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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

El Gobierno trata de cerrar la crisis con ERC y de apuntalar la relación con el PNV

La número dos del PSOE, Adriana Lastra, charla con los portavoces de ERC y PNV.

Irene Castro / Arturo Puente

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No está siendo tan fácil como Moncloa creía la semana pasada después de lograr 188 votos a los Presupuestos Generales del Estado. Cinco días después de esa victoria en el Congreso, ERC amenazó con torpedear las cuentas públicas en el Senado. ¿El motivo? El reconocimiento del Gobierno de que la Ley General de Comunicación Audiovisual no obligaría a plataformas como Netflix o HBO a reservar un 6% de su producción a las lenguas cooficiales, como se había comprometido con los republicanos catalanes a cambio de su 'sí'. Ante tal enfado, se sucedieron numerosos contactos técnicos entre los gabinetes a lo largo del miércoles y una reunión en la que participaron miembros del Gobierno, de la Generalitat y de ERC para abordar una fórmula que satisfaga al grupo que lidera Gabriel Rufián. Casi en paralelo, al PSOE le toca apuntalar al PNV después del golpe en la mesa que dio en la negociación presupuestaria, que aún no da por cerrada.

El rechazo de ERC a la ley audiovisual en los términos en que salió este martes del Consejo de Ministros y, sobre todo, la amenaza de complicar la aprobación de las cuentas públicas de 2022 obligaron al Gobierno a sentarse de nuevo con los republicanos. Además de los contactos en la tarde del martes y la mañana del miércoles, lo hicieron formalmente por videoconferencia en una reunión que se prolongó casi tres horas en la que participaron, entre otros, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el portavoz socialista, Héctor Gómez; y la número dos del PSOE, Adriana Lastra; y por el otro lado Rufián; la portavoz del partido, Marta Vilalta; Josep María Llové y el secretario de Comunicaciones, Oriol Duran. La gran ausencia ha sido la de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que es la responsable de la ley audiovisual y con quien ERC tiene una relación tensa.

El objetivo del encuentro era, para ERC, buscar una forma para obligar por ley a todas las plataformas digitales a ofrecer un 6% de sus contenidos en catalán, euskera o gallego. La norma aprobada por el Consejo de Ministros contempla esa opción para aquellas compañías radicadas en España –como Filmin, Movistar+ o Atresplayer–, pero no para las que operan desde terceros países. La controversia estriba en la diferente lectura que Moncloa y ERC hacen de la directiva europea que regula los contenidos audiovisuales. El Gobierno se escuda en el artículo 13.1 de ese texto comunitario para defender que no puede imponer cuotas a plataformas que no tienen sede en España –a pesar de que había confirmado que esos eran los términos del acuerdo alcanzado con ERC– mientras que los republicanos sostienen que ese argumento es “falso” y se aferran al apartado 13.2 de ese mismo documento. Y ese malentendido es el que pretenden desencallar para alcanzar –de nuevo– un entendimiento que se traduzca en una enmienda pactada a la ley audiovisual.

Seguir hablando

Fuentes republicanas apuntan a que han trasladado formalmente a los socialistas su disconformidad con el texto que aprobó el Consejo de Ministros y que se han emplazado a seguir hablando para encontrar una solución que “blinde el catalán”. El objetivo de ERC es “mejorar” la ley en el trámite de enmiendas, algo para lo que necesitan el apoyo del PSOE y Unidas Podemos. Si no lo obtienen, algo que los republicanos no descartan, su respuesta sería retirar del apoyo a la ley. Pero el compromiso al que llegaron las dos partes en la reunión de este miércoles es seguir negociando hasta alcanzar un acuerdo, con la fecha límite del 19 de diciembre que impone Europa para aprobar la ley, aunque fuentes gubernamentales apuntaban este martes a que se podría demorar. De hecho, desde el Ejecutivo recuerdan que los plazos para la tramitación de la ley son distintos a los de los Presupuestos y por eso quieren desvincular la negociación, pese a que ha sido desde el principio una condición de los republicanos.

También los socialistas constatan que han “constatado distintas interpretaciones de lo que dice la ley audiovisual”. “Lo que hay es un acuerdo de que en los próximos días vamos a acordar una ley en la que los dos estemos cómodos”, señala una de las personas socialistas presentes en la reunión: “Hemos quedado en seguir hablando y sacar el acuerdo en los próximos días”. “Buscamos una solución pronto. Nos hemos emplazado a seguir hablando mañana mismo”, señalan fuentes socialistas.

En el PSOE creen que hay margen para llegar a un entendimiento y ahora tendrán que buscar la fórmula con el departamento de Calviño. Lo que tienen claro es que necesitan a ERC en la ecuación, tal y como se comprometieron. “Ellos saben que nosotros cumplimos nuestros acuerdos y esta vez también va a ser así”, ha sentenciado Lastra este miércoles a primera hora.

“Tenemos que seguir trabajando y ser capaces de consensuar una ley audiovisual que tiene como objetivo compartido entre esta formación política y el Gobierno de España la necesidad de respetar y de proteger las lenguas cooficiales. Ahora bien, lo tenemos que hacer respetando la normativa europea y, por tanto, siendo capaces de compatibilizar esa voluntad política de respeto a las lenguas con las exigencias que vienen marcadas por las propias directivas y las normas que vienen marcadas por la UE. Confío en poder llegar a un acuerdo muy en breve”, había expresado Montero antes del encuentro.

Atenciones al PNV, que reivindica su influencia en Madrid

El inesperado frente de ERC para el Gobierno –que sostiene que los republicanos conocían los términos en los que se iba a aprobar la ley– se ha sumado al desencuentro que había anunciado el PNV la semana pasada en la recta final de la negociación presupuestaria. Gobierno y PSOE quieren dejar claro que sigue siendo su “socio prioritario” después de que los distintos acuerdos con otras formaciones hicieran que, a diferencia de otras votaciones clave como la investidura, los nacionalistas vascos no fueran imprescindibles. Tras el anuncio del 'sí' a las cuentas públicas de 2022 por parte de ERC y sobre todo EH Bildu, la formación jeltzale se hizo notar al dejar claro que aún no tenía un acuerdo cerrado con el Ejecutivo, aunque no tuvo efectos prácticos porque votaron a favor del proyecto en el Congreso bajo la premisa de que seguirían negociando durante la tramitación en el Senado. Con ese panorama, la cúpula del PSOE se emplea a fondo para cuidar al PNV. El propio Pedro Sánchez se reunió con Andoni Ortuzar la semana pasada, según han confirmado a elDiario.es fuentes socialistas.

El anuncio del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, de que quedaban flecos pendientes en la negociación sorprendió al Gobierno, que siempre ha tenido en los nacionalistas vascos a sus aliados preferentes. Fuentes de Hacienda aseguraban entonces que el PNV fue el primero con el que se abordó la negociación presupuestaria y daban por hecho que todo estaba cerrado. Nada más anunciar que no era así y que las conversaciones se dilatarían durante la tramitación en la Cámara Alta, la ministra María Jesús Montero aseguró públicamente que los nacionalistas vascos son el “socio preferente” de la coalición.

Ferraz quiere hacérselo saber y, tras la reunión con el presidente, serán el secretario de Organización, Santos Cerdán, y el portavoz parlamentario, Héctor Gómez, quienes mantendrán un encuentro con el líder del partido, Andoni Ortuzar, y Esteban este jueves. Sobre la mesa estarán las exigencias que el PNV mantiene vivas de cara a la negociación presupuestaria –principalmente “encauzar definitivamente” el soterramiento de las vías del AVE en Bilbao–, pero fuentes socialistas enmarcan el encuentro en la normalidad de las relaciones entre ambos partidos –que gobiernan en coalición en Euskadi–. “No hay un tema en particular”, señalan las fuentes consultadas.

Lo cierto es que el encuentro se produce coincidiendo con el desencuentro presupuestario y la interpretación de que EH Bildu va ganando peso en la interlocución con el Gobierno en Madrid. “Sorprende que por parte de la izquierda abertzale, después de estar diciendo durante décadas que éramos unos traidores y nos vendíamos por un plato de lentejas, ahora concluyan que el PNV tenía razón sobre lo que había que hacer en el Parlamento. Les ha costado décadas y mucho sufrimiento”, afirmó Esteban, que negó que los nacionalistas vascos estuvieran “molestos” por la relación entre socialistas y EH Bildu. “Cada uno juega sus cartas”, zanjó en esa rueda de prensa en la que sonó su teléfono y era el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.

“Somos influyentes en Madrid. Ahora se nos dice que estamos perdiendo influencia. ¡Qué más quisieran! No, no, ya veréis como no”, le dijo Ortuzar a los suyos en la Asamblea General. “Ahí tenemos a unos y a otros haciendo supuestas cuentas de pactos y alternativas a dos, tres y ocho años vista. ¡Cuánto les importa lo que pasa hoy en el país! ¡Qué visión de país más generosa!”, agregó el líder del PNV en referencia al “juego de tronos” de los partidos que pretenden aliarse para desalojar del poder al PNV en Euskadi.

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