RTVC en tiempos revueltos

En el siguiente capítulo de RTVC en tiempos revueltos, no vamos a hablar de El Foco, porque daría para una historia interminable. El ente público se encuentra en una situación extrema, y es que son tantos los problemas que lo rodean que está a punto de soltar el último expiró sin que los canarios luchen por ella.

Sorprende cómo pueden salir noticias sobre la podredumbre, la falta de credibilidad o los casos de supuesta corrupción y que no ocurra nada. Sorprende la pasividad de los ciudadanos, pero más sorprende la de los trabajadores de este sector. Sorprende cómo nos tragamos la falta de transparencia en un medio público sin apenas anestesia. Un ejemplo reciente y nauseabundo es cómo hace unos días el presidente de RTVC firmó un convenio con el Cabildo de Fuerteventura para promocionar la montaña de Tindaya, justo después de que Despiertos realizará su último programa sobre lo que podríamos denominar un pelotazo de renombre.

La era Negrín

El golpe que supuestamente le propinó Guillermo García, en el llamado caso Gloria, a RTVC ha dejado tal marca al ente que le costará mucho continuar con la piedra a su espalda. Con Santiago Negrín al frente, la televisión pública canaria ha intentado mejorar la marca, pero no el producto. Mientras son muchas las voces que dicen que Negrín es infinitamente mejor presidente que García se siguen cometiendo errores.

Uno de los grandes errores que señalan partidos políticos como NC o el propio sindicato de periodistas UPCC es la privatización de los servicios informativos. Aquí el contraargumento es el clásico: al estar gestionados por una empresa privada (Videoreport) no existe manipulación política de ningún tipo y funciona mejor. Punto, minipunto y pasamos turno.

Igual que la sanidad o la educación, la información es un servicio público contemplado en la Constitución Española, por lo que cualquier televisión pública de ámbito regional debe ser la que tenga la potestad sobre la información que realiza y transmite. Es garante de que los ciudadanos obtengan ese derecho de forma independiente y sin intereses de por medio.

Los encontronazos entre los miembros del propio Consejo Rector de RTVC es la otra parte de la historia. El Consejo ahora está compuesto por tres personas: Santiago Negrín, presidente; María Lorenzo (propuesta por el PSOE), y Alberto Padrón, propuesto por el Partido Popular. El último motivo discordante entre ellos han sido los acuerdos suscritos con el transportista de señales radioeléctricas.

Debido a que desde febrero no se cuenta con Secretaría y que se necesitaba desbloquear la situación, se llegó a decir que sería Negrín quien ocupara el puesto. Esto sería una ilegalidad pues la Ley de Radio Televisión Canaria contempla que tiene que ser una persona licenciada en Derecho. Rápidamente, desde RTVC se desmintió esa posibilidad mediante un comunicado. Pero aquí va la pregunta: ¿es esta la televisión pública que se merecen los canarios?

PD: deberíamos dedicar un capítulo a esos medios de comunicación canarios que hacen política y pseudoperiodismo a golpe de portadas.