Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Una denuncia de la extrema derecha lleva al límite al Gobierno de Sánchez
Crónica - El día que Sánchez se declaró humano. Por Esther Palomera
Opinión - El presidente Sánchez no puede ceder

Cuando un gobierno se va...

Jesús López-Medel

Suena “Cuando un amigo se va”, la melodía del cantautor argentino Alberto Cortez (los jóvenes que se informen, para eso tienen internet, de un gran artista). El sonido y evocación de esa bella canción continúa cuando, tras ese inicio, se añade “…deja un espacio vacío”. La escribió tras la muerte de su padre, a modo de coplas de Jorge Manrique Pero, como decían los humoristas Tip y Coll (eso también es prehistoria para muchos), hoy -y no mañana- vamos a hablar…del gobierno. Pero a este no le es aplicable la canción. Cuando un gobierno se va no deja un espacio vacío sino un gran socavón o lo que es peor: una hipoteca del copón. Así sucede en no pocos casos, pero muy singularmente del PP cualquiera sea la Administración donde gobierne.

Así, permítanme parafrasear la canción del modo siguiente: “Cuando un gobierno se va, deja una hipoteca inmensa”. No me refiero a lo que hace su tiempo normal de vida, cuatro años, sino “cuando está a punto de irse”. Esto sí que es el gran coponazo (si me permiten el palabro) que deja a algunos.

Para empezar, hay que señalar que este Gobierno de Mariano Rajoy ha roto muchas costuras en el traje tejido con retales en la transición. Muchas son las anomalías de este PP carente de convicciones. Podría referirme a varias, como haber tenido el honor de dar más indultos “dadivosos” o de haber aprobado más leyes (sin intervención del Parlamento) por Decreto Ley sumarísimo (este otoño de 2015 se cumplen justo 40 años de los últimos crímenes de Estado también expeditivos).

Me refiero a la “anomalía” o, si quieren suavizarlo, la “singularidad” de ser el primer gobierno desde la Constitución de 1978 que en su legislatura de cuatro años, aprueba cinco presupuestos. Inaudito. Ahí deja la primera hipoteca al nuevo gobierno: quien se haga cargo del Ejecutivo de España, a finales de enero tendrá ya vigente, desde el 1 de enero, un presupuesto hecho y no aprobado por ningún grupo político salvo el hegemónico…ahora y que no seguirá en el poder por sí mismo. Pero, sobre todo, quiero exponer otras hipotecas graves que va a dejar. El presidente anunció, en una de esas entrevistas-masajes que le dio alguien muy próximo a PP en una cadena amiga (estas son casi todas), una exclusiva: las elecciones serán el 20 de diciembre.

Desde entonces, ¿qué ha pasado? Que se lleva a cabo el plan previsto para haber alargado al límite la legislatura, con cuatro años…y un mes. Se manifiesta toda la artillería mediática de cartón piedra a fin de pretender hacer ver que se ha hecho cuando verdaderamente no se ha hecho. Días posteriores al anuncio de la fecha de alumbramiento (perdón del aborto), todos los medios, aun amigos, no podían evitar poner los siguientes titulares: “Rajoy: maratón de inauguraciones”, “Mariano Rajoy inaugurator; ”Rajoy iguala en dos semanas las inauguraciones de toda la legislatura“. Se trata de infraestructuras, porque en otros asuntos como violencia a la mujer, ahora, de repente, sin haber hecho nada en la legislatura, quieren, haciendo magia, hacer ver su interés, cuando no hicieron nada de nada.

Pero este frenesí está sujeto a una fecha límite, pues la Ley Electoral impide que, 55 días antes a la celebración de elecciones, se puedan realizar actos de “inauguración, de colocación de primeras piedras u otros actos de presentación relativos a obras, edificios o servicios públicos”. Hasta fin de octubre podrá poner medio ladrillo o el primero (el siguiente le importa un bledo).

A otra propaganda política o decisiones nada se refiere la normativa española. Siendo  precisamente Mariano Rajoy ministro de Administraciones Públicas, se reguló en 1997 la Ley del Gobierno cuyo artículo 21 se refiere al “gobierno en funciones”. A éste se le imponen algunas barreras de modo que “limitará su gestión al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar salvo casos de urgencia debidamente acreditados o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras medidas”.

Pero esto se refiere al gobierno en funciones, que solo se considera como tal, en términos legales estrictos, “tras la celebración de elecciones”. ¿Y en el periodo inmediatamente anterior? No se trata de provocar una parálisis de la Administración pero ¿puede hacer absolutamente lo que quiera, salvo esas colocaciones de primeras piedras que son de cartón? Todos sabemos que, al final, algunos presidentes pagan facturas deshonestas. A muchos no se nos olvida cómo Zapatero y sus ministros (algunos están volviendo al escenario) indultaron al consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Saenz, incluso cinco días después de las elecciones. Ese indulto fue anulado parcialmente por el Tribunal Supremo y fue un acto profundamente inmoral.

Volvemos a la pregunta ¿Y poco antes, puede hacer un Gobierno lo que quiera? La ley, según hemos visto, solo pone limitaciones formales sobre infraestructuras o servicios públicos, pero nada más.

Pero, por ejemplo, evalúen la conducta de la señora de Aznar (sólo por esa razón fue electa digitalmente alcaldesa). Apenas un año antes de concluir la legislatura, el Ayuntamiento de Madrid adjudicó, repartiéndose entre las más importantes empresas, jugosísimos contratos millonarios de mantenimiento viario, limpieza, infraestructura, movilidad, etcétera no por 5  años, sino por 10 o 12 años. En algún caso, a la baja, lo cual supuso despidos y deterioro grande del servicio. Además, incluso, sólo días antes de las elecciones varios Ayuntamientos adjudicaron servicios públicos por largo tiempo. Atado y bien atado. Hipotecado el gobierno municipal siguiente que intenta arreglar alguna cosa especialmente grave como las basuras.

Volviendo a este gobierno central que agoniza, hay multitud de decisiones tomadas in articulo mortis, que quieren dejar hipotecados a sus sucesores y el futuro del país. Fundamentalmente a nivel legislativo (¡ah, el poder del BOE!), donde la diarrea normativa de los últimos momentos, no tiene parangón ni antecedentes. Todas, además, aprobadas en soledad. Está obligando a que quienes le sucedan (si suponen verdaderamente cambio) a que de modo inminente se pare, se congele y se modifique una legislación que, en algunos casos, está hecha sólo para imponer dogmatismo o para favorecer a sus amigos.

Son varios los ejemplos que pueden ponerse sobre esa locura normativa constante, pero especialmente en este tiempo final, de dejar blindado no ya un “sistema” sino un “régimen” con una concepción totalizadora de la realidad (pues no admiten una idea de nadie sino que directamente imponen). Como muestra solo dos ejemplos recientes e importantes.

El primero revela algo que ha sido frecuente en este PP y que antes apuntábamos: legislar para el amigo. Y uno de los mejores es el sector eléctrico. El Decreto publicado el 11 de octubre contiene la regulación del autoconsumo energético más restrictiva del planeta. Mientras que en otros países se incentivan alternativas más ecológicas, aquí se penalizan, haciéndole pagar a quien quiera poner una placa solar en lugar de ayudarle. Y todo, para favorecer, una vez más, a los amigos de las compañías eléctricas. Eso es, a muy poco de las elecciones, otro regalo. Más castigo para el ciudadano y más hipotecas.

Otra última voluntad de carga para el futuro es que, a punto de morir la legislatura, establecen una nueva ordenación con remate final del sector público, en la también recentísima Ley 40/2015 de 1 de octubre. En ella, se critica sorprendentemente las medidas de control de gasto público, que, según ellos, han tenido las Agencias Estatales, por lo que proceden, sobre esa base, a suprimir directamente estos organismos o les ordena transformarse. Entrará en vigor ese nuevo modelo administrativo (por supuesto, tampoco consensuado con nadie) al año de su publicación. Los enemigos de lo público, se despiden con más lastre e hipotecas para el siguiente gobierno.

Cuando un gobierno se va…

Etiquetas
stats