Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

The Guardian en español

Los policías estadounidenses no ven motivo para endurecer el control de armas a pesar de los ataques

Varios policías durante una manifestación contra la violencia policial hacia los negros en EEUU, que se saldó con cinco agentes muertos, en Dallas.

Jessica Glenza / Lois Beckett

En once días, ocho agentes de la policía de EEUU perdieron la vida en dos tiroteos planeados. En el frente de batalla diario por la violencia con armas de fuego, la policía tiene una razón de peso para estar alerta ante la presencia de civiles armados.

Con la ley de libertad para llevar armas de Cleveland en el centro de atención, muchos temían que hubiera violencia en torno a la Convención Nacional Republicana. El sindicato de policía de Cleveland llegó incluso a pedir al gobernador y ex candidato presidencial por el Partido Republicano, John Kasich, que suspendiera esa ley en las inmediaciones de la sede de la convención.

No quiere decir que las fuerzas policiales de EEUU estén a favor de leyes de armas más restrictivas. Aunque los jefes de policía y las fuerzas de seguridad de las grandes ciudades suelen favorecer un enfoque más estricto de la posesión de armas, los comisarios elegidos por el pueblo y los pequeños distritos policiales tienden a inclinarse hacia el otro lado.

“Estar rodeado de violencia con armas de fuego todo el tiempo, ver estas cosas, te hace pensar en tu seguridad personal cuando no estás de servicio”, dice Jim Bueermann, ex jefe de policía y presidente del grupo de investigación y entrenamiento Fundación Policial.

Según Bueermann, los agentes que patrullan las calles suelen ser más partidarios que sus superiores del derecho a llevar armas. “Los policías de calle dirán: 'No voy a ningún lado sin mi arma'”. En su opinión, “los jefes de policía suelen tener una visión mucho más estratégica sobre los métodos para combatir el crimen”.

Tras los ataques de Dallas, el jefe de policía David Brown, sugirió que los legisladores “hagan su trabajo” y resuelvan “algo con respecto a las armas”. “Hay muchas cosas en las que las dos partes están de acuerdo que todavía no han sido implementadas”, dijo Brown en una conferencia de prensa. Brown se negó a dar detalles sobre el tipo de leyes que podría respaldar. Dijo que no quería “entrar en ese debate y ser utilizado por las dos partes interesadas, que mantienen obcecadamente su postura”.

Este domingo, poco después del ataque de Baton Rouge en el que murieron tres policías, el comisario de East Baton Rouge dijo que el control de armas no era el problema. “A mi parecer, este asunto no trata tanto de control de armas sino de lo que hay en el corazón de las personas”, dijo el comisario Sid Gautreaux.

Jennifer Carlton es una profesora de la Universidad de Arizona que investiga la actitud de la policía en temas como el control de armas. Según Carloton, los comisarios elegidos por el pueblo suelen estar a favor de menos control que los jefes de policía designados. “Dado que se trata de un comisario de Luisiana, la respuesta no me sorprende nada”, dijo Carlton acerca de las declaraciones de Gautreaux. “Hubiera sido una sorpresa si hubiese respondido de otra manera”.

“En la medida en que se trata de un comisario electo en un estado conservador que apoya llevar armas, no me sorprende nada que lo considere un tema sobre 'el corazón de las personas', en lugar de un problema de control de armas. Lo mismo pasó en Oregón”.

“Los policías no son muy diferentes de los demás”

El tiroteo en un centro de estudios de Roseburg, Oregón, dejó nueve víctimas fatales. Después de que ocurriese, el comisario de la localidad, John Hanlin, dijo en la CNN que su posición sobre el control de armas había cambiado. Antes del tiroteo, se oponía a cualquier tipo de campaña para “alterar” la Segunda Enmienda, había escrito a la Casa Blanca argumentando que “el control de armas NO era la solución” y testificado contra los intentos de expandir la ley estatal de control de antecedentes.

Según Bueermann, “en muchos aspectos, los policías no son muy diferentes de los demás”: “Según el lugar del país en el que se encuentren, sus puntos de vista sobre el control de armas pueden ser muy parecidos a los de una persona promedio de su zona”.

Es abismal la división sobre el derecho a estar armado que hay entre los jefes de policía designados –especialmente los de las ciudades más grandes– y los comisarios elegidos por el pueblo.

Tras el tiroteo de la escuela primaria Sandy Hook en 2012, la Asociación Internacional de Jefes de Policía y la Asociación de Jefes de Grandes Ciudades presionaron por leyes de control de armas más estrictas, incluida la prohibición de armas automáticas. La Asociación de Comisarios de Condados Grandes se opuso a esa prohibición –con el argumento de que no abordaba el problema real– y presionó a la Casa Blanca para que se centrara en la salud mental: “Las mayores instalaciones del país dedicadas al cuidado de la salud mental no son los hospitales; son las prisiones estatales”.

Las asociaciones que representan a los jefes de policía de las grandes ciudades, igual que las asociaciones que agrupan a los negros, a los hispanos y a las mujeres dentro de los cuerpos policiales, forman parte de la Sociedad Nacional de Policías para Prevenir la Violencia de Armas de Fuego, una alianza de grupos policiales que interviene a menudo en el Congreso en busca de leyes más estrictas de control de armas.

Según su director, el jefe del departamento de policía del condado de Baltimore Jim Johnson, el grupo representa a miles de líderes policiales que protegen a millones de personas en EEUU. Quieren terminar con los fallos del sistema en las leyes de averiguación de antecedentes, así como prohibir las armas automáticas y las que incorporan cargadores de gran capacidad. Además, se oponen a la legislación nacional de reciprocidad en el derecho a llevar armas escondidas, una ley que puede invalidar la legislación de cada estado sobre ese aspecto.

“Soy cazador, practico tiro al blanco, creo que me parezco bastante a cualquiera de los que trabajan aquí. Nadie quiere prohibir todas las armas. No es que vayamos a hacer como en Australia y recolectar todas las armas. Nadie está diciendo eso”, dijo Johnson. El grupo dice buscar una legislación que “ayude a que las armas estén fuera del alcance de la gente que no debería tenerlas”.

Comisarios que piden llevar armas

Algunos oficiales tienen una postura a favor del derecho a las armas mucho más ferviente que otros. Johnson dijo ser “consciente de que algunos policías, por ejemplo, son arduos defensores de la Segunda Enmienda”: “No quieren ninguna restricción, aunque esas armas se puedan usar en su contra”.

En su opinión, la constante cobertura mediática de los ataques sufridos por las fuerzas policiales –algunos de ellos con armas de tipo militar– podría cambiar la opinión de algunos oficiales sobre el control de armas.

Algunos comisarios han alentado a los estadounidenses a que lleven armas. Como dice el comisario de Milwaukee, David Clarke –uno de los favoritos de la Asociación Nacional del Rifle–, la policía no puede llegar a la escena de los hechos con la rapidez necesaria para evitar que los ciudadanos sufran ataques violentos.

Después del tiroteo ocurrido en San Bernardino, los comisarios de Florida y Nueva York instaron a los ciudadanos a llevar armas. “Teniendo en cuenta los recientes hechos ocurridos en Estados Unidos y alrededor del mundo, quiero pedir a los ciudadanos del condado de Ulster con licencia para llevar armas de fuego que POR FAVOR LAS LLEVEN”, publicó en Facebook el comisario del condado, Paul Van Blarcum.

“Lo único que detiene a un tipo malo con un arma es un tipo bueno con un arma”, explicó en un vídeo el comisario Wayne Ivey, del condado de Brevard. “De ninguna manera estoy sugiriendo que nosotros, como ciudadanos, asumamos el papel de justicieros. Lo que estoy diciendo es que necesitamos estar preparados física y mentalmente para responder a un ataque”. El vídeo recibió más de 5 millones de visitas.

Algunos comisarios han llegado aún más lejos, y han jurado oponerse a los intentos del gobierno para impulsar regulaciones de control de armas que consideran inconstitucionales.

Richard Mack, fundador de la Asociación de Jueces de Paz y Comisarios Constitucionales y ex comisario del condado de Graham (Arizona), es un antiguo defensor del derecho a llevar armas. En la Convención Nacional Republicana, cuando le preguntaron acerca de las amenazas a la seguridad y de la presión del sindicato de policías para suspender las leyes de libertad para llevar armas, Mack respondió: “Con todos los ataques y tiroteos que ocurren en nuestro país, yo no saldría de mi casa”.

“Ese lugar es una pesadilla”, dijo. “No confío en la gente del movimiento Black Lives Matter, en toda esa gente que va a protestar a los eventos de Donald Trump. Habrá demasiada gente allí… Simplemente no veo la necesidad, no me parece que ir sea un asunto de vida o muerte”.

Traducción de Francisco de Zárate

Etiquetas
stats