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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

En el Comité español de ACNUR recaudamos fondos para atender las necesidades de las personas refugiadas y desplazadas más vulnerables, apoyando los programas de ayuda humanitaria de ACNUR (nutrición, atención médica, agua potable y saneamiento, educación, refugio e infraestructuras básicas, asistencia legal y protección internacional).

En la actualidad, 34,4 millones de personas reciben la asistencia de ACNUR en más de 120 países. www.eacnur.org

¿Cómo puede ser mi hogar si nunca he visto mi país?

Un bebé, nacido como refugiado en Tanzania, en su primera mañana en Burundi, su país. Foto: ACNUR/K.McKinsey

Amaia Celorrio

En menos de seis semanas, entre finales de octubre y el 11 de diciembre, ACNUR y sus socios ayudaron a más de 34.000 refugiados burundianos a volver a este país desde Tanzania. Un 60 % de ellos son niños menores de 18 años, la mayoría nacidos en el exilio de padres que huyeron del conflicto civil de Burundi en los 90.

“Su reintegración va a ser un gran reto” dice Maguelone Arsac, oficial de servicios comunitarios de ACNUR en Burundi. Los niños “nunca han oído hablar cosas buenas de ‘su país’ añade Arsac. De hecho, cuando alguien de su familia hablaba de volver, Claudine siempre se oponía al traslado. ”He oído que la gente de Burundi se matan unos a otros, se disparan unos a otros“ dice.

Ahora que ha vuelto con su madre y su hermana pequeña, le parece difícil creer que Burundi de hecho sea un país en paz, después de todas las historias que ha escuchado en el campo de refugiados.

En una edad en la que muchos adolescentes en otros países están esperando graduarse del instituto, Claudine, en cambio, nunca ha tenido una educación. Como sus padres han vivido fuera de Burundi, muchos niños refugiados han perdido años de educación.

“Va a ser una gran reto,” dice Arsac. “Las escuelas oficiales fueron cerradas hace tres años en algunos campos de Tanzania. Algunos niños, la mayoría chicos jóvenes, pudieron continuar estudiando el currículo congoleño, o pagar para ir a escuelas informales. Pero la mayoría de estos niños no han ido a ninguna escuela, y sabemos que para los adolescentes suele ser difícil entrar en la escuela de primaria por su diferencia de edad y su madurez”.

De todas formas, dice Arsac, los jóvenes pueden ser más resistentes y adaptarse mejor que los retornados más mayores.

Para otros, la cura psicológica puede llevar más tiempo. Jules* de catorce años y nacido también en Tanzania de padres refugiados, parecía sorprendido al no haber encontrado soldados armados o disparos durante el viaje desde la frontera al centro de tránsito.

“Lo que sé sobre Burundi es que la gente tiene hambre y roba cosas, la gente viene a tu casa y coge tus cosas, hay una guerra continua”, dice.

Jules admite con sinceridad que tenía miedo de volver y que habría preferido quedarse en Tanzania como refugiado.

Después de 24 horas en Burundi, el lugar que ahora será su hogar, Jules reconoce con una sonrisa que “es un bueno volver”, pero añade rápidamente: “el problema es que la guerra siempre puede regresar”.

Arsac asegura que “la educación para la paz podría ser clave para ayudarles a sobreponerse de sus experiencias y para evitar la frustración, el enfado y la rebelión. Es realmente importante cuidar a los adolescentes tan pronto como sea posible porque son el futuro de Burundi”.

Si bien el primer objetivo de ACNUR es garantizar los derechos y el bienestar de los refugiados, su fin último es el de ayudarles a encontrar soluciones duraderas que les permitan reconstruir sus vidas en un entorno digno y seguro.

Existen tres soluciones duraderas distintas: la repatriación voluntaria, en la cual los refugiados pueden regresar en condiciones de seguridad y dignidad a su país de origen; la integración local, en la cual el país de asilo ofrece residencia; el reasentamiento, en el cual los refugiados son transferidos del país de asilo a un tercer Estado que está dispuesto a admitirles de forma permanente.

Aunque no hay una jerarquía formal entre estas soluciones, la repatriación voluntaria es la solución preferida por la mayoría de los refugiados; normalmente suele ser la solución más adecuada en la mayoría de situaciones, aunque las tres soluciones son complementarias.

*Se omiten los apellidos de los menores por motivos de protección.

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En el Comité español de ACNUR recaudamos fondos para atender las necesidades de las personas refugiadas y desplazadas más vulnerables, apoyando los programas de ayuda humanitaria de ACNUR (nutrición, atención médica, agua potable y saneamiento, educación, refugio e infraestructuras básicas, asistencia legal y protección internacional).

En la actualidad, 34,4 millones de personas reciben la asistencia de ACNUR en más de 120 países. www.eacnur.org

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