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The Guardian en español

La batalla por las almas de Nepal: “Promueven el cristianismo con dinero”

Hasta hace poco el único estado hinduista del mundo, Nepal se convirtió en república laica tras los diez años de guerra civil y la caída de la monarquía en 2008

Pete Pattisson

Manahari —

Ram Maya Sunar tiene 35 años y sufrió dos abortos. Más tarde tuvo una hija que murió de neumonía cuando tenía año. “Mi segundo hijo murió de tuberculosis a los seis meses. Todavía me persiguen los recuerdos...”, dice Sunar, sentada fuera de su chabola de hormigón en Thakaldanda, una aldea del distrito Makwanpur, al sur de Nepal.

En su siguiente embarazo, Sunar buscó un remedio impensado. En lugar de llamar a los chamanes de la zona, como las otras veces, se unió a una iglesia. Originalmente hinduista, cuando se convirtió al cristianismo dio a luz a una bebé saludable. Más tarde, a un varón. “Son mis regalos de Dios”, dice.

La historia se repite por todo Thakaldanda, una aldea de unas 50 viviendas. “Hay una iglesia aquí, otra por ahí y otra por allá”, dice Kajiman BK, convertido al cristianismo tras sobrevivir a una enfermedad desconocida.

Sunar y Kajiman tienen en común algo más que su historia de supervivencia. Los dos son dalits (anteriormente “intocables”), la casta más baja en el sistema hindú que aún hoy sufre discriminación y maltratos.

Entre otros grupos marginados, los dalits son los que lideran el vertiginoso crecimiento del cristianismo en Nepal. Más de un millón de nepalíes se asumen como cristianos. El país tiene una de las poblaciones cristianas con mayor crecimiento en el mundo. Según la Federación de Cristianos Nacionales en Nepal (FNCN, por sus siglas en inglés), el 65% de los cristianos de ese país son dalits.

Hasta hace poco el único estado hinduista del mundo, Nepal se convirtió en república laica tras los diez años de guerra civil y la caída de la monarquía en 2008. El hinduismo sigue siendo la fe dominante pero la transición hacia un estado laico ha abierto paso a otras religiones, aunque el proselitismo religioso esté prohibido por la Constitución.

Cristianismo, salud y pobreza

Las razones detrás del crecimiento del cristianismo parecen tener más que ver con la salud, la discriminación y la pobreza que con una verdadera creencia. Según los críticos, detrás de las conversiones también se nota la presencia de misioneros extranjeros bien financiados.

Cerca del camino principal de Manahari, una ciudad de Makwanpur, se han levantado decenas de pequeñas iglesias. Los pastores cristianos de la zona calculan que en la ciudad hay 2 mezquitas, 5 gompas budistas, 10 templos y 35 iglesias.

Muchas de las iglesias están dirigidas por chepangs, uno de los grupos autóctonos más marginados de Nepal.

Según Diana Riboli, una antropóloga italiana que lleva años investigando el chamanismo de los chepangs en la zona de Manahari, “tras el terremoto, las misiones cristianas en las zonas ocupadas por los chepangs se fueron volviendo cada vez más activas, y la cantidad de iglesias comenzó a crecer de una manera increíble”. “Los misioneros hacen hincapié en el aspecto sanador del cristianismo, en un intento por ponerle fin a los rituales tradicionales y al poder carismático de los chamanes”, dice.

De acuerdo con Riboli, las conversiones están “creando una situación alarmante” en las comunidades chepang, donde cada vez hay más conflictos internos.

Según Purna Bahadur Praja, un chamán chepang, muchos miembros de su casta se convierten al cristianismo por dinero. “Son codiciosos… Después del terremoto, consiguieron biblias, arroz, ropa, mantas y dinero para construir iglesias. Los pastores recibían motocicletas… Se pasan el tiempo enviando correos electrónicos a extranjeros para pedirles dinero”, dice.

El pastor chepang Mahibal Praja rechaza con vehemencia la acusación. En una pequeña tienda cercana al camino principal funciona su empresa de televisión por cable. Desparramados por el piso hay monitores polvorientos, rollos de cables y soldadoras. “Miren esto. Si ganara tanto dinero ¿estaría trabajando aquí?”, pregunta.

La iglesia de Praja es una pequeña construcción hecha de hormigón y chapas de zinc. Los sábados por la mañana, día en el que se rinde culto cristiano en Nepal, se llena con más de 50 fieles transpirando debido a la humedad del aire.

Dinero y fe

El enérgico sermón de Mahibal Praja parece confirmar la acusación de Purna Bahadur de que hay gente haciendo dinero. “Muchas personas ganan dinero con el cristianismo, pero no son verdaderos cristianos”, grita Praja a través del micrófono. “La iglesia necesita un nuevo edificio, Dios, por favor provéenos un lindo edificio”, termina su plegaria.

En la cercana aldea de Ramantar las plegarias de los dalits cristianos ya han sido escuchadas: rinden culto en un espacioso y aireado edificio de dos pisos construido con la ayuda de misioneros estadounidenses. Según Jit Bahadur Sunar, el pastor, en la aldea hay otras tres iglesias. “Hace diez años, sólo había cuatro o cinco familias cristianas aquí pero, cada día, la cantidad de cristianos es mayor”, dice. “Casi todos los dalits de la aldea son cristianos”.

Para Sunar, la discriminación por casta es la razón principal por la que los dalits se convierten al cristianismo. “Las personas de las castas más altas de la aldea solían tratarnos peor que a los perros… y, en general, el trato sigue siendo el mismo. Los sacerdotes de las castas más altas se niegan a realizar matrimonios o rituales funerarios para los dalits, pero entre los cristianos no hay discriminación… somos todos iguales”.

Hari Gopal Rimal, un sacerdote hinduista local, lo admite. “La casta de los ‘intocables’ es un punto débil dentro del hinduismo… Es necesario cambiar estas cosas”, dice.

Pero en la batalla por las almas, Rimal siente que el hinduismo está perdiendo contra una fuerza más poderosa. “Varias organizaciones extranjeras proporcionan fondos cuando los cristianos se enferman. Además, después del terremoto, brindaron su ayuda solamente a los cristianos. Las biblias venían en sacos de arroz. Las biblias llegaban por todos los medios… Están usando el dinero para promover el cristianismo y nosotros tenemos que competir contra ellos”.

Purna Bahadur Praja está de acuerdo. “Estoy triste porque la gente se está olvidando de su cultura y de sus rituales en nombre del dinero que reciben de fuera. ”Si esto sigue así, no quedarán más hinduistas en esta ciudad“.

Traducido por Francisco de Zárate

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