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Crece el número de extranjeros en Japón, y también la xenofobia

alrededor del 40% ha sufrido discriminación a la hora de buscar alojamiento, según un destacado estudio.

Daniel Hurst

Tokio —

Casi un tercio de los extranjeros que vive en Japón dice haber recibido comentarios despectivos por su origen. Además, alrededor del 40% ha sufrido discriminación a la hora de buscar alojamiento, según un estudio elaborado por el Gobierno japonés.

El Ministerio de Justicia de Japón ha enviado varias preguntas a miles de residentes extranjeros para obtener una información sin precedentes sobre sus experiencias racistas en un país que ha vivido un rápido aumento de visitantes extranjeros.

Los resultados llegan en un momento en que Japón se prepara para estar en el foco internacional al acoger la Copa del Mundo de Rugby de 2019 y los Juegos Olímpicos de 2020. Además, el primer ministro, Shinzo Abe, está siendo criticado por sus vínculos con una guardería nacionalista acusada de denigrar al pueblo chino y coreano.

El Gobierno envió el año pasado la encuesta a 18.500 residentes extranjeros en todo el país y recibió respuestas de 4.252. En torno al 30% de los encuestados afirma que “a menudo” o “en ocasiones” han sido objeto de comentarios discriminatorios. En la mayor parte de los casos los comentarios vienen de extraños, pero muchas personas también señalan a jefes, compañeros de trabajo y subordinados, informa la agencia de noticias Jiji.

Los problemas en el trabajo no se limitan a comentarios verbales. Uno de cada cuatro afirma que se les negó un puesto de trabajo por ser extranjero y uno de cada cinco cree que se les paga menos que a sus colegas japoneses que realizan un trabajo similar.

La discriminación en el alojamiento parece ser algo común entre los 2.044 encuestados que han buscado un lugar para vivir en los últimos cinco años. Cuatro de cada diez en este grupo afirman que se les rechazó por ser extranjeros. Incluso algunos de ellos afirman haber visto anuncios que advierten que los extranjeros no serán aceptados, según informa la agencia Kyodo.

El Gobierno ha respondido a los resultados prometiendo aumentar la educación sobre derechos humanos a los japoneses y dando información a los extranjeros sobre los servicios de apoyo a los que pueden acceder si sufren discriminación. “El discurso discriminatorio y la acción contra los extranjeros no se deberían tolerar nunca”, ha declarado el ministro de Justicia, Katsutoshi Kaneda.

La encuesta también identifica una inquietud importante con los activistas ultranacionalistas que patrullan habitualmente las calles de las principales ciudades en coches con altavoces y expresando sus opiniones. Entre abril de 2012 y septiembre de 2015 se celebraron en Japón más de 1.150 discursos de odio, de acuerdo con información publicada por el Ministerio de Justicia.

Cuatro de cada diez encuestados en este último sondeo aseguran sentirse incómodos ante tales protestas contra extranjeros. En junio del año pasado, Japón introdujo una ley para frenar el discurso del odio, pero ha sido criticado por sus escasas sanciones.

Las autoridades son conscientes de la necesidad de mejorar el grado de aceptación de los extranjeros, dado el incremento en el número de personas que llega al país por motivos de ocio, laborales o educativos.

Más de 24 millones de turistas visitaron el año pasado Japón, lo que supone un incremento del 22% respecto al año 2015. El Gobierno pretende elevar esa cifra hasta los 40 millones para 2020, año de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio.

Por otro lado, el número de residentes extranjeros legales subió un 7% en un año hasta llegar al récord de 2,4 millones a finales de 2016. El año pasado, Abe describió el discurso del odio como un fenómeno “sumamente lamentable” que afecta a “la dignidad de nuestro país y de nuestro pueblo”.

Sin embargo, el primer ministro se enfrenta actualmente a un escándalo político por sus vínculos con un grupo nacionalista, Moritomo Gakuen, que dirige una guardería en Osaka que ha sido acusada de denigrar a los extranjeros.

Abe ha negado las acusaciones que afirman que hizo una donación secreta al grupo educativo y ha ofrecido su dimisión si se demuestra su participación en una rebaja de precio de un terreno para una nueva escuela primaria dirigida por la organización nacionalista.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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