejercicio se gestionó un presupuesto superior al millón de euros. “Este albergue tendría que ser comarcal y en él deberíamos aunar esfuerzos todos los municipios que tenemos el problema”.

Pérez señaló que una de las prioridades “es el trabajo conjunto de todas las administraciones para asistir los casos de estas personas cronificadas”, y que Arona “ya ha impulsado la puesta en marcha de un censo para detectarlos y trabajar con cada una de esas historias que ha acabado en la calle”.

Además, recordó la reciente puesta en marcha del comedor social La Buena Estrella, en el Fraile, que necesita mucho apoyo y medios, “o la aplicación de medidas de acercamiento a estas personas, contando con la mediación de la policía”.

Indicó que “la ayuda siempre se les brinda a estas personas, a pesar de que nunca van a acudir a los servicios municipales, puesto que carecen de la documentación básica o incluso con la modificación de la legislación, se les deniega la asistencia sanitaria. Son diversos los problemas”.

De los tres casos de indigentes fallecidos, la concejal señaló que en el caso de uno de ellos, “ya estábamos en el trámites y prestándole ayudas, ya que se trata de un caso que se asistió durante muchos años, que se rehabilitó, pero volvió a las adicciones. Los otros dos, que fallecieron en centros hospitalarios, ya partían de un problema de salud”.

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