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El fin del 'carmenismo' sin Carmena

Manuela Carmena, Marta Higueras y Rita Maestre.

Fátima Caballero

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“Lo importante no siempre es ganar, también es intentarlo”, decía Manuela Carmena en conversaciones informales pocos días antes de las municipales de 2015 que la encumbraron como alcaldesa de Madrid. Cuando la jueza ya jubilada aceptó encabezar la candidatura de izquierdas municipalista Ahora Madrid, avalada por Podemos, lo hacía pensando que la victoria era imposible en un feudo conservador donde la derecha llevaba dos décadas gobernando. Contra todos los augurios, también el suyo propio, Carmena triunfó. Y, con ella, un grupo heterogéneo de jóvenes políticos de la denominada izquierda transformadora que apenas se conocían entró a formar parte del Gobierno de la capital.

Aquella victoria inesperada, y sobre todo el cómo se fraguó, explica parte de lo ocurrido después con en el espacio ‘del cambio’ en la capital y la disolución de un proyecto que surgió con la vocación de unir a toda la izquierda a la izquierda del PSOE. La trepidante política española quema ciclos antes incluso de que sus protagonistas puedan digerirlos. Los últimos coletazos del llamado ‘carmenismo’ han terminado de saltar por los aires esta semana, tras años de fracturas de aquel espacio que llegó a Cibeles a cambiar la política. Y la ruptura no puede ser más simbólica: cuatro ediles muy próximos a la exalcaldesa se disponen a apoyar junto a PP y Ciudadanos nada menos que la Ordenanza de Movilidad, el caballo de batalla que la derecha planteó contra Ahora Madrid. Y en medio de la crisis empiezan a escucharse palabras gruesas entre dos facciones que eran ya irreconciliables en el Palacio de Cibeles. Lo más suave que se escucha estos días es la palabra “traición”.

El carmenismo sin Carmena ha aguantado dos años a duras penas, y el final tiene mucho que ver con el nacimiento del proyecto, aseguran hoy algunos de sus protagonistas. “Ahora Madrid se inició bastante antes del desembarco en la candidatura de Manuela Carmena y circunscribirse únicamente a su figura forma parte de los gravísimos errores que algunos han cometido”, considera Carlos Sánchez Mato, dirigente de IU y tal vez el concejal que más pronto chocó con Carmena dentro del Gobierno. Acabó cesado de su cargo de edil de Economía y Hacienda. Sánchez Mato, que presentó su propia candidatura con IU en 2019 sin obtener representación, destaca que la “incapacidad” de crear una estructura para aglutinar a todas las sensibilidades y que tuviera en cuenta la de los más minoritarios fue la clave del fracaso. Al igual que él, tras la victoria aterrizaron en el Palacio de Cibeles un equipo de personas que provenían de diversos espacios profesionales, sociales y políticos. Esta mezcla personal e ideológica que representaba Ahora Madrid se tradujo en tensiones permanentes en el seno del Ejecutivo casi desde la toma de posesión. 

La portavoz de lo que queda de ese espacio, Rita Maestre, muy alejada de los postulados de Sánchez Mato, coincide en parte con su diagnóstico. “Pasado el momento de la ilusión, no hubo una voluntad real de ninguno de los actores de construir un sujeto que perviviera en la ciudad de Madrid y eso nos llevó mucho más tiempo del deseado en cuestiones internas”, asegura la líder de Más Madrid por teléfono. “Hacer el análisis de Ahora Madrid solo desde el triunfo electoral es tener en cuenta solo una parte de la historia, la que salió bien, y no la que salió mal, que es la de que ninguna de las partes hizo nada por dejar de ser una parte muy diferente de la anterior y muy peleada con la de al lado”, admite la dirigente madrileña. 

Para Ramón Espinar, exdirigente de Podemos en Madrid hoy fuera de la política y muy alejado del partido en el que militó, entre las razones del naufragio del proyecto de Ahora Madrid y el llamado 'carmenismo' tuvo que ver que ​​“nadie en Podemos quería que eso se constituyera como un proyecto con su propia organización”. “Ahí sí que hubo una confluencia de intereses entre Carmena y Podemos. Podemos no quería que Ahora Madrid se constituyera en nada, porque obviamente nosotros queríamos que el partido fuera Podemos y eso se juntó además con que Manuela no quería un partido”, asegura. “La lectura que hago de lo ocurrido ya con las partes de Más Madrid tiene más que ver con la incapacidad de Manuela de generar sucesores. Pasa siempre con los hiperliderazgos, que se van y todo se derrumba”, añade. 

La ruptura con Podemos

Las permanentes batallas de poder han propiciado una cascada de escisiones. La lista electoral liderada por Manuela Carmena en 2019 ya nació fruto de una traumática ruptura con Podemos que dio paso al espacio de Más Madrid. Ganó las elecciones y se quedó a las puertas de gobernar. Y eso es todo lo que pueden celebrar sus concejales desde que Carmena anunció el abandono de la política: el grupo se partió muy pronto puertas adentro. El divorcio oficial se viene fraguando en las últimas semanas. Cuatro ediles muy próximos a la exalcaldesa rompieron con los otros 15 concejales del grupo municipal, que ha dejado de ser el partido mayoritario. Rita Maestre llama directamente “tránsfugas” a esos ediles y explica que esta última contienda responde a “una lucha de poder”, porque ese grupo de cuatro “no acepta las decisiones que ha tomado la mayoría”. En el otro bando, José Manuel Calvo considera que en Más Madrid se ha querido “acabar con los discrepantes arrinconándolos” hasta dejarlos “sin espacio propio”. “Es por eso que nos vamos”, asegura en conversación con este diario el dirigente que habla en nombre de los cuatro.

“Manuela hacía de pegamento, ella se va y todo se cae”, asegura un concejal de la formación. Para otros, “lo ocurrido con Más Madrid y los díscolos carmenistas es el fin de un ciclo”. Es momento de “superar” a la exalcaldesa para seguir construyendo un proyecto con ambición para 2023, dice. “No podemos seguir anclados en el escenario de 2015, hay que mirar hacia adelante aunque se sigan reivindicando muchos de los éxitos del Gobierno liderado por Manuela del que formamos muchos de los que ahora estamos en Más Madrid”, añade este edil, que prefiere no ser identificado. 

No es lo que piensan los concejales que decidieron hace seis meses romper ya del todo con el partido que ahora lidera Maestre. Los cuatro ediles escindidos en una plataforma bajo el nombre de Recupera Madrid –Marta Higueras, número dos de Carmena en el gobierno de Ahora Madrid y su íntima amiga; Luis Cueto, familiar de la exregidora; José Manuel Calvo, exconcejal de Urbanismo; y Felipe Llamas, exjefe de Gabinete de la exalcaldesa– siguen reivindicándose como los verdaderos herederos de Carmena.

Y en medio de todo eso, el silencio atronador de la exalcaldesa, que no se ha pronunciado (tampoco ha querido responder a las preguntas de esta redacción). Lo cual no quiere decir que no tenga opinión. Su entorno sostiene que no está muy de acuerdo con la decisión tomada por los cuatro ediles díscolos, con los que mantiene una estrecha amistad.

Sus últimos movimientos y la irrupción de Recupera Madrid han provocado un seísmo en la política municipal. Los llamados 'carmenistas' abrieron hace unos días la puerta a apoyar la Ordenanza de Movilidad del Gobierno del PP que dirige José Luis Martínez-Almeida, que acaba de enterrar uno de los proyectos más exitosos y representativos de la era 'carmenista': la zona de bajas emisiones 'Madrid Central'. El anuncio de Recupera Madrid de apoyar el plan de Almeida coincidía después con un favor del PP a esta escisión, que para Más Madrid es la prueba definitiva de que se han dejado comprar. 

Los servicios jurídicos del Ayuntamiento, que controla la derecha, han dado luz verde a que estos cuatro concejales puedan formar grupo mixto, en contra de lo que pedía Más Madrid, que quería que se quedaran como no adscritos. La diferencia entre una y otra opción es relevante: los tiempos en los debates municipales y el presupuesto para asesores depende de contar o no con grupo propio. Desde el grupo mixto, la escisión de Más Madrid dispondrá de más recursos que, de otra manera, no tendría. Además, se asegura tener presencia en las distintas comisiones del Ayuntamiento.

El final de esta contienda no acaba en las dependencias municipales sino que se trasladará ahora a los juzgados. Más Madrid ya ha anunciado que recurrirá en los tribunales la decisión del Ayuntamiento, que califica de “ilegal”, y pedirá medidas cautelares. Maestre recuerda que la decisión se produce en contra de Comité consultivo de la Comunidad de Madrid, que determinaba que debían quedar relegados al grupo de los no adscritos.

La división en Madrid

Como sucede en todas las rupturas, la del grupo municipal más votado por los madrileños tampoco se produjo de un día para otro. Maestre y otros dirigentes, que prefieren no dar su nombre, insisten en que Ahora Madrid nació con ese pecado original y que ya nadie trabajó por consolidar ese magma heterodoxo que reunía a tantas sensibilidades políticas. Otros sitúan el calendario del principio del fin en el acuerdo secreto al que llegaron Carmena e Íñigo Errejón pocos días antes de las municipales y autonómicas de 2019 y que supuso la ruptura con Podemos. Errejón abandonó así el proyecto que había cofundado en 2014. “Podemos se partió en dos. Las disputas internas venían de mucho antes, pero ese fue el toque final a un partido que no ha logrado remontar y también el fin de todo el movimiento del cambio que se produjo en Madrid”, dice Espinar, que por aquellos días decidió decir adiós a la política. También en ese acuerdo a dos se explica lo ocurrido después con Más Madrid, considera José Manuel Calvo. 

La realidad es que, antes de llegar a ese punto, los ediles que formaron la candidatura con Carmena y que antes pertenecían a Podemos ya habían abandonado la formación después de que la dirección quisiera relegarlos en la lista de primarias, como fue el caso de Maestre y Calvo. Y antes del llamado “acuerdo de las empanadillas”, Carmena empezó a negociar con la formación de Pablo Iglesias la lista electoral tras la salida de estos concejales mientras la exalcaldesa de Madrid se negaba a que el exjemad Julio Rodríguez fuera su número dos en la candidatura, como pedía el líder de Podemos. El acuerdo entre Carmena y Errejón supuso también la división en dos de Podemos en la Asamblea de Madrid.

Los cuatro ediles más próximos a Carmena defienden que la confluencia con Errejón significó “la tumba” de la exalcaldesa. A su juicio, el equipo de Errejón hizo una campaña que solo le benefició a él en su pugna por entrar en la Asamblea autonómica, mientras le restaba votos a la que fuera primera edil en la competición municipal. “Fue un error no confluir con Podemos”, dice ahora José Manuel Calvo.

Manuela Carmena abandona la política

La salida de Manuela Carmena en junio de 2019, tras fracasar su intento de revalidar la alcaldía, es el acontecimiento clave en toda esta historia. Las primeras evidencias de que en Más Madrid habitaban dos modelos irreconciliables política y personalmente se dieron muy pronto. Cuando Manuela Carmena dejó su acta de concejala, evitó nombrar a una sucesora al frente del grupo, y el poder se repartió a regañadientes entre dos. El vacío que dejaba su figura intentó suplirse con Marta Higueras, la que fue su teniente de alcalde, como portavoz “orgánica” del grupo –oficial a todos los efectos–, y con la exportavoz municipal Rita Maestre como cara visible de la formación ante los medios. Una solución salomónica con la que ninguna de las partes quedó contenta. Ahí estuvo el germen de la posterior ruptura. 

Más País: Errejón da el salto a la política nacional

La marcha de la exalcaldesa ya había evidenciado las primeras grietas en Más Madrid, pero eso no impidió que tres meses después de las municipales Íñigo Errejón decidiera dar el salto a la política nacional con la repetición electoral de 2019. La número dos elegida por el diputado de Más País fue Marta Higueras, ahora una de las ediles escindidas. “Era una forma de asegurarse el apoyo público de Carmena, pero una solución que no gustaba a nadie porque las relaciones ya estaban prácticamente rotas”, asegura un dirigente de Más Madrid, quien añade que por aquel entonces la exalcaldesa se había retirado y prefería mantenerse al margen de toda contienda política. 

De esta forma, Higueras se impuso en la lista a Inés Sabanés, edil de Medio Ambiente en Ahora Madrid, que provenía del acuerdo con Equo. Errejón apostaba por convertirse en el partido verde español al estilo de otros que lograban buenos resultados en Europa. Por aquel entonces –finales de septiembre de 2019– las encuestas les auguraban un buen resultado: hasta 15 escaños llegaron a pronosticar. A medida que avanzaba la campaña, fueron desinflándose en los sondeos. 

El resultado del 10N, en el que Más País solo logró dos diputados, además de estar lejos de lo esperado –ni reunieron grupo parlamentario ni pudieron ser decisivos en la formación de un gobierno de izquierdas– abrió un nuevo cisma en el partido con ecos en el grupo municipal. Tanto Higueras como Sabanés eran ediles del Ayuntamiento, pero Errejón se inclinaba por la entrada de la segunda al Congreso, por ser de Equo. Higueras terminó renunciando al escaño y eso propició la primera negociación interna entre los que ya empezaban a mostrarse críticos con la pérdida de la autonomía del grupo municipal en el Palacio de Cibeles frente a la dirección nacional. 

Los malos resultados en las elecciones habían tenido efectos colaterales, de esos que provocan muchas heridas en los partidos: la candidatura había dejado unas deudas a Más País difíciles de afrontar. Higueras y los ediles de su cuerda negociaron entonces la renuncia al escaño y pagar una cuota más elevada para hacer frente a las deudas a cambio de más autonomía y transparencia, algo que, según denuncian, nunca se produjo.

Marta Higueras se desvincula del partido

La siguiente brecha llegó cuando Higueras, la portavoz oficial en el grupo municipal, anunció que no se incorporaría a la construcción orgánica de Más Madrid, que en las siguientes semanas celebraría un proceso constituyente. Argumentó que la vocación de la candidatura más votada en las elecciones de 2019 no era convertirse en un partido al uso. Pese a que su acción política sería independiente y que su posición era minoritaria en el grupo, Higueras pretendía mantener la portavocía de Ahora Madrid.

Le siguieron José Manuel Calvo y Luis Cueto, último gerente del Ayuntamiento de Madrid nombrado por Carmena. Felipe Llamas, jefe de gabinete de la exalcaldesa, se adhirió posteriormente al tomar posesión del cargo como concejal tras la dimisión de Estrella Sánchez en octubre. Unas heridas que el acuerdo de convivencia firmado en agosto, cuya consecuencia más visible fue el relevo de Higueras en la portavocía en favor de Maestre, no terminó de cicatrizar. Los más afines a Carmena aceptaron el cambio para acabar con la bicefalia y una secretaría adjunta de nueva creación quedó en manos de una concejala, Maysoun Douas, no vinculada al recién creado partido político. El pacto de “respeto mutuo” incluía también una “asignación suficiente” de recursos al sector minoritario. “No respetaron nada porque su objetivo era aniquilar al discrepante”, dice ahora Calvo. Lo que intentó arreglarse en verano con el sector minoritario se rompía definitivamente seis meses después, en marzo de 2020, y el enfrentamiento continúa.

¿Es posible la unión para 2023?

A menos de dos años para las nuevas elecciones municipales, aquel espacio surgido en 2015 se encuentra más dividido que nunca. Un cisma en el Ayuntamiento que contrasta con el éxito de Más Madrid en la Comunidad, que en las últimas elecciones logró sobrepasar al PSOE y convertirse en el primer grupo de la oposición a Díaz Ayuso. Calvo, que ahora se agrupa junto a otros tres ediles, defendía hace unas semanas que su plan era aglutinar a toda la izquierda para relevar al PP, con el que ahora se abre a pactar bajo el argumento de que la ordenanza de movilidad de Almeida es mejor que nada.

Sus enemigos internos creen que se trata de una coartada que esconde un pacto para que se les asegure financiación y protagonismo en los plenos municipales, y recuerdan que no hace tanto el mismo concejal acusaba a Ahora Madrid de ser demasiado comprensivos con el alcalde popular.

Algunas voces como la de Sánchez Mato creen que hay que apostar de nuevo por un proyecto de suma de las izquierdas madrileñas –al margen del PSOE– para poder desbancar al PP, hoy reforzado por el hundimiento de Ciudadanos. El dirigente de Izquierda Unida defiende “aprender de los errores” para avanzar en esa unión de la que, dice, no le sobran “ni Rita Maestre ni Íñigo Errejón”. “Miremos hacia adelante sin olvidar lo que ha pasado, es decir, ser capaces de construir una alternativa creíble y que no caiga en los errores del pasado, que sea democrática en cuanto a su establecimiento y no reste importancia a los componentes, aunque sean minoritarios”, sostiene el edil, que reconoce que no es tarea fácil. “Hay que ser consciente de que hay muchas heridas abiertas, hay mucho rencor acumulado y mucho daño causado”. 

También José Manuel Calvo dice apostar por una fórmula de unión, una de las razones por las que justifica su salida de Más Madrid. “Espero que las cosas se puedan reconstruir, que desde distintas posiciones podamos trabajar y reencontrarnos”, defiende. “Soy consciente de que hace falta tiempo para eso y un recorrido que en ningún caso se ha producido”, añade. Dirigentes de otros partidos y movimientos han preferido no pronunciarse sobre esta y otras cuestiones del reportaje. Otros que consideran que volver a unir a la izquierda no es la solución han preferido mantener el anonimato. 

No así Rita Maestre, que es clara en su rechazo, “al menos de momento”, a explorar fórmulas como la de 2015. “De Ahora Madrid hay muchas cosas que aprender y una de ellas es que las meras uniones electorales no son capaces si no se llevan más allá”, afirma. Para Maestre, el horizonte es el iniciado por Más Madrid hace un año, cuando se constituyó como espacio político. “El camino es consolidar un espacio que perviva, que no haya que reinventarse en cada candidatura, en cada convocatoria electoral”, asegura, descartando así la unión electoral. “Más Madrid va por el buen camino, como se ha demostrado en las elecciones del 4M [donde el partido fue la segunda fuerza más votada superando al PSOE]; lo volveremos a hacer en 2023”. De momento, son 15 concejales en el Ayuntamiento de Madrid.

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