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Un mundo sin unicornios

Muere el último rinoceronte blanco del norte macho del mundo

Aritz Toribio

Abogado y Criminólogo especialista en Delitos contra los animales y Doctorando en Ciencias Jurídicas por la Universidad de Granada —

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Se están extinguiendo los unicornios, y como no hagamos nada no volveremos a ver uno en libertad. Ese animal con un cuerno en la cabeza al que todo el mundo ha caracterizado como de fantasía, que transmite ternura y alegra la infancia, está muriendo.

Hace más de 10.000 años era peludo, grande y llamativo, extendiéndose por territorios que hoy parecerían otro cuento de fantasía.

Existen actualmente cinco especies de unicornios: indio (Rhinocerusunicornis), blanco (Ceratotheriumsimum), negro (Dicerosbicornis), de Sumatra (Dicerorhinussumatrensis) y de Java (Rhinocerussondaicus). Es curioso que todos ellos sean parientes lejanos del caballo.

Geográficamente están repartidos por África y Asia, distribuyéndose el blanco y negro por África y el indio, el de Sumatra, y el de Java por Asia, pero lamentablemente dejaremos de verlos por allí.

El comercio ilegal de animales o de alguna de sus partes es uno de los grandes problemas a nivel mundial, un problema que nos quita nuestra biodiversidad, que nos quita el derecho de poder disfrutar de algo tan bello y tan necesario como son nuestras especies.

Ellos no pidieron ser tan ricos y poseer esos cuernos que tanto dinero vale. El cuerno mágico del Unicornio se compone de fibras de queratina sin núcleo en el hueso, pudiendo medir más de metro y medio, y vale más que el oro o que la droga más consumida en el mundo.

Son animales únicos e inigualables, pero quizás no son como los cuentos nos han contado. Les gusta revolcarse en el barro, hacer sus propios agujeros y ponerse muy sucios. Lo hacen por salud, ya que tienen una piel sensible, tanto a picaduras de moquitos como al sol. Resulta curioso que ni el blanco es blanco, ni el negro es negro, sino que el color del barro le puso el mote al negro y una mala interpretación de una palabra se lo puso al blanco.

No los verás juguetear unos con otros. Es cierto que suelen ser bastante solitarios, aunque tienen unos amigos (búfagos) que viven de ellos y que les ayudan de cierta manera. Los puedo clasificar como los animales más fantásticos que conozco, y no soporto la idea de que estén considerados en peligro de extinción, crítico o vulnerable.

Poco a poco nos despojan de ellos con sangrientas matanzas que se asemejan a las guerras más crueles. Los asesinos se mueven por un trozo de cuerpo que no es suyo, y lo adquieren a cambio de la vida de sus dueños. Cada cuerno que despojan lleva aparejadas unas graves consecuencias que la ciudadanía no conoce.

Se habla de unicornios a través de los cuentos, películas e historias, y se deja de lado la verdadera fantasía, la de disfrutar de un animal de verdad. Me refiero al verdadero unicornio, el rinoceronte, ese animal que dio leyenda a lo que hoy conocemos como unicornio.

La caza furtiva, el contrabando, la pérdida de biodiversidad, la introducción de especies exóticas y otros factores están mermando, y mucho, las poblaciones de rinocerontes en el mundo. Hay varias subespecies de rinocerontes que se consideran extinguidas ya, como por ejemplo la del rinoceronte negro occidental, que se consideró extinto en 2011 por la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), al igual, la UICN alertó que el rinoceronte blanco de África Central está al borde de la extinción.

La lucha por acabar con la caza furtiva debería ser una de las metas principales para la política medioambiental, ayudando no sólo a los unicornios de los que hablo, sino a tantos miles y miles de animales que han sido agraciados con algo que tiene un valor económico inútil para ellos y útil para los otros.

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