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Tú y yo no somos suficientes

Contenedores de recoclaje (Europa Press)

José Luis Gallego

Estoy seguro de que reciclas. Entre otras cosas porque si has venido hasta este rincón del diario dedicado a la divulgación ambiental es porque eres una persona comprometida con el medio ambiente, lo cual que te agradezco. Pero, ¿sabes una cosa? Ese es nuestro principal punto débil: que casi siempre somos los mismos.

Uno de los principales problemas del medio ambiente en nuestro país es la consanguinidad de quienes lo defendemos. Porque por muy serio que sea el tema, por mucho que quienes amamos la naturaleza levantemos la voz en la radio o busquemos titulares ingeniosos en los diarios para llamar la atención del gran público, al final nos hablamos y escuchamos, escribimos y leemos siempre los mismos.

Estamos haciendo grandes cosas, pero entre muy pocos. Estamos logrando grandes avances, pero sin apenas relevo. El problema es que una pequeña parte no puede asumir el todo. Como ocurre con el reciclaje. Los últimos números al respecto demuestran hasta qué punto eso es así.  

El reciclaje de envases en España es un éxito incontestable. Los que separamos los envases vacíos por materiales y llevamos cada uno a su contenedor estamos haciéndolo cada vez mejor. Pero solo con eso no vamos a solucionar el problema de los residuos en España.

Las últimas cifras de Ecoembes y Ecovidrio, las entidades sin ánimo de lucro responsables de promover y gestionar la recogida de envases vacíos en España, son para sacar pecho. Pero esas cifras representan tan solo una pequeña parte del total.

Estamos recuperando el 73% de los envases que van al contenedor verde y el 76% de los que van al azul y el amarillo: muy por encima de los objetivos marcados por la UE para ambas fracciones de nuestras basuras. ¿Cuál es el problema? Pues que los envases que van al amarillo y el azul, es decir, los de plástico, las latas, los briks y los de papel y cartón solo representan el 8% del total de los residuos sólidos urbanos (RSU) en España, mientras que los que van al verde, es decir, las botellas y los frascos de vidrio, solo suponen el 7% de ese total. Y aunque en el mejor de los casos llegásemos a reciclar todos y cada uno de esos envases serían el 100% del 15%.

Porque la parte del león de los RSU es la materia orgánica: los restos de comida. Esa parte representa por sí sola un 37% del total, más del doble que la de todos los envases juntos. Y ¿cuánta materia orgánica estamos recogiendo por separado? Pues puedes responderte a la pregunta. ¿Cuántos viajes haces al contenedor marrón de tu calle? ¿Cómo? ¿Que en tu municipio no hay contenedores marrones, no separáis la fracción orgánica del resto? No hay más preguntas señoría.

Las directivas europeas sobre gestión de residuos obligan a separar la fracción orgánica para proceder a su recogida selectiva y fija objetivos de porcentaje al respecto. Unos objetivos que España viene incumpliendo desde hace años y no tiene voluntad de cumplir. Parece como si a nuestros gobernantes les saliera más a cuenta pagar las multas de Bruselas que empezar a distribuir contenedores marrones por las calles para que la gente separe y eche en ellos la materia orgánica. Y eso no es justo.

Con un 15% de participación sobre el total de las basuras urbanas, decir que el reciclaje no funciona señalando a los contenedores de envases es injusto, además de un engaño. Porque a quien de verdad se debería señalar es al contenedor marrón, ya que sin él, sin su implantación generalizada (ya lo está en muchas comunidades autónomas y en algunos municipios dispersos), nunca avanzaremos en términos generales.

Mientras tanto tú y yo seguiremos llevando los envases vacíos a los contenedores amarillo, verde y azul. Aunque no seamos suficientes: porque es lo que está en nuestra mano, porque es nuestro compromiso con el medio ambiente.

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