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Chicos malos

Barbijaputa

Esta semana Seat nos deleitó con el nuevo anuncio de un coche.

Tras las críticas, la marca lo eliminó de Twitter y de YouTube. Que una marca como Seat juegue a la ambigüedad no dejando claro si estamos viendo a un personaje famoso esconderse de sus fans o a un padre avergonzado de su “bendita rutina” que se esconde para que no lo vean en su papel de “calzonazos” (mientras aprovecha para mirar las minifaldas de adolescentes) tiene sus consecuencias.

Seat fue Trending Topic desde el momento en que sacó el anuncio, porque la mayoría no entendió lo primero, sino lo segundo. Seat podría haber hecho este mismo anuncio de mil maneras diferentes y no dejar lugar a dudas. Podría, si hubiera querido, claro, pero es mucho más divertido hacerlo así, porque no sólo llegas el sector que necesita un coche familiar donde quepan cómodamente las sillas para críos sino también al sector “chicos malos”.

¿Qué es esto de “chicos malos”? Nos lo explica esta otra marca, Fiat:

Testado para chicos malos. Se ve perfectamente cómo un puñado de hombres -que son los únicos que hacen coches, los hombres- testan a prueba de novias locas el chasis y las ruedas. Pataditas ridículas, bolsazos inofensivos, portazos indignados. Porque así nos defendemos nosotras: muy cabreadas pero con cuidado de no hacer demasiado daño.

Y porque así son ellos, chicos malos. No lo pueden evitar, son muy canallas, muy machos, lo llevan dentro. No pueden tratarnos bien, no pueden no humillarnos, porque entonces no serían atractivos chicos malos sino tristes pusilánimes calzonazos. ¿Y qué mujer quiere algo así para ella? ¡Ninguna! Lo que nosotras queremos, y bien lo saben ellos -por eso no dejan de repetírnoslo, no sea que se nos olvide-, es a malotes con coches grandes que corran mucho, porque eso es una muestra de virilidad. Pero los coches potentes y grandes ya se venden solos, no necesitan de ninguna campaña que apele a su masculinidad, por eso Fiat ha decidido hacer este anuncio con el coche más pequeño de su gama; saben que muchos hombres no lo comprarán por no ser suficientemente imponente. Vamos, por ser un “coche de chica”. Era necesaria esta campaña para cuidar la virilidad y la hombría de su clientela masculina y lanzar un mensaje que dejara claro que puede que el coche sea pequeño pero menudos machos lo conducen.

En una cosa Fiat lleva razón: no nos defendemos jamás con contundencia. No porque no seamos capaces biológicamente de arremeter con fuerza contra ellos, de darles una paliza, no, la biología poco tiene que ver aquí. Si ellos son los que saben ejercer verdadera violencia contra nosotras no es porque tengan una anatomía diferente, lo que tienen, han tenido y tendrán, es una educación distinta a la nuestra, sin más. De no ser así, de responder nosotras con la misma violencia que recibimos, hace tiempo que el problema se hubiera acabado o sería ya residual. Pero no es factible, precisamente, porque mientras la sociedad los educa a ellos para dejarse llevar, para ocupar el espacio como les venga en gana, para gritar, para correr, para ser libres... a nosotras nos someten al tercer grado del“no subas tanto la voz, qué estás, ¿loca?”, “sé una señorita”, “no abras así las piernas”, “no te pongas esa falda”, “eso es demasiado escote” , “tranquilízate, mira cómo te pones”, “vaya vocabulario para una chica”, “no seas tan bruta, no seas machota”...

Reírse en un anuncio de la incapacidad de las mujeres para responder ante “chicos malos” no es más que fomentar, a través del “humor”, una visión vulnerable de nosotras. Y no sólo eso, también le da heroicidad al hecho de tratar mal a las mujeres, especialmente si son tu pareja.

Con 70 mujeres asesinadas de media al año sólo en España y miles de casos de violencia de género, se sigue normalizando esta publicidad. ¿A cuántas más tienen que asesinar para que, en lugar de potenciar la imagen del “canalla irresistible”, se la ridiculice y condene?

En un anuncio donde dejan claro que el malo es él, es ella a la que se percibe como como una persona incapaz de controlar su frágil estabilidad emocional. Él es malo, sí, pero eso es bueno. Ella está loca, mira cómo se pone, desatada... menos mal que es débil e inocua.

¿Sabe Fiat que quienes propinan los golpes que matan son ellos? Lo sabe, claro que lo sabe, pero no es importante. Si no le importa al Gobierno, si no le interesa a la misma clase política que es responsable de ponerle fin, ¿por qué le iba a importar a una marca que sólo busca vender y que, además, sabe con que este anuncio lo hará?

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