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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Homenaje a las once telefonistas de la central de comunicaciones de Arona

Foto con las personas reconocidas en la Velada de Arte, este domingo

Tenerife Ahora

Santa Cruz de Tenerife —

Once mujeres prestaron servicio en la centralita telefónica de Arona a lo largo de los cincuenta años que, entre 1925 y 1975, esta funcionó hasta su total automatización. Este grupo de trabajadoras, además de dos telegrafistas, dos celadores y una repartidora, han recibido en la noche de este domingo el homenaje del Ayuntamiento.

En ese acto de reconocimiento, que tuvo lugar durante la Velada del Arte, el alcalde José Julián Mena ha recordado que estos hombres y mujeres, “tanto nacidos en el municipio como procedentes de otros lugares de la isla, eran el nexo de comunicación de nuestros padres y abuelos con el exterior, incluidos aquellos que se habían marchado a otros países, como Venezuela, en busca de un lugar mejor para ellos y sus familias”.

“Estos hombres y mujeres, que fueron un ejemplo de dedicación, son también una muestra de cómo hemos ido avanzando y modernizándonos con el paso de los años. Poco o nada nos parecemos a aquella Arona que abrió su primera estación telefónica en 1925”, ha agregado.

Los homenajeados han sido María Concepción Arvelo, Josefa Fumero, Antonio Fumero Sierra, Dolores Linares Reverón, Rosa María Alfonso, Teresa Morales Beltrán, Ana Mari Arvelo, Margarita Fumero Delgado, Nemesia García Linares, María Isabel García Linares, Aurelia Alayón Linares, Nieves González Rodríguez, Gloria González Rodríguez, Francisca Bethencourt Frías, María Dulce Rosa Domínguez Mena y Cipriano Correa Martín.

Ellos, o bien sus descendientes y personas cercanas, han ido recogiendo un obsequio de recuerdo de este homenaje de manos tanto del alcalde de Arona como de la concejala del área de Fiestas en la Corporación, Pura Martín.

La Velada del Arte contenía en esta edición, además del reconocimiento público a las telefonistas, las actuaciones de Chago Melián y Goyo Tavío con el espectáculo Aromas de México y el Mencey Azteca.

La historia de la telefonía en Arona se inició en el año 1925, cuando se abrió la primera estación en el casco del municipio.

Reseña histórica de la telefonía en Arona

La joven sauzalera María Concepción Arvelo Ávila se presentó a unas oposiciones convocadas por el Cabildo Insular de Tenerife para cubrir una de las 25 plazas de aspirante a telefonista de la Red Telefónica Insular, obteniendo la plaza de la estación de Arona el 19 de noviembre de 1925.

Le concedieron el título de telefonista de tercera de la red insular con el haber anual de 1.200 pesetas, teniendo que hacerse cargo de todos los gastos ocasionados por la central. Doña Concha, como así la llamaban los vecinos de Arona, llegó en barco acompañada por su padre Raimundo Arvelo García y con todos sus enseres desde Santa Cruz hasta el puerto de Los Cristianos debido al mal estado de las carreteras de la época.

Por aquel entonces, la central telefónica se ubica en la calle Duque de la Torre, cerca del Ayuntamiento de Arona y contaba con la ayuda de doña Dolores Linares Reverón para acercar los avisos de las llamadas hasta la casas de los vecinos, por lo que era popularmente conocida como Lola la repartidora.

Cuando la Compañía Telefónica Nacional se hizo cargo de las centrales, nombran a doña Concha encargada de la central de Arona el 1 de agosto de 1945. En ese momento, la central se traslada hasta la calle del Sol, número 5, hoy conocida como calle Nueva, hasta un local propiedad de su esposo, don Jose María Alfonso Sierra.

Año más tarde, con su jubilación, la sustituye en el cargo de encargada su hija doña Rosa María Alfonso Arvelo, que desempeñó su puesto hasta la total automatización de los teléfonos y la desaparición de la central de Arona en abril de 1975.

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