Sobre este blog

Espacio de opinión de Tenerife Ahora

La feminista imperfecta

veronica

Verónica Martín

0

Durante años me he considerado feminista. He vivido cómo, con rabia contenida, me llamaban “la chica” en mi ámbito laboral. Cómo en mi entorno las mujeres íbamos ganando años y experiencia pero pocas ascendían a puestos de responsabilidad. He tenido que dar explicaciones porque abandonaba a mi familia por dedicar muchas horas al trabajo.

He luchado infructuosamente en contra de los desagradables piropos callejeros. He desechado el rosa del armario de mi hija cuando era un bebé. He censurado el uso ridículo de la mujer en la publicidad. He entrevistado a cientos de expertas en las más diferentes temáticas porque sabía que era necesario visibilizarlas, antes incluso de conocer la palabra empoderar.

En mi labor como periodista, he tratado de eliminar en los medios en que he trabajado las imágenes que no aportaban información y que mostraban a una chica ligera de ropa.

Desde mi juventud hasta ahora, me he considerado una feminista por necesidad, no por vocación. Porque sé que la igualdad real es un camelo. Incluso he tomado una actitud más seria o distante en algunas ocasiones, para evitar esa desagradable manita del jefe (o político de turno) que se desliza sin tu consentimiento por tu cintura o tu rodilla.

Pero…, con todo, me siento una feminista imperfecta, como bien dijo recientemente la cantante Madonna en su discurso al recibir el premio a la Mujer del Año 2016.

Imperfecta porque, aunque rechazo la cosificación de la mujer, sigo a muchas modelos e influencers en Instagram solo para ver qué tal les quedan los modelitos elegidos. Imperfecta porque, aunque educo a mi hija en igualdad, hay días que tenemos ganas de hacer cosas de chicas como pintarnos las uñas. Imperfecta porque aunque me repatea que un jefe me mire el culo, me repatea aún más salir y que ningún hombre se fije en mí. Imperfecta porque, aunque quiero la igualdad de hecho, no veo necesario decir todos y todas en cada discurso. Sigue sin parecerme útil. Imperfecta porque no me gusta salir de casa sin maquillar. Imperfecta porque, en ocasiones, he permitido que mis parejas me hagan sentir que no valgo tanto como ellos. Imperfecta porque aún sigo, en sueños, deseando que un caballero andante me rescate.

Imperfecta porque las feministas no me calificarían como tal y los machistas me consideran una feminazi.

Sobre este blog

Espacio de opinión de Tenerife Ahora

Etiquetas
stats