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The Guardian en español

París cree tener ventaja en la lucha por llevarse el negocio de Londres tras el Brexit

Campaña del distrito parisino de La Défense para atraer empresas británicas a París.

Angelique Chrisafis

París —

Entre los inmaculados edificios de La Défense, el distrito de negocios parisino, las grúas perfilan el cielo y la banda sonora la pone el martilleo de la construcción de futuros rascacielos y cientos de metros cuadrados de oficinas. Marie-Célie Guillaume guía orgullosa a las empresas que barajan planes de emergencia y estudian trasladar puestos de trabajo de Londres a Francia una vez que Reino Unido abandone la Unión Europea.

“La incertidumbre provocada por el Brexit se hace cada vez mayor hoy en día”, dice subiendo al ascensor del edificio de oficinas más alto de Francia para examinar un nuevo espacio de oficinas de diseño, con cintas de correr y habitaciones destinadas a la meditación. “Desconocemos los plazos o las condiciones del Brexit, y si hay algo que las compañías odian es la incertidumbre”.

Guillaume, la directora general de Defacto, que gestiona el amplio distrito de negocios que ocupa el oeste de París, es el cerebro tras la burlona campaña publicitaria del año pasado para atraer a las empresas a Francia después del Brexit: “Tired of fog? Try the Frogs!” (“¿Cansado de la niebla? ¡Prueba las ranas!”). Los británicos se refieren a los franceses, de manera algo despectiva, como ranas. Desde entonces, ha visto crecer el número de consultas por parte de firmas internacionales para reubicar a sus plantillas de Londres.

La Défense, el distrito de negocios más grande de Europa, se encuentra en pleno auge de la construcción, al mismo tiempo que París se apresura a construir nuevos edificios de oficinas al unísono con la gran ampliación del sistema público de transporte. El distrito ya cuenta con cientos de miles de metros cuadrados de espacio de oficinas comparativamente barato para cualquier compañía que pueda decidirse por reubicar a trabajadores establecidos en Londres, en especial si el Brexit significa la pérdida de los “derechos de pasaporte” de Londres, que permite a las empresas del sector financiero acceder a los mercados de la Unión Europea.

Las empresas y entidades financieras londinenses prefieren esperar a conocer los términos exactos del Brexit, y están bajo presión para tomar decisiones a principios del año que viene. Pero Guillaume también pone la mirada al este para conseguir negocios de Londres. Viajó recientemente a Corea del Sur y Japón para presentar las oportunidades que ofrece París. “Nuestro objetivo no son sólo las compañías que se encuentran actualmente en Londres”, dice Guillaume. “Hasta ahora, las firmas asiáticas que se instalaban en Europa se decidían por Londres sin pensarlo un segundo. Ahora está claro que dudan entre Alemania y Francia”.

París ha mejorado su posición entre las ciudades europeas para hacerse con el sector de la “reubicación del Brexit”. El consejero delegado de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, lo destacó en un tuit en el que elogió a París –también lo había hecho antes con Francfort– suscitando especulaciones sobre la posibilidad de que París se beneficie de las operaciones bancarias de Londres tras el Brexit.

Valérie Pécresse, directora de la región de Isla de Francia que rodea París, visitó Londres para reunirse con directivos en Londres como parte de las últimas giras para incentivar la reubicación en París. La fase de presentar argumentos generales ya ha pasado. Esta vez, Pécresse llevó con ella a un extenso equipo de expertos para responder las preguntas más específicas de las compañías –desde impuestos a legislación laboral, visados o el precio del alquiler– ahora que los negocios entran en una fase más urgente de la preparación de planes postBrexit y las decisiones de principios de 2018.

“Nuestro primer objetivo son los bancos franceses”, dice Pécresse. “Con los cambios en la legislación francesa, los bancos franceses ya no tienen razones para llevar a sus trabajadores a Londres”. Pécresse señala que el objetivo último para la región de París es traer desde Londres 10.000 puestos de trabajo para 2019. “Por supuesto que todo depende de las negociaciones en Bruselas. Si, tal y como parece, las negociaciones acaban con los pasaportes financieros de Reino Unido, creo que París puede conseguir 10.000 puestos de trabajo de manera automática”.

Pécresse, antigua ministra del Presupuesto durante el mandato de Sarkozy y figura clave del partido de derecha Los Republicanos, dice que hay muchos aspectos “psicológicos” en juego, como convencer al mundo de los negocios de que Francia está cambiando profundamente.

“La legislación laboral francesa se ha reformado y el impuesto sobre la riqueza ha sido transformado. Así que el mensaje es que Francia es capaz de hacer reformas y que hay una nueva mentalidad. Creo que se han mandado muchos mensajes positivos y que no queda una sola persona en la City de Londres que piense que Francia es enemiga de las finanzas”.

La capital francesa compite con muchas otras ciudades de la Unión Europea, y el mayor desafío es Francfort, sede del Banco Central Europeo. La región de Isla de Francia calcula, en base a comunicados de compañías, que alrededor de 2.500 puestos de trabajo ya van a ser trasladados de Londres a París. Incluyendo a empleados del banco HSBC y al menos 300 inversores de bolsa y asistentes del Bank of America. Pero Francfort se encuentra a la cabeza, con más de 3.000 puestos de trabajo destinados al centro financiero alemán. [El pasado lunes París ganó en la votación, en la que Frankfurt cayó en la segunda ronda, para ser la nueva sede de la Autoridad Bancaria Europea, que abandonará el londinense Canary Wharf].

Hasta ahora, de las 50 compañías que han acudido al teléfono de consulta de la región de París y a sus consejeros de relocalización para discutir estrategias tras el Brexit, 11 han adoptado medidas para reubicar puestos de trabajo en Francia.

“Jugamos en la misma división que Francfort”, declaran autoridades de la región de París sobre la carrera por captar el éxodo del Brexit.

Francia tenía la dificultad inicial de la imagen política de un país escéptico hacia los ricos. El último presidente, François Hollande, fue elegido bajo la promesa de ser “el enemigo de las finanzas”; los impuestos alcanzaban máximos históricos y los costes de contratar y despedir eran mayores que los de otros países vecinos.

El actual primer ministro, Edouard Philippe, asegura que se han abordado “ciertas debilidades” con la llegada del presidente Emmanuel Macron, centrista y favorable a las empresas. Cita reformas que liberalizan la legislación laboral, haciendo más fácil contratar y despedir, la eliminación del impuesto sobre la riqueza y su transformación en un impuesto de patrimonio, la abolición de la categoría impositiva más alta de la nómina de cada empleado y la cancelación del plan de elevar el impuesto para transacciones financieras en Francia, actualmente de un 0,3%.

De la mano van importantes esfuerzos por parte de París y su región, como la simplificación de las tareas administrativas, establecer un tribunal internacional que pueda llevar casos en inglés y la construcción de tres escuelas internacionales para 2020. Estas escuelas públicas internacionales con clases bilingües serán gratuitas, algo central para las empresas que pagan las tasas escolares de sus empleados.

Para las autoridades franceses, todo depende de las negociaciones de Reino Unido con la Unión Europea. Un Brexit “duro” aceleraría la búsqueda por parte de las empresas de sedes alternativas en Europa.

“Justo después de los resultados del referéndum del Brexit”, dice Thierry Schimpff, director del sindicato de reubicación de profesionales, “percibimos un gran aumento en traslados desde Reino Unido a Francia por parte tanto de familias como de compañías. Ahora entramos en un período de espera para ver qué pasa con las negociaciones. Algunos se preguntan si el Brexit tendrá lugar, otros están haciendo planes para irse, preocupados por un Brexit duro. Parece que estamos a ciegas y que todo está en el aire”.

Jean-Louis Missika, el teniente de alcalde de París encargado del desarrollo económico, sostiene que hay indicios de que los expatriados franceses están volviendo a Francia, y otras señales apuntan que algunos científicos se están planteando cambiar Londres por París. El Brexit, según él, es “un terremoto lento –empezó el día de la votación y continúa lentamente–, pero con las consecuencias que tiene todo terremoto”.

Traducido por Marina Leiva

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