Pequeña guía del arte rupestre de la Cornisa Cantábrica

Bisontes de Altamira, cumbre del arte paleolítico europeo. EFE

Viajar Ahora

Hay un magnífico libro de los arqueólogos Jean Clottes y David Lewis Williams que se llama ‘ Los chamanes de la Prehistoria’ en el que se vincula el arte rupestre paleolítico con las prácticas religiosas chamánicas y los llamados ‘ estados alterados de conciencia’. Según esta teoría, el arte parietal europeo sería la plasmación física de las experiencias de los chamanes: visiones auto inducidas por la ingesta de alucinógenos o por la entrada en trance por diversas vías que serían interpretadas por los sujetos como‘viajes’ al submundo de los espíritus. Esta teoría supuso toda una revolución ya que supone una interpretación que supera el dogma de la ‘magia simpática, que interpretaba los dibujos prehistóricos como ‘amuletos’ propiciatorios de caza, simple reproducción de monterías prehistóricas o como rituales protectores ante animales peligrosos.

Entrar en uno de estos santuarios es toda una experiencia que trasciende la visita cultural . En cierto modo, la entrada a las cuevas es ya un tránsito hacia un universo mágico que se acentúa a la vista de las pinturas. La cornisa cantábrica española (que engloba al País Vasco, Cantabria y Asturias) es una de las zonas con mayor concentración de arte rupestre del mundo. El catálogo de cuevas, aleros y abrigos con este tipo de manifestaciones artísticas supera los dos centenares de lugares y la lista crece a la par que lo hacen las investigaciones de los arqueólogos. Estas muestras del primer ingenio artístico de la especie humana va desde sencillas líneas pintadas o grabadas en las paredes a las espectaculares escenas de Altamira, una de las cuevas más famosas del mundo, en un abanico temporal que va desde el 40.500 al 9.000 antes del presente.

 

Aunque el listado de cuevas es amplio, la UNESCO seleccionó un total de 17 cuevas de toda la región para incluirlas en el listado del Patrimonio Mundial en 2008 . Son una muestra representativa completísima del universo simbólico y artístico del Paleolítico de la región. Viajar Ahora hace un recorrido por algunas de estas cuevas visitables o las que, como es el caso de Altamira, han sustituido la visita real por reproducciones de enorme calidad. También se incluyen en este listado algunas cavidades que no están en el listado de la UNESCO pero que cuentan con buenos programas de visita y son, por lo tanto, verdaderas joyas que los viajeros y viajeras con inquietudes culturales no deben perderse si visitan el norte de España.

PAÍS VASCO

Cueva de Ekain (Dirección: Portale kalea, 1 –Zestoa, Guipuzcoa-; Tel: (+34) 943 868 811; Horario: MV 10.00 – 18.00 S, D y F 10.00 – 19.00; E-mail: info@ekainberri.com). Como sucede con otros espacios de la comarca, la visita a la cueva está restringida por motivos de conservación. Pero en su lugar se ha realizado una espectacular reproducción que replica al detalle el interior de la cueva y, por supuesto, las pinturas de entre las que destacan estilizados y elegantes caballos pintados (que dominan entre los 70 animales representados) durante el Magdaleniense en un periodo comprendido entre los 30.500 y los 12.000 años. Para muchos arqueólogos, se trata de uno de los conjuntos de caballos más bonitos del arte rupestre franco cantábrico. El otro punto fuerte de Ekain es su magnífico centro de interpretación en el que se hace un repaso ameno y riguroso al arte rupestre de Euskadi (País Vasco).

Cueva de Santimamiñe (Dirección: Carretera BI-4244 –Kortebizu, Vizcaya-; Tel: (+34) 944 651 657 y (+34) 944 651 660; Horario: del 15 de abril al 14 de octubre LD 10.00 – 14.00 y 15.00 – 19.00; del 16 de octubre al 14 de abril LD 9.30 – 15.30; E-mail: santimamine@bizkaia.net) Estar frente a frente con los bisontes, los osos o los ciervos de esta cueva de la campiña vizcaína es una experiencia única. El impresionante ‘bestiario’ de Santimamiñe incluye más de medio centenar de animales entre los que se incluyen 32 bisontes, siete cápridos, seis caballos, un oso, un ciervo y varias figuras inconclusas difícilmente identificables. La emoción de verse frente a pinturas que se hicieron entre el año 14.000 y el 12.500 antes del presente, lo que la emparenta directamente con el resto de pinturas del área. Las visitas son en grupo, guiadas y hay que reservar previamente en los teléfonos anteriormente señalados.

CANTABRIA

Cueva de Altamira (Dirección: Av Marcelino Sanz de Sautuola s/n -Santillana del Mar-; Tel: (+34) 942 818 815; Horario: De mayo a octubre MS 9.30 – 20.00 DyF 9.30 – 15.00; de noviembre a abril MS 9.30 – 18.00 DyF 9.30 – 15.00; E-mail: reserva.maltamira@mecd.es) Para asombrarse ante la pericia de los artistas prehistóricos nada mejor que la llamada ‘Capilla Sixtina’ del arte paleolítico aunque tengamos que conformarnos con la llamada Neo Cueva, una reproducción al milímetro de la original ahora cerrada por problemas de conservación.La gran sala de los policromos de Altamira es la atracción principal de este yacimiento. Un lienzo donde ‘se mueven’ los más famosos bisontes del arte rupestre mundial. Los hombres y mujeres que habitaron junto a cueva aprovecharon la práctica totalidad de los 300 metros transitables para plasmar sus pinturas y aunque la mayor concentración de motivos se encuentra en la llamada ‘Sala de los Policromos’, en otros lugares angostos y de difícil acceso se localizan otros paneles que van desde los grandes herbívoros del lugar llamado ‘La Hoya’ o los enigmáticos símbolos y máscaras de ‘La Cola de Caballo’. Al igual que en otros casos de la región, Altamira cuenta con un museo anexo de gran calidad en el que se explora el día a día de los humanos que pintaron la cueva a través de una de las más completas colecciones de artefactos del paleolítico en España.

Cuevas del Castillo y Las Monedas (Dirección: carretera CA-703 –Puente Viesgo-; Tel: (+34) 942 598 425; Horario: Del 1 de noviembre al 31 de marzo XV 9.30 – 15.30 S,DyF 9.30 – 14.30 y 15.30 – 17.30; Del 1 de abril al 15 de junio y del 16 de septiembre al 31 de octubre XD 9.30 – 14.30 y 15.30 – 18.30; Del 16 de junio al 15 de septiembre MD 9.30 – 14.30 y 15.30 – 19.30) La localidad cántabra de Puente Viesgo cuenta con numerosas cuevas con pinturas rupestres pero las de El Castillo y Las Monedas están incluidas en el catálogo de la UNESCO. Las dataciones de El Castillo se remontan más de 40.500 años lo que la convierte en la evidencia de arte rupestre más antigua del mundo hasta el momento. En esta cueva, más allá de las representaciones de la fauna de la época, hay que señalar la abundancia de manos y de figuras geométricas. Otro de los puntos fuertes de esta cueva es que alberga todas las temáticas, estilos y técnicas del arte rupestre franco cantábrico; por eso se la conoce como ‘el manual’. Muy cerca de El Castillo se encuentra la Cueva de Las Monedas, llamada así por un tesorillo de monedas de época de los Reyes Católicos que apareció en el lugar. Pero el verdadero tesoro es su pequeña sala de las pinturas, donde aparece una veintena de animales de entre los que destacan caballos, renos y cabras.

Cueva de Hornos de la Peña (Dirección: Camino barrio Tarriba –Corrales de Buelna-; Tel: (+34) 942 598 425; Ver Horario) Es uno de los mejores ejemplos de arte rupestre en Europa tanto por la cantidad y calidad de las pinturas y grabados como por la temática de los mismos. Como en otros ejemplos cercanos,abundan representaciones de la fauna prehistórica del lugar pero Hornos de la Peña es famosa por una curiosa figura antropomorfa con larga cola y brazo en alto que bien podría ser un ejemplo de esas prácticas chamánicas a las que aludíamos al comienzo de este artículo. Otra cuestión que sorprende de Hornos de la Peña es el tamaño y la técnica de los artistas paleolíticos que demostraron una pericia impresionante al reflejar los detalles anatómicos de los animales representados.

Cueva de El Pendo (Acceso por CA-313 Barrio de San Pantaleón –Escobedo-; Tel: (+34) 942 598 425; Ver Horario) Aunque está situada a pocos kilómetros de la ciudad de Santander, las pinturas rupestres de esta impresionante cavidad no se descubrieron hasta 1997. El ‘Friso de las Pinturas’ ocupa un lienzo de pared de unos 25 metros de largo que parece adornar la sala principal. En este caso, los ciervos, con doce representaciones, dominan de largo un bestiario donde también se pueden ver una cabra, un caballo, varias figuras indeterminadas y otras pinturas lineales o punteadas.

Cueva del Moro Chufín (Dirección: Pista de Riclones desde CA-181 -Riclones-; Tel: (+34) 942 598 425; Ver Horario) Es otra de las cuevas incluidas en el catálogo de la UNESCO y, como particularidad hay que señalar que es una de las pocas que cuentan con representaciones de fauna acuática (peces en este caso). Como en otras cuevas de la región, en Chufín se encuentran relacionados motivos geométricos y puntiformes con los bestiarios típicos del arte parietal paleolítico. En este caso nos encontramos con bisontes, caballos, cápridos y bovinos que se combinan con figuras que parecen antropomorfas. La abundancia de agua en el interior de la cavidad es un atractivo más para incluirla en el plan de visita si se viaja a la zona.

ASTURIAS

La Cueva del Buxu (Acceso por carretera AS-114 –Barrio de Cardes-; Tel: (+34) +34 608 17 54 67) se encuentra en la pequeña localidad de Cardes, a escasos dos kilómetros de Cangas de Onís. Conviene reservar o llegar con las primeras luces de la mañana, pues la entrada está limitada a 25 personas al día. En esta pequeña cueva se encuentran los motivos típicos del arte parietal cantábrico con representación de grandes herbívoros (caballos, cabras, bisontes y ciervos), figuras geométricas y algunos motivos antropomorfos. Lo que convierte a esta cueva en un lugar especial es la antigüedad de los motivos, que datan de la transición del Solutrense al primer Magdaleniense.

Cueva del Tito Bustillo (Dirección: Avda. de Tito Bustillo, sn –Ribadesella-; Tel: (+34) 902 306 600 y (+34) 985 185 860;Ver Horario; E-mail: info@centrotitobustillo.com) Este importantísimo conjunto de arte rupestre paleolítico abarca un enorme complejo de cuevas que incluye a la propia Cueva del Tito Bustillo y a la cercana Cuevona de Ardines. La enorme cantidad de pinturas, la variedad de los animales y motivos representados y la calidad de la ejecución la convierten en uno de los yacimientos más importantes de Europa junto a la propia Altamira o Lascaux en Francia. El panel principal contiene casi un centenar de representaciones de animales de entre los que destacan los cérvidos, los caballos y los renos. También pueden verse cabras, bisontes, un uro y otras figuras que se mezclan con signos geométricos y punteados que, según los expertos, son más antiguos que el clásico bestiario magdaleniense.

Pero la cavidad contiene infinidad de trazos, signos y dibujos (incluido lo que parece una ballena) que ponen de manifiesto la complejidad del pensamiento simbólico de los hombres y mujeres del Paleolítico. En torno a este importante yacimiento, con pinturas que abarcan un espacio que va desde el 20.000 hasta el 12.000 antes del presente, se ha construido un moderno museo en el que puede rastrarse el día a día del hombre del Paleolítico superior y la técnica con la que se realizaron las pinturas. Pero la gran atracción del enclave es la gran sala (la única que puede visitarse) en la que el hombre de la última glaciación plasmó un bestiario de gran realismo en el que sobresalen, por mayoría, los cérvidos y los caballos.

Cueva del Pindal (Acceso desde Primiago dirección a Ermita de San Emeterio; Tel: (+34) 608 175 284; Horario: XD 10.00 – 17.00) Estamos ante una de las últimas representaciones rupestres del Paleolítico Superior en un periodo temporal que se intercala entre el 18.000 antes del presente y el 15.000. Es uno de los escasos ejemplos de cueva a nivel del mar, por lo que no es de extrañar que en el bestiario habitual del arte paleolítico (bisontes, caballos, ciervos y un mamut) se incluyan algunas representaciones de peces. También se repite la presencia de signos lineales, puntuaciones, angulares, circulares, claviformes, escutiformes y laciformes. La visita a esta cueva se completa con la vista de los magníficos acantilados de la Punta de San Emeterio.

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