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Miles de policías y guardias civiles marchan contra la reforma de la 'Ley Mordaza' arropados por la derecha

Manifestación convocada por los sindicatos policiales y las asociaciones de la Guardia Civil contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana

Alberto Pozas

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Miles de policías, guardias civiles y simpatizantes de ambos cuerpos se han reunido este sábado en el centro de Madrid para protestar contra la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana. Una concentración desde la Puerta del Sol hasta el Ministerio del Interior bajo el lema “Policías Unidos contra esta reforma” y con constantes gritos pidiendo la dimisión de Fernando Grande-Marlaska que según los organizadores ha juntado a 150.000 personas y según la Delegación del Gobierno a tan sólo 20.000 manifestantes.

La manifestación, convocada por Jusapol, ha arrancado a las 11:30 del kilómetro cero de la Comunidad de Madrid con predominio de este sindicato entre tímidas pancartas de CSIF, la Asociación Española de Guardias Civiles o el Sindicato Unificado de Policía, entre otros. Los episodios intermitentes de lluvia al comienzo de la marcha por la estrecha carrera de San Jerónimo han amenazado el desarrollo de una manifestación convocada para protestar contra una futura reforma que, según entienden, desprotege a los agentes frente a hipotéticas agresiones o difusiones de su imagen que, denuncian, puede llegar a afectar a sus familias.

El portavoz del sindicato mayoritario de la Policía Nacional Jupol, Pablo Pérez, ha asegurado al comienzo de la marcha que “queremos demostrarle al Gobierno de esa unidad, no vamos a parar hasta que se nos escuche y se nos tenga en cuenta para esta reforma”. Para los sindicatos policiales uno de los puntos más graves de la reforma es la que sanciona la difusión de imágenes que puedan ponerles en peligro porque, según denuncian, no se ejerce una censura previa para evitar el daño. Ha dicho hoy Pérez al comienzo de la marcha que “el daño ya estará hecho cuando esa imagen ya haya sido difundida”.

Esta consigna, tal y como ha explicado este diario, no se compadece con lo que ha establecido el Tribunal Constitucional. Los magistrados rechazaron el recurso del PSOE contra la norma aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy pero declararon la inconstitucionalidad de un único precepto: el que establecía una censura previa a la difusión de imágenes de los agentes de servicio. La difusión debe ser sancionada, dijo esa sentencia, pero no se puede impedir su difusión.

La marcha ha transcurrido sin incidentes bajo la lluvia intermitente entre la Puerta del Sol hasta Neptuno pasando por la puerta del Congreso de los Diputados, donde algunos manifestantes han encendido alguna bengala verde y azul y han hecho explotar algunos petardos. La marcha, encabezada por un camión que hacía sonar la bocina, ha llegado después hasta la puerta del Ministerio del Interior donde el periodista Albert Castillón ha leído el manifiesto que ha disuelto la concentración. Un comunicado que, entre otras cosas, acusa a esta reforma de buscar “la contraprestación política y la aritmética de apoyos parlamentarios. Tal vez al gobierno le salgan las cuentas, pero a la sociedad no”, ha dicho.

Las tres derechas

Las tres derechas han acudido a la cita con una desigual exhibición de fuerzas y sin reeditar, al menos por el momento, la foto de la Plaza de Colón. El recibimiento más caluroso ha sido para el líder de Vox, Santiago Abascal, quien ha sido recibido con gritos de “¡presidente, presidente!”, cerca de la cabecera de la manifestación. José Luis Martínez Almeida, portavoz del PP y alcalde de Madrid, ha tenido una llegada más discreta y se ha ubicado en la segunda pancarta. También ha comparecido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha abandonado la concentración poco después. Pablo Casado, líder del Partido Popular, ha llegado al final de la concentración y ha comparecido ante los medios después del discurso final de los sindicatos, entre gritos de ánimo y también gritos de “¡traidor!” de simpatizantes de Vox.

Una vez finalizada la concentración, Casado ha comparecido en la puerta del ministerio que dirige Grande-Marlaska y ha anunciado que llevarán la reforma al Constitucional si es aprobada. Ha dicho Casado: “Esta reforma no les permite ni actuar, ni utilizar material de protección. Quiero anunciar que si se aprueba esta reforma la llevaremos inmediatamente al Tribunal Constitucional y en cuanto lleguemos recuperaremos la Ley de Seguridad Ciudadana”. El líder del PP ha abandonado la concentración ya disuelta entre gritos de apoyo pero también insultos de personas que pedían el voto para Vox.

Previamente, desde León, Casado ha afirmado que “es insólito que aquellos que se juegan la vida para protegernos se tengan que manifestar porque les dejan vendidos”. En su intervención, Casado ha vuelto a hacerse eco de algunas de las afirmaciones del decálogo de la protesta policial contra la reforma de la ley, que rebaja y contradice el textual de las medidas pactadas por PSOE y Unidas Podemos, como ya avanzó esta información de elDiario.es.

Abascal no ha aceptado preguntas y se ha limitado a cargar contra el ejecutivo central: “Estamos aquí contra una ley aprobada por el Gobierno junto a los enemigos de España y del orden constitucional. Estamos en la calle junto a los más esforzados servidores de España”. Pocos minutos antes comparecía a unos 50 metros la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, sin levantar expectación y pronunciándose igualmente en contra de la futura reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana.

El partido ultraderechista ha acudido a la manifestación con su plana mayor. Han acompañado a Abascal los diputados Javier Ortega Smith, Macarena Olona, Iván Espinosa de los Monteros y la líder del partido en Madrid, Rocío Monasterio. La presencia de los líderes ultraderechista ha sido la más celebrada por los asistentes, que les paraban constantemente para felicitarles o para sacarse fotos con ellos.

El regidor de la capital, que ha comenzado justificando la ausencia de Casado por su “cita en León”, ha asegurado que este proyecto deja “desarmados” a los agentes “ante todos aquellos que quieren romper nuestra convivencia”. Sobre que uno de los impulsores de la reforma sea Podemos, Almeida ha afirmado: “Ya sabemos lo que les gusta incendiar las calles”.

Poco después, y todavía antes de que arrancase la manifestación, comparecía Díaz Ayuso, también entre gritos de “¡presidenta!”, que ha calificado la reforma de “ataque directo al estado de derecho y la libertad de los ciudadanos, es una Ley Mordaza contra los que nos ayudan”. La presidenta de la Comunidad ha apelado a su papel institucional para “no estar en ninguna pancarta”, por lo que ha optado por manifestar su apoyo acudiendo al inicio de la protesta, pero no participando en la marcha. “Creo que es mejor hacerlo así”, ha dicho. Ayuso y Casado, en plena guerra interna entre Sol y Génova, no han coincidido por tanto en la manifestación aunque los dos le han quitado hierro a ese hecho en sus declaraciones ante los medios.

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