El cobro de comisiones ilegales en Arona, contado por un extorsionado

El exalcalde de Arona, José Alberto González Reverón, compareció recientemente ante la Justicia.

Belén Molina

Las Palmas de Gran Canaria —

La pieza principal del caso Arona, que podría ser una de las mayores tramas de corrupción urbanística en Canarias, no solo atañe a la concesión de licencias por ese Ayuntamiento para todo tipo de posibles infracciones urbanísticas, según recoge la Fiscalía en su escrito de acusación para el juicio oral que comienza el 12 de enero en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, sino mucho, mucho más.

Abarca también contrataciones a dedo de personal, fraccionamientos sospechosos de contratos fuera de concurso público y, sobre todo, un constante flujo de cobro de comisiones millonarias que habría hecho que el Ayuntamiento de Arona, casi como un espejo de Marbella, tuviera una caja B por todo tipo de concesiones de licencias o permisos de obras, bajo cuerda, con tráficos de influencias, cohechos, prevaricaciones urbanísticas y malversaciones continuadas.

Uno de los personajes claves y testigo en la vista oral, que hizo posible que la investigación del caso Arona avanzara y, de paso, destapar los detalles de la trama de cobro de comisiones ilegales que se cocían en la oficina técnica de Urbanismo del Ayuntamiento de Arona, con posibles extorsiones incluidas, es el empresario José Ramón Ansorena.

Por José Ramón Ansorena hay que entender dos personas, el padre y el hijo. El hijo expuso ante el magistrado Nelsón Díaz Frías, instructor del caso Arona, cómo su padre, y él mismo, habían sido chantajeados para que le concediera un permiso de obras mayores, con el fin de transformar una parcela hotelera en residencial, en la zona de Costa del Silencio. Querían construir 206 viviendas y llevaban con los trámites desde el año 2000.

De acuerdo con el sumario del caso Arona, en 2005 José Ramón Ansorena padre presentó a Arsenio Zamora a su hijo como alguien que podía intermediar en la tramitación de la licencia.

Según el testimonio del hijo, se presentaron en las dependencias del Ayuntamiento, y allí no sólo estaba Arsenio, el intermediario, sino también Roberto de Luis, Eliseo de la Rosa y el concejal delegado para el Sur del Cabildo y concejal municipal de Urbanismo por el PP, Félix Sierra.

Y aquí es donde entra el delito del cohecho que pende sobre cuatro personajes básicos en el cobro de esas comisiones y que les sentará en el banquillo a partir del próximo martes y hasta el 11 de mayo: el arquitecto municipal Eliseo de la Rosa, el aparejador municipal Roberto de Luis y el empresario que actuaría de intermediario, Arsenio Zamora. Para los dos primeros se piden 6 y 8 años de cárcel. El cuarto personaje es Sierra, para quien se solicitan cuatro años de prisión por cohecho, y 21 años de inhabilitación para cargo público por prevaricación urbanística, cohecho y negociaciones prohibidas con funcionario público.

La Fiscalía sostiene que Sierra, de la Rosa y De Luis “formaban parte de una trama para el cobro ilegal de comisiones ilegales a promotores, constructores y técnicos directores de obras”.

Ansorena padre ya le había dicho al hijo que Eliseo de la Rosa le había pedido seis millones de pesetas para agilizar la licencia, “porque de otra forma no podrás conseguirla”. Estaba pendiente de aprobación por el Cabildo.

Posteriormente, Arsenio Zamora le solicitó a Ansorena hijo un millón de pesetas para que se elaborará el informe que los técnicos municipales debían elevar al Cabildo, informe que posteriormente supo que debía ser gratuito. Según declaró al juez y se recoge en el sumario, se hizo el pago en una calle de Los Cristianos.

A ese pago siguieron otros. Dos millones y medio de pesetas por un dictamen jurídico sobre la parcela que debía hacer unos abogados que luego se supo que sólo habían cobrado 75.000 pesetas.

El remate fue cuando, conforme a la acusación pública, Arsenio Zamora pidió a Ansorena padre 45 millones de pesetas para poder obtener la ansiada licencia de obra mayor. Ansorena hijo se armó de valor, se enfajó una grabadora y concertó una entrevista en un restaurante con Zamora.

Esto, abajo, es un extracto de la transcripción de lo que grabó Ansorena hijo y que entregó en 2007 al juez, en una denuncia por extorsión que figura en el sumario:

 

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