Rostro y alma de una revolución

El fotógrafo Miguel Ángel Sánchez y la periodista Nuria Tesón se sintieron llamados a estar en el lugar adecuado y el momento preciso. Un par de años antes de la revolución viajaron a El Cairo y se mezclaron con las gentes de la capital, con su cultura. Así pretendían que los retratos que tomasen a los egipcios transpirasen autenticidad. “Queríamos retratar un país que estaba cambiando y en plena ebullición. No se trataba de hacer una simple imagen o un texto descriptivo, sino de llegar a un acercamiento más íntimo, que los propios personajes mostraran todos sus ángulos”, asegura Tesón. Y esos ángulos incluían una profunda seriedad que, como una sombra, hace el juego con la luz que caracteriza las imágenes de Miguel Ángel.

Lo que más destaca en los retratos son los ojos de los protagonistas, la mirada insondable y digna de esos egipcios acostumbrados a una vida dura y capaces de superar los obstáculos, característica que el fotógrafo y la periodista han destacado por encima de las demás.

Las ochenta imágenes que componen la muestra (en representación de los ochenta millones de habitantes que tiene Egipto, incluidos los más pobres, los más ricos, los políticos...) surgen del negro y se agrupan bajo el título El alma del mundo. En ellas podemos leer los rasgos de la revolución, la pasión de un pueblo. Un interesante trabajo que ha pasado por El Cairo y París y que ahora estará hasta el 1 de septiembre en el Conde Duque de Madrid. Nos traen a casa la expresión de un pueblo con coraje, ¿sabremos sostenerle la mirada?