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Vamos todos con flores a Mariano

Algunos dirigentes del PP, durante el acto celebrado en Segovia. / Efe

Antón Losada

Mientras los demás andábamos entretenidos cotilleando asuntos menores en el portal de la transparencia, que es a la susodicha transparencia lo que Google News es a la información, los populares se han juntado para poner en marcha esa estrella de la muerte electoral que solía ser el Partido Popular. Se acabaron los jueguecitos y las bromas con “Pablemos y Pedrín”. La cosa empieza a ir en serio y se acaba la fiesta.

En el marco incomparable de la Granja se han congregado los 'barones' populares para llevarle flores y cantarle villancicos en paz y armonía al líder Rajoy. Ni rastro de los conspiradores que, según la prensa de la capital, afilaban los cuchillos y se reunían a planear su golpe de fuerza en las cafeterías donde el presidente ve a la recuperación invitando a gin-tónics y panchitos de los caros para todos. La multitud de descontentos y preocupados “dirigentes populares” que clamaban desde el anonimato por la renovación o se ha quedado muda, o estaba de puente, o a lo mejor hasta nunca existió.

Rajoy es líder, presidente y candidato. Tres personas en un solo político. El cónclave de dirigentes populares y el contenido de la declaración de la Granja se resumen en una frase: lo que diga Mariano. El 'Código Mariano' ya era ley y ahora va camino de milagro.

Soraya Sáenz de Santamaría no es un recambio, es una alférez. Dolores de Cospedal aún no sabe muy bien a qué juega y los demás dan tabaco. Los 'barones' y alcaides que se enfrentan en unos pocos meses a unas elecciones saben bien que más les vale que la gente le compre al presidente eso de que la crisis es una historia del pasado. Saben que si esperan a que les voten por su gran gestión, su enorme carisma o su pedazo de liderazgo pueden aguardar sentados. Le guste o no, Mariano Rajoy y su política económica es lo único que le queda al Partido Popular.

No fue una simple reunión política. Representó una gozosa epifanía donde además se reprodujo otra revelación que no por más conocida resulta menos impactante. La Constitución de 1978 ha sido expropiada definitivamente por el Partido Popular y se han quedado con la exclusiva. Todos los demás solo formamos una banda de blandos e inconsistentes que no sabemos qué queremos y no tenemos lo que hay que tener para defender precisamente lo que tenemos. A ver si nos vamos enterando de una vez, que hay que repetíroslo todo mil veces.

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