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The Guardian en español

La ayuda a Alepo podría caer del cielo, en paracaídas guiados por GPS

Paracaídas guiados por GPS // Foto: Ejército de EEUU

Emma Beals / Julian Borger

No hay ningún obstáculo técnico que impida entregar comida y medicamentos a Alepo. Pero para hacerlo se deben utilizar sistemas de paracaídas guiados por GPS. Sin embargo, los planes se han paralizado ante las dudas de los jefes militares y la ausencia de voluntad política. Diplomáticos y militares de seis gobiernos diferentes –incluidos Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Alemania– han recibido un plan operativo detallado presentado por una agencia de ayuda humanitaria, que circula entre los funcionarios occidentales desde hace un mes.

El plan, al que tuvo acceso the Guardian, se basa en el uso de una tecnología conocida como Sistema de Entrega Aérea Precisa (Jpads, por sus siglas en inglés), que ha sido muy utilizada por el ejército de Estados Unidos desde el año 2001 en Afganistán para entregar suministros a tropas a las que no se podía llegar por carretera, sea por la dificultad o por la peligrosidad del terreno. El sistema usa palets que se lanzan con paracaídas y se guían con un GPS y un timón.

Según el plan, hay tres puntos identificados de aterrizaje que se podrían utilizar en el este de Alepo. El objetivo principal es proveer ayuda humanitaria al enclave sitiado para mantener a la población viva con la esperanza de que las negociaciones lleguen a una solución definitiva.

El plan propone una entrega inicial de 20 palets y los vuelos partirían desde la estación aérea británica RAF Akrotiri en Chipre o desde la base aérea de Incirlik en Turquía. El Comité Internacional de la Cruz Roja podría verificar que los paquetes sólo contengan ayuda humanitaria.

Los aviones se mantendrían a unos 25 kilómetros de la frontera turca y siempre volarían sobre áreas controladas por la oposición. Los palets se podrían lanzar desde los 7.500 metros de altura y tienen una zona de aterrizaje de hasta 25 kilómetros, superando así la principal objeción contra la entrega aérea: que los aviones de la OTAN quedarían al alcance de los aviones sirios y rusos y los sistemas de defensa aérea.

Sin embargo, aunque el plan ha tenido en general el visto bueno de los diplomáticos, muchos militares occidentales se oponen. “Un militar se oponía al punto de negar que el sistema siquiera existiera”, afirmó una fuente cercana a las reuniones. Sin embargo, esta tecnología es utilizada por el ejército de Estados Unidos y el sistema está bien explicado en el sitio web del fabricante.

“El ejército no tiene como prioridad que se conozca esto, hay una sensación de que el ejército no quiere entrar en este teatro y nadie los ha obligado”, explica Chris Harmer, un piloto naval jubilado y experto analista en el Instituto para el Estudio de la Guerra.

Hace meses que en Washington funcionarios estadounidenses y británicos discuten el tema de la posible entrega aérea de comida en Alepo y otros enclaves sitiados, pero las conversaciones se han estancado por los desacuerdos entre las distintas agencias. Mientras tanto, la zona este de Alepo, controlada por los insurgentes, ha sido invadida por fuerzas a favor del régimen, dirigidas por la Hezbolá libanesa y por grupos paramilitares chiíes comandados desde Irán, apoyados por los aviones sirios y rusos. Ante el fracaso de las negociaciones para llegar a un alto el fuego permanente, hace 150 días que los convoyes no pueden acceder a la zona por carretera.

La secretaria paralela de Defensa del Reino Unido, Emily Thornberry, dijo: “El gobierno ha dejado claro en el pasado que considera a la entrega aérea como un último recurso para Siria, pero ahora hemos llegado a ese punto. Le pediría al gobierno que haga hasta el último esfuerzo y explore hasta la última opción para poder hacer llegar alimentos y medicamentos a los civiles atrapados en el este de Alepo, antes de que sea demasiado tarde”.

En el Reino Unido, 201 parlamentarios de todo el espectro político han afirmado que votarían a favor de la entrega aérea de ayuda humanitaria a Alepo si el Parlamento sometiera el tema a votación.

El Ministro de Estado británico para asuntos de Oriente Medio, Tobias Ellwood, declaró ante las preguntas parlamentarias del 28 de noviembre que existía “la posibilidad de que un avión británico fuese derribado”. No está claro si Ellwood estaba al tanto de la propuesta de Jpads cuando hizo esas declaraciones al Parlamento. Se estima que tanto el Reino Unido como Francia y Alemania están en condiciones de poder lanzar misiones de ayuda aérea de esta forma, aunque el sistema en sí mismo sólo esté en manos estadounidenses.

Desde el territorio han celebrado la iniciativa. La Defensa Civil siria mantiene una presencia activa y ha respondido al plan de entrega aérea de ayuda con el siguiente comunicado: “La situación en Alepo es desesperante. Tenemos la capacidad de recoger la ayuda y entregarla a las organizaciones humanitarias y a los hospitales que la necesiten. Estamos dispuestos a ayudar a nuestro pueblo”.

Dos ingenieros de la Universidad de Alepo, Abdulrahman y Amr Shayah, hicieron un pedido urgente el viernes para que se utilicen Jpads para ayudar a los civiles a sobrevivir en la ciudad. “Las fuerzas aéreas siria y rusa han utilizado paracaídas para lanzar bombas sobre zonas civiles de la ciudad sitiada. Bien podrían utilizarse paracaídas para enviar alimentos y medicamentos que se necesitan con urgencia”, dijeron.

Alison McGovern, presidenta del grupo parlamentario del Reino Unido sobre Siria, aseguró: “El gobierno debería explorar todas las opciones posibles para hacer llegar ayuda a los civiles que están en una situación desesperada... El gobierno debería presentar urgentemente un plan a la Cámara Baja para entregar la mayor cantidad posible de ayuda con un mínimo riesgo para nuestras Fuerzas Armadas”.

Traducido por Lucía Balducci

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