El coste de la ignorancia

Ya nadie recuerda cuando un apretón de manos sancionaba un acuerdo y no era necesario nada más. No obstante, la creciente desconfianza de la palabra como puesta en valor del honor hace que sea imprescindible la incorporación de un documento con reconocimiento legal para poder tener la seguridad de que los acuerdos sean reconocidos. En este sentido, los campos de investigación y análisis que han motivado un mayor número de premios Nobel son la macroeconomía, la econometría y la economía financiera.

Desde el punto de vista de la temática más particular, la teoría de juegos, la distribución de la renta, la formación de los precios y salarios, entre otras, se han configurado como aportaciones clave a la reacción de los agentes económicos y sociales, así como de las instituciones que regulan las condiciones de mercado.

En 2016, la dirección del premio se ha ido hacia el británico Oliver Hart y el finlandés Bengt Holmström, por sus aportaciones a la teoría de los contratos. En dicha teoría, se analiza el modus operandi de la elaboración de los acuerdos contractuales, tanto en el ámbito de la empresa privada como en las relaciones económicas más generalistas. La aportación más interesante ahonda en la dicotomía público-privada desde el punto de vista de la gestión sobre lo público, principalmente, así como de la generación (o no) de los conceptos salariales variables como incentivo al incremento de la productividad con la finalidad última de buscar posturas win-win conjunto y no de suma cero.

Ahora bien, independientemente de la disciplina que conforma un proceso de análisis de esas características, hay un elemento común en todas ellas: que surgen de centros de investigación de reconocido prestigio, en los que la nacionalidad de la persona pasa a un segundo lugar y queda latente que aquellos países u organizaciones que fortalecen sus presupuestos en formación son los que generan la tendencia sobre la que el resto pivota. De esta forma, compran y adiestran el talento mundial, y generan incentivos para que se migre. Y para muestra un botón: más del cincuenta por ciento de los premios Nobel de economía han ido destinados al germen norteamericano, seguido del británico y con la Universidad de Chicago como la de mayor relevancia, por delante de Princeton. Ni que decir sobre que en el top le sigan Berkeley, Harvard, MIT, Columbia y Cambridge.

¿Y cómo evolucionan dichos parámetros por nuestros lares? Según la evolución del gasto en I+D+i en España, en términos de gasto presupuestado, las tasas positivas de incremento registradas hasta 2009, de más del 20% en los años 2006 a 2008, dieron paso a recortes pronunciados a partir de 2009, destacando la reducción de casi el 30% en 2012.

Desde el máximo alcanzado en 2009 hasta la actualidad, se ha producido un recorte del presupuesto del Estado asignado a I+D+i del 42,5%. Y es que invertir en formación siempre será mucho más barato que tener una sociedad ignorante, a no ser que sea eso justamente lo que se pretenda alcanzar, para que la capacidad de análisis y crítica no cuestione la mediocridad imperante.

José Miguel González Hernández

Economista