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Las primeras elecciones en las que nadie debería salir elegido

La creciente situación de pobreza infantil hace que la partida de becas comedor o llegue para todas las familias necesitadas. / Edu Bayer

Alberto Casado

Con los próximos comicios generales a la vuelta de la esquina, este año habrá candidatos que no deberían salir elegidos. No nos referimos a los candidatos oficiales de las distintas fuerzas políticas que concurrirán en las próximas elecciones generales de diciembre, sino a los más de 2,7 millones de niños y niñas que viven en riesgo de exclusión. Estos son nuestros candidatos a la pobreza y, por supuesto, ninguno de ellos debería salir elegido. De igual modo, tampoco deberíamos permitir que llegue a gobernar ningún candidato que no aborde, con propuestas concretas, el problema real y acuciante de la pobreza infantil en España.

Y es que, aunque algunos no quieran verlos o los escondan, los datos sobre pobreza infantil siguen ahí, recordándonos una realidad que se vive en nuestras ciudades y nuestros barrios. Desgraciadamente no creo equivocarme si afirmo que casi todos conocemos casos concretos de familias con menores que lo están pasando muy mal, que están teniendo serias dificultades, cuando no pura imposibilidad para disponer de tres comidas diarias adecuadas, poder encender la calefacción en invierno, pagar la casa o asumir gastos de salud básicos como unas gafas o acudir al dentista, por no hablar de poder permitirse gastos básicos como libros de texto, material o refuerzo escolar. Son todas ellas familias que han tenido más apoyo de las iniciativas ciudadanas y de solidaridad vecinal que de las propias Administraciones, quienes no solo no han hecho lo suficiente, sino que directamente han agravado la situación debido a los tremendos recortes en gasto social que han aplicado en los últimos años. Uno de cada tres niños son candidatos a la pobreza, el 30,1% de la población infantil que vive al lado de nuestras casas o, en el peor de los casos, en nuestra propia casa. Si no se actúa ya serán candidatos a ser niños y niñas pobres, jóvenes pobres y, seguramente, adultos pobres. Porque un presente de pobreza es, la mayoría de las veces, un futuro de precariedad y desigualdad. Por cierto, un futuro que ya es presente porque ya hay casi un millón de niños y niñas que se consideran pobres crónicos. Simplemente., no son candidatos a la pobreza. Ya están ahí ocupando su escaño.

Se acercan las elecciones generales y la pobreza infantil no está en el debate político y social. No solo esto, sino que durante el clima pre electoral se están lanzando mensajes que hablan ya de salida de la crisis, mensajes que deben de doler mucho a ese 22,2% de la población de nuestro país, esas 1 de cada 5 personas que están en riesgo de pobreza. Son mensajes que pueden desactivar la urgencia de actuar contra los problemas reales, de hacer invisible las dificultades y preocupaciones de esas familias que viven bajo el umbral de la pobreza. Esta frontera se sitúa en términos de ingresos en 16.719€ anuales, unos 11€ por persona al día para hogares compuestos por dos adultos y dos menores. Y si se tiene la suerte de ganar un poquito más, digamos 17.000€, sales ya de este grupo. Cosas de poner fronteras y vallas.

Creemos firmemente que la pobreza infantil se debe tratar como una emergencia nacional y que hasta ahora no se ha actuado con la necesaria celeridad y energía en este tema, más que cuando el tema salta a debate al hablar de los comedores escolares, cuando arranca y termina el curso o con los campamentos de verano. Y, mientras tanto, hay cientos de miles de casos concretos de niños y niñas que no están accediendo a derechos básicos que tienen reconocidos.

En la campaña Candidatos a la pobreza que hoy lanzamos desde Ayuda en Acción queremos recabar apoyos entre la sociedad civil para colocar a la pobreza infantil como un problema no solo urgente sino también visible, que, sin duda, debe estar entre las prioridades de los partidos políticos que concurrirán este año a las elecciones generales y, que tendrán responsabilidades en el nuevo Gobierno o en la oposición.

En Ayuda en Acción pedimos a nuestros políticos un Pacto de Estado por la Infancia, en línea con la reivindicación de la Plataforma de infancia que aglutina a todas las organizaciones que trabajan por los más pequeños en nuestro país. Este acuerdo serviría para consensuar políticas de Estado, en lugar de otras partidistas, mucho más inestables y expuestas a los distintos cambios de Gobierno.

En segundo lugar, reivindicamos que haya políticas que vigilen y pongan remedio a la desigual inversión en infancia en cada Comunidad Autónoma y que supone que, en la práctica, dependiendo de donde residen, los niños tienen acceso a mayor o menor protección. Pero por encima de todo, exigimos que, en todo momento, y especialmente en los de mayores dificultades económicas, se aseguren y blinden los recursos suficientes para garantizar que todos los niños y niñas en España tengan las mismas oportunidades.

A día de hoy en España hay 2,7 millones de niños y niñas candidatos a la pobreza en unas elecciones en las que ni siquiera tienen derecho al voto. En nuestras manos está que no salgan elegidos.

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