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Soy aliado, send nudes

Barbijaputa

Hay una broma recurrente en las redes sociales que retrata a los “aliados” feministas. Seguro que la han visto, es la famosa “soy aliado, send nudes”. Una frase que pretende resumir la motivación de muchos hombres para “apoyar” el feminismo, algo como: “Puedes confiar en mí, porque soy aliado feminista. Ahora mándame una foto desnuda”. No es ninguna exageración, ni ninguna parodia, es un caso que se repite constantemente en redes sociales. No tan evidente, no tan rápido, pero es un buen resumen.

Son hombres que además de machistas son muy inteligentes, lo que conlleva un doble peligro. Han entendido el mensaje feminista, han copiado las proclamas feministas y han escuchado a las activistas para, a continuación, usarlo todo en su propio beneficio. En ningún momento están interesados en empaparse del significado de la lucha, de hacer autocrítica o de revisarse actitudes misóginas, sino que usan el feminismo como una herramienta para engañar a mujeres con conciencia feminista que ya no compran sus anteriores maneras de “ligar”. Un claro caso de “renovarse o morir”.

Hay muchos otros tipos de machistas disfrazados de aliados feministas, pero este tipo en concreto me parece especialmente sangrante. Aprovechan que la gran mayoría de hombres no se declaran como feministas para tener, de entrada, un punto extra para gustar. Se autodemoninan feministas (o peor aún, “aliados”, esto significa que ya llevan leído lo suficiente como para saber que dentro del feminismo nunca se les llama a ellos feministas sino aliados) y lo hacen para arrogarse un valor añadido, algo que les haga desmarcarse del resto que son como él. 

De cara a la galería reproducen el mensaje que han leído o escuchado a feministas, pero de puertas para adentro, no sólo no lo llevan a cabo, sino que aprovechan que muchas bajan las defensas para atacar. Lo mismo usan la confianza depositada en ellos para pedirte fotos desnuda que te humillan si no estás lo suficientemente “liberada” como para no mandárselas. (Algunos, muchos, también hacen proselitismo del BDSM como herramienta súper empoderante para nosotras, pero siempre y cuando tú seas la sumisa y él, el que reparte estopa. Normalizan estas prácticas como cualquier otro tipo de sexo, nada dañino, a su entender, tachando de atrasadas o conservadoras a las mujeres que se oponen).

Suelen ir a manifestaciones y a asambleas feministas, pero se resisten a quedarse en segundo plano. ¿Qué sentido tiene tanto esfuerzo si luego no nos vamos a quedar con su cara y todo lo que están haciendo por nosotras? Así que encabezan manifestaciones, hablan en asambleas acaparando espacio y marcándose mansplainings, tratan con paternalismo a las compañeras y suelen no llevarse demasiado bien con las mujeres más seguras y empoderadas.

Como los buenos machos que son en el fondo, no soportan demasiado que haya mujeres con más voz o mejor consideradas que ellos. Eso sí, jamás dirían “menuda feminazi” (demasiado obvio), sino que usan otras estrategias para crear rencillas, usando cualquier rasgo de la personalidad de la chica en cuestión para verter su misoginia, escudándose en que si no tragan a menganita es por X motivo, y no porque odien su independencia, su seguridad o su [inserte aquí características que no debe tener una mujer]. Básicamente les tienen miedo a las mujeres así, porque saben que son las primeras que no dudarán en darle un tirón a su disfraz.

Por eso prefieren localizar a las compañeras que ellos sienten más vulnerables e inseguras. Al “soy aliado, send nudes”, lo puedes encontrar en cualquier ámbito feminista (organizaciones, grupos de amigas, asociaciones feministas, foros de FB, talleres de trabajo, espacios ocupados convertidos en centros sociales, movimientos sociales, ciberactivismo...). Algunos actúan con plena conciencia de lo que están haciendo, pero muchos otros no, otros lo harán sin sincerarse con ellos mismos, movidos simplemente por el ego machito, por “los nudes” o por la concentración de mujeres que suele haber en estos ámbitos. Muchos han cambiado las discotecas que dejaban entrar gratis a mujeres por los entornos feministas: hay el mismo número de ellas y además es gratis. Todo ventajas.

Por mucho que un hombre se diga aliado, por mucho que no se pierda una mani, por mucho que grite “muerte al patriarcado”, si nos presiona de cualquier manera, si nos mansplainea, si nos hace sentir inseguras o violentas, si no acepta nuestras críticas o nuestros NO, o se venga de cualquier forma por ello (ya sea de forma agresiva o haciéndonos de menos a partir de entonces), si intenta enemistar a dos compañeras, si copa nuestro espacio o su presencia nos hace sentir que sobramos, no hay duda, no es un aliado, es otro caballo de Troya del patriarcado trotando en un entorno que debería ser de seguridad y de construcción para nosotras. 

La paciencia que podamos tener con los hombres así es absolutamente incompatible con la sororidad que merecen el resto de compañeras. Y aunque las actitudes machistas de estos sujetos las sufriera sólo una mujer, haciendo oídos sordos o mirando para otro lado estamos siendo cómplices.

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