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Ser hombre online, ser hombre offline

Barbijaputa

Los espacios no mixtos que apoya y promueve el feminismo para la realización y empoderamiento de las mujeres en cualquier ámbito no parecen ser entendidos por muchos y, por ende, boicoteados con violencia por algunos.

Podríamos estar hablando desde los foros de Facebook sólo para mujeres hasta las organizaciones feministas sólo para nosotras que existen en todo el mundo, pero en concreto hoy hablaremos del evento no mixto que una periodista especializada en videojuegos decidió crear en Barcelona. Dicho evento no va a realizarse finalmente porque la empresa que cedió la sala, King, dio marcha atrás y lo canceló tras las amenazas que sufrieron por parte del ciberactivismo machista.

Pepo Jiménez resumió muy bien qué sucedió en este caso en particular, pero no es en absoluto ni el primero ni el último espacio no mixto que existe y existirá de cualquier temática. Tampoco el único boicoteado. Lo único que tienen en común todos los espacios no mixtos es la violencia machuna que se genera cuando se conoce su existencia. Por eso, contestar a las dudas de la machunada en torno a este caso en particular puede hacerse extensible al resto de espacios seguros (sin hombres) creados por mujeres.

Sí, sólo separando por géneros nos aseguramos el poder participar en algo que nos interese o estimule sin ser acosadas sexualmente, discriminadas o sin recibir tratamiento condescendiente por parte de los hombres. Las mujeres no nos acosamos entre nosotras, la violencia machista (y en Internet hay mucha) la ejercéis vosotros, los hombres. De hecho, me ha costado mucho encontrar tuits en contra de los espacios seguros que no contengan insultos o amenazas.

No, no veis el problema porque no lo vivís. Podéis imaginarlo pero nunca sufrirlo en vuestras carnes, por eso deberíais estar –en el mejor de los casos– apoyando o, en su defecto, callados. Para que se dé un problema global como es el del acoso machista (ciberacoso en este caso) tiene que haber muchos hombres que, lejos de apoyar iniciativas feministas, se oponen públicamente al tiempo que aconsejan cómo solucionarlo, sin percibir siquiera que ellos son parte del problema.

El evento lo ha cancelado la empresa que cedió el espacio, entre otras cosas por “la seguridad de los trabajadores”, en ningún momento ha sido la organizadora. Puede pasar -y pasa- que el acoso machista te haga mucha gracia y lo rebajes a “tres chistes”, pero si esto pasa es porque eres hombre y además un misógino irredento, y no eres ni capaz de imaginar lo que supone ser acosada.

Eventos libres de mujeres para sentiros seguros y no ver amenazados vuestros privilegios ya existen; han existido siempre, vaya. Ése el problema, que estamos excluidas de muchos ámbitos por ser mujeres, y somos minoría en otros tantos, lo que da lugar a que el acoso sea el pan nuestro de cada día. Crear entornos donde sólo estamos nosotras busca nuestro empoderamiento y el poder compartir experiencias que nos unen, como es el caso de la discriminación que sufrimos por parte del género masculino, las amenazas, el trato vejatorio y el acoso sexual. Y si son experiencias compartidas por nosotras es porque vosotros hacéis que las tengamos.

Otro consejo de un hombre que es parte del problema. Están, por un lado, los machunos que boicotean y, por el otro, los machunos cómplices del boicot disfrazados de seres de luz que “sólo buscan la igualdad”.

La discriminación positiva es necesaria para colectivos o sectores discriminados de nuestra sociedad, ya que tratan de aupar y empoderar a quienes nunca debieron arrebatársele el poder y control sobre sí mismas. Si queréis indagar más y saber por qué no se puede equiparar la discriminación con la discriminación positiva, Google es vuestro amigo, y os ayuda a no hacer el ridículo.

He aquí la impresión de un hombre que ve en los videojuegos un ambiente buenrollero, y que no puede creer la necesidad de un espacio sin hombres. Es de los pocos que han opinado sin aparente mala intención, sino motivado por el desconcierto. Pues bien, no es algo nuevo, y se pueden encontrar cientos de casos con el nombre GamerGate. Incluso el FBI investigó las amenazas masivas que recibieron jugadoras en USA. (Y repito que esto es ciñéndonos al entorno gamer, también existen otros tipos).

La pregunta deberían hacérsela al revés y dirigidas a ellos mismos: “Compañeros, ¿tenemos alguna forma de no discriminar y acosar a personas sólo porque son del otro género?” Pero eso implicaría cuestionarse a sí mismos en vez de a las demás, por lo que es más cómodo quejarse de las medidas que las mujeres toman para no sufrir el trato de los hombres. En cualquier caso, es curioso cómo de repente un montón de hombres estaban interesados en acudir a un evento donde se iba a hablar de empoderamiento femenino y de experiencias compartidas por ser mujer. Donde digo “parece curioso” quiero decir “es mentira”.

Estas preocupaciones sólo los asaltan cuando hablamos de espacios no mixtos creados por mujeres, porque los creados por hombres cada domingo –en absolutamente todas las ciudades– como el fútbol, por ejemplo, no merece ni un segundo de cuestionamiento. Los espacios no mixtos, donde no se admite a mujeres (y de los que se nos excluye desde niñas por ser niñas), no tienen nada que ver con la segregación por sexo de los colegios de monjas, no... Es diferente porque sí, porque así se ha hecho toda la vida y punto pelota.

Esta mención se comenta sola, pero la incluyo por repetitiva. Que a lo mejor este señor en concreto ha creído que ha llegado a una conclusión muy inteligente e innovadora, pero no es otra cosa que la reflexión del machista medio, también muy extendida en Forocoches, de donde salió el boicot a este espacio no mixto del que hablamos hoy.

Feminazi es una palabra que inventó un locutor de radio de los 70 para hacer un símil entre el holocausto nazi y las mujeres que luchaban por su derecho al aborto. El buen señor consideraba que estas feministas eran peor que los nazis, ya que los “fetos víctimas” del aborto eran más que las víctimas del nazismo. Ahí tenéis la reflexión machuna y setentera de un señor antiabortista del que en pleno 2017 estáis copiando un intento de insulto como es el de “feminazismo”. (También está la vertiente “femiloca”, que usan los nazis a día de hoy porque se niegan a incluir la palabra 'nazi' en un insulto. Es realmente cómico ver cómo lo usan los integrantes del grupo nazi Hogar Social Madrid).

En resumen: no, no es lo mismo crear espacios no mixtos para mujeres que para hombres; los hombres ya los tienen por defecto en cualquier ámbito, y cualquier persona que busque la igualdad debe apoyar el empoderamiento de las que nunca están en dichos ámbitos. El empoderamiento y la liberación de las mujeres pasa por buscar entornos donde no vayan a ser ninguneadas, acosadas y humilladas, donde puedan compartir experiencias y apoyarse unas a otras, donde encuentre sororidad y verdadera solidaridad de género. Los hombres no son acosados, discriminados ni humillados por ser hombres, no necesitan más espacios no mixtos porque la Historia y el presente están llenos de ellos.

Si tienen los señores verdadero interés por saber cómo es ser mujer en Internet, y más aún, en mundillos masculinizados como el de los videojuegos, síganlas, y si van a cuestionar algo, que sea cómo pueden hacer sus vidas online más llevaderas.

Porque, ténganlo claro, ser hombre en Internet es como ser hombre en la vida offline: más fácil y liviano. Lo notarían ustedes mejor si pudiesen comparar en sus carnes, si alguna vez soportaran el peso de todo un género que les obliga a caminar con ellos encima mientras les gritan que por qué no corren ustedes más, que por qué se quejan, que por qué son tan victimistas.

Bájense de nuestra espalda primero, señores, y después estarán en posición de hablar de igualdad.

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