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The Guardian en español

El próximo presidente de Filipinas promete cambiar la constitución y ejecutar a miles de delincuentes

Duterte quiere cambiar la constitución filipina e imponer un sistema parlamentario federal.

Oliver Holmes / Agencias

Manila —

El político filipino Rodrigo Duterte, que tiene una ventaja imbatible en los recuentos no oficiales de las elecciones presidenciales del país, presionará para modificar la constitución y transformar el Estado en un sistema de gobierno federal, según ha informado su portavoz. En declaraciones a la prensa este martes por la mañana, horas después de que Duterte proclamara su victoria, Peter Lavina ha señalado que el plan “requerirá un gran consenso nacional que empiece pidiendo al congreso que convoque una convención constitucional”. “Habrá una gran modificación de nuestra constitución”, ha añadido.

Duterte, de 71 años, prometió durante una campaña subida de tono cambiar de un sistema centralizado a una forma de gobierno parlamentaria federal, una idea popular en las provincias alejadas de la capital. Como alcalde durante dos décadas de la ciudad meridional de Davao, Duterte se quejaba de que “Manila lo obtiene todo, lo que obliga a las regiones a suplicar”.

Después de esas declaraciones, Duterte, que ha prometido matar a decenas de miles de delincuentes y ha bromeado sobre violar a una misionera australiana, ha dicho que “se comportará” como un presidente. “Dadme este poco (tiempo) para hablar con vosotros, filipinos”.

Ley seca y toque de queda 

Lavina ha indicado que las políticas impuestas por Duterte en Davao se podrían implementar a nivel nacional, lo que incluye una prohibición de beber por la noche y un toque de queda para menores no acompañados a partir de las 22 horas. “Esa prohibición del alcohol es porque tenemos que trabajar al día siguiente. Nada que ver con negar nuestras libertades”, ha dicho sobre eso. A propósito, tenemos (en Davao) una prohibición de los karaokes ruidosos porque todo el mundo tiene que irse a la cama“, ha añadido. El portavoz también ha señalado que, aunque Duterte podría usar un decreto, sería mejor hacerlo a través de un ”proceso democrático (consultivo) de legislación de estas medidas“.

Un recuento provisional realizado por la comisión electoral acreditada muestra que Duterte tiene en torno al 39% de los votos escrutados. Los resultados no oficiales señalan que este alcalde de discurso duro, que ha prometido ejecuciones masivas de delincuentes durante su mandato de seis años, ganará cuando se anuncie el recuento oficial.

Los candidatos que han quedado por detrás de él, Grace Poe y Manuel “Mar” Araneta Roxas, ya han admitido su derrota, lo que prácticamente asegura la victoria de Duterte. Los filipinos también eligieron al vicepresidente y a más de 18.000 representantes locales y nacionales en esta nación-archipiélago de más de 7.000 islas.

La contienda por la vicepresidencia ha sido mucho más ajustada. La abogada y activista social Leni Robredo solo tiene 0,4 puntos de ventaja sobre Ferdinand Marcos junior, hijo del difunto dictador y cuya victoria era muy esperada. La comisión electoral oficial podría tardar días en anunciar los resultados finales.

Las elecciones generales en la democracia más antigua del sudeste asiático tuvieron una participación record: votó el 80% de los 54 millones de electores registrados. Los temas clave de la campaña han sido la economía, el crimen y la corrupción. Duterte era percibido como el candidato anti-establishment, en un país frustrado por la lentitud de los cambios y por la pequeña camarilla de la élite política que lleva años en el poder.

El alcohol se prohibió durante dos días en el periodo de votación. Solo unas horas antes de que abriesen las mesas electorales este lunes, siete personas fueron asesinadas a tiros tras una emboscada a un convoy de vehículos en Rosario, al sur de Manila.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

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