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Visitando Sofía, la grata sorpresa del Este

Antiguos Baños Públicos de Sofía, hoy sede del Museo de Historia de la Ciudad.

Viajar Ahora

La primera vez que fuimos a Sofía fue ara hacer unas entrevistas para un reportaje sobre los últimos sefardíes hispanohablantes de la Europa del Este. Nos dio un aire mitómano y tomamos el tren desde nuestra adorada Estambul nuestra adorada Estambul emulando los últimos kilómetros del Orient Express, ese tren que recorría media Europa desde París a la antigua capital otomana. Y nos encontramos con una ciudad que nos sorprendió. Dicen los viajeros que a la metrópolis búlgara se la odia o se la adora. Y cierto es que no es la ciudad más bonita del este europeo y que los bloques grises del pasado soviético dan una visón sombría y hasta aburrida. Pero tampoco es una ciudad fea. Tiene un centro precioso con trozos que nos recuerdan a Estambul y otros detalles que nos llevan a Moscú, Budapest o, incluso, Viena . Sí, Viena.

Una ciudad que pone de manifiesto su condición de punto de unión y fricción entre mundos que, en una cuadra, te pone delante una mezquita del genio otomano Sinan, un edificio del más puro racionalismo soviético, una iglesia ortodoxa y un palacete barroco centroeuropeo. Una ciudad, también, muy barata dónde es posible darse auténticos festines o alternar con la gente guapa en los clubes de moda por muy poco dinero. Un país que atesora un pasado fecundo que tiene su reflejo en museos, monumentos y una gastronomía interesante (es la tercera capital más antigua de Europa). Un país en el que Chanquete es un ídolo de masas y te hacen sentir como en casa. Te damos las claves para descubrir esta ciudad que te va a sorprender si te decides.

Sigue el camino de baldosas amarillas. Cómo en el Mago de Oz. Una de las cosas que más nos sorprendió de la ciudad fue el color amarillo de los adoquines del centro. La estación de metro de Serdika es un buen punto de inicio para visitar la ciudad. Justo al lado de la salida podemos ver la enorme columna en la que se encuentra la estatua de Santa Sofía, la santa sabiduría alada que da nombre a la ciudad. Desde este punto, hay varios monumentos en un radio inferior a los 500 metros. Cada uno de su padre y de su madre, lo que pone de manifiesto la enorme riqueza cultural e histórica de la ciudad. Los restos que protagonizan el Complex Serdika (Plaza Nezavisimost) emergieron cuando la ciudad modernizó su metro. La pala dejó al descubierto la antigua Serdika, ciudad fundada por los tracios en el siglo VIII AC y engrandecida por los romanos a partir del 29 AC. Hoy, los restos de Serdika se reparten por la plaza y la nueva estación de metro, justo entre los grandes edificios de la época soviética.

Esta diversidad del espacio es la clave que define a la capital búlgara. A dos pasos de Serdika se encuentra la Mezquita Banya Bashi (Bulevar Knyaginya Maria Luiza, 2; Horario: LD 5.00 – 20.00), una pequeña joya del arte otomano que lleva la firma del arquitecto Sinan y a otros dos pasos, pero en sentido contrario, no encontramos con la Catedral de Sveta Nedelya (Plaza Sveta Nedelya, 20) y la preciosa Iglesia de San Jorge (Bulevard Dondukov, 2; Horario: LD 8.00 – 18.00), dos deliciosos templos de época bizantina (los frescos de San Jorge son una auténtica pasada). Pero es que no hay más que cruzar el Bulevar Knyaginya Maria Luiza y pasar junto al precioso Mercado Central (En el número 25 del Bulevar) para encontrarse a las puertas de la Sinagoga de Sofía Sinagoga de Sofía (Ekzarh Joseph, 16) otra de las maravillas arquitectónicas de la capital.

La historia pesa. Si eres amante de la arqueología no te puedes perder el Museo Arqueológico Nacional Museo Arqueológico Nacional (Saborna, 2; Horario: MD 10.00 – 18.00), que también está a tiro de piedra de Serdika y cuenta con impresionantes colecciones incluyendo, claro está, una amplia exposición de objetos de los míticos tracios míticos tracios incluido el tesoro de Valchitran, un ajuar de oro de más de 3.000 años de anrtigüedad. En los antiguos Baños Municipales se ha abierto recientemente el Museo de Historia de Sofía Museo de Historia de Sofía (Plaza Banski, 1; Horario MD 10.00 – 18.00), que hace un repaso a la rica historia de la ciudad. Sólo por el edificio la visita merece la pena. También muy cerca del centro de la antigua ciudad tracia y romana se encuentra el Anfiteatro de Serdica Anfiteatro de Serdica (Budapeshta, 2), antigua arena romana que salió a la luz durante unas obras de ampliación de un hotel. Por suerte, los restos se integraron en el establecimiento y no cayeron en el olvido. Es una visita interesante.

El bulevar Zar Osvoboditel y la calle Aleksandar Dondukov son los caminos más bonitos para adentrarse en la Sofía burguesa de los siglos XIX y principios del XX, justo la que media entre la independencia del Imperio Otomano y el fin de la Segunda Guerra Mundial. Es la Sofía de los palacios, de los edificios de estilo vienes y las iglesias rusas, como la preciosa San Nicolás (Calle Tzar Osvoboditel, 3; Horario: LD 8.00 – 18.00), que nos conduce inmediatamente a la Gran Rusia con esas cúpulas tan características. Otro punto de interés de la zona es el ‘ City Garden’, un pequeño parque urbano que sirve de marco al Teatro Nacional Iván Vazov (Dyakon Ignatiy, 5) construido a la vienesa por un arquitecto austriaco a finales del XIX. También está cerca la Galería Nacional de Arte Galería Nacional de Arte (Plaza Príncipe Alexander I, 1; Horario: MD 10.00 – 18.30) que más allá de la colección de artistas búlgaros tiene como sede un espectacular edificio y una buena colección de palacetes y jardines recoletos.

Los caminos suelen terminar en la Catedral Alexander Nevsky (Plaza Alexander Nevsky, sn; Horario: LD 7.00 – 18.00), un fastuoso templo ortodoxo de estilo neobizantino que aunque no es añejo (se construyó a principios del XX) no deja de ser espectacular siendo una de las iglesias ortodoxas más grandes del mundo. Muy cerca de aquí se encuentra Haiga Sofia (Plaza de Alexander Nevsky, sn; Horario: LD 7.00 – 19.00), la iglesia más antigua de la ciudad y, también, la más venerada por los fieles locales. Frente a esta iglesia del siglo VI se instala un curioso mercadillo de antigüedades en el que no es difícil encontrar reliquias de la Segunda Guerra Mundial, con sobreabundancia de material soviético y nazi. También hay artesanía y exvotos ortodoxos.

COMPRAS EN SOFÍA .- La calle comercial por excelencia es el Bulevar Vitosha (ver mapa) un lugar ideal para los que quieran hacer compras sin sucumbir a la necesidad de acudir a los nuevos centros comerciales. Aquí encontrarás tiendas tradicionales, las marcas internacionales y una buena cantidad de terrazas, cafeterías y bares. Un lugar que nos encantó fue el Mercado Central (Bulevar Knyaginya Maria Luiza, 25) dónde fuimos un par de veces a desayunar y a comprar productos locales. Como te decíamos antes en el Mercadillo de la Plaza de Alexander Nevsky hay antigüedades y artesanía.

EXCURSIONES DESDE SOFÍA.- A 10 kilómetros se encuentra el Monte Vitosha y la Iglesia de Boyana Iglesia de Boyana , patrimonio mundial y una de las obras arquitectónicas más famosas del país. Igalmente célebres, y también reconocidos por la UNESCO, son losMonasterios de Rila y el casco histórico de Plovdid, una ciudad muy bonita que bien merece una visita. Bulgaria bien merece unas vacaciones largas (un combinado Bulgaria-Rumanía por ejemplo).

COMER EN SOFÍA

Pri Yafata Pri Yafata (Tsar Ivan Asen II, 92; Tel: (+359) 2980 0250) Un clásico de la gastronomía tradicional búlgara en pleno centro de Sofía. Carta gigantesca y buena relación calidad precio. Cordero sublime. Ensaladas abundantes.

Moma (ul.Solunska 28; Tel: (+359) 88 562 2020; E-mail: moma_restaurant@mail.bg) A dos cuadras del Bulevar Vitosha. Uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Especialidades búlgaras aunque con un toquito de modernidad; como a nosotros nos gusta. La relación calidad precio es excelente. Fue el mejor lugar en el que comimos en la ciudad. La carne en plato de pan es brutal.

Raketa Rakia Bar Raketa Rakia Bar (Yanko Sakazov, 17; Tel: (+359) 2 444 6111) Aunque la decoración haga un guiño a la época sviética con un toque futurista la carta del Raketa Rakia es una buena síntesis de la gastronomía tradicional búlgara. Raciones abundantes. Excelentes las carnes.

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