Un presupuesto para la recuperación

Atender a las familias más necesitadas y crear puestos de trabajo son nuestros grandes objetivos para 2015. En verdad, se trata del mismo propósito con el que hemos venido trabajando desde que accedimos al Ayuntamiento, hace ya más de tres años. Poco tiene de nuevo.

El día que me propuse optar a la Alcaldía, tenía claro que iba a enfrentarme al peor momento económico y social de las últimas décadas. Sin margen de equivocación. Nos ha tocado (a todos) padecer una situación inédita. Una crisis tremenda, que disparó el paro a cotas insospechadas en todo el país. También en Santa Cruz, por supuesto. Pero hemos aguantado el temporal. Seguimos en pie. La historia demuestra que nuestra ciudad tiene arrestos para soportar grandes embestidas.

La novedad para el nuevo año es que el Ayuntamiento está en condiciones de ser el motor de la ciudad, liderar la recuperación económica en Santa Cruz y generar más confianza entre los vecinos.

En 2011, cuando accedimos al gobierno municipal, el Consistorio se hallaba en un instante muy delicado. Lejos de acobardarnos, preferimos tomar las riendas, saneamos, alcanzamos acuerdos para pagar, ordenamos, controlamos el gasto y redujimos la deuda como ningún otro ayuntamiento en el resto de las capitales españolas. Todo ello, además, sin dar la espalda a los más necesitados. Ahora, con una administración más moderna y eficaz, que ha dejado de estar en manos del Estado y de los bancos para volver a las del vecino, existe margen para otras cosas.

El Presupuesto que hemos presentado esta semana sigue apostando por las personas, con un marcado cariz social. Dedicamos 8 de cada 10 euros a políticas de bienestar comunitario, con un incremento superior al 6 por ciento en la partida destinada al Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), que dedica más del 80 por ciento de sus fondos directamente al ciudadano.

Conscientes de las necesidades de muchas familias, volvemos a ampliar la dotación para las denominadas PEAS (Prestaciones Económicas de Asistencia Social), en apartados como alimentos, agua, luz o alquiler, con cuatro millones de euros más. Asimismo, pondremos en marcha un nuevo proyecto para las personas sin hogar, con más de medio millón de euros.

No obstante, todos sabemos que la creación de empleo es la política social más efectiva. A medida que se reduzca el paro, descenderá también el número de personas necesitadas de protección.

Aunque el Ayuntamiento no crea empleo, sí puede ayudar a que lo hagan las empresas. Por eso estamos empeñados en dinamizar la ciudad, como fuente que impulse la reactivación económica y la generación de puestos de trabajo.

Los datos de noviembre sobre la actividad laboral en Santa Cruz confirman, una vez más, la tendencia advertida desde finales de 2013. Mes a mes, desde la moderación, encadenamos registros que invitan a la esperanza. De ahí que en el proyecto presupuestario insistamos en la dinamización, lo mismo que en la inversión pública, con un incremento del 68,3% respecto a 2014, cuadruplicando lo dispuesto en 2012.

Como he señalado, tenemos vocación y condiciones para tirar de la ciudad. Vamos a dedicar más de 22,3 millones de euros a obras, que buena falta que hace, concentradas mayormente en los barrios.

Una parte tiene como destino aquellas infraestructuras declaradas de emergencia tras las lluvias torrenciales del 19 de octubre, junto a otras referidas a viviendas, tanto en rehabilitación como en reposición, y muchos pequeños proyectos, dirigidos a mejorar la calidad de sus habitantes. Pero también vamos a acometer la anunciada reforma fiscal, que supondrá una bajada de impuestos sin precedentes, con el fin de aliviar la carga fiscal sobre las familias y las empresas.

Sin embargo, no solo se trata de restar y reducir. La rebaja también tiene por objeto sumar y crecer, haciendo más atractiva la ciudad para la inversión, incentivando la creación de empleo e impulsando la dinamización y el desarrollo.

En definitiva, siendo de verdad un Ayuntamiento motriz para nuestra capital. Con menos deuda y un presupuesto expansivo, que crece en gasto social e inversión, al tiempo que reduce los impuestos, cabría preguntarse cuántas administraciones españolas están en condiciones de hacer hoy esto mismo. Seguramente, muy pocas.