Brindis sorpresa con cerveza por David Bowie

Ferrol, 27 oct (EFE).- Se confiesa seguidor acérrimo del fallecido intérprete de Brixton y ahora ha unido dos de sus pasiones en una botella, la cerveza que él mismo lanzó hace ya un lustro y el rayo que no cesa de David Bowie.

Es Alberto Castro, uno de los socios fundadores de La Ferrolana, una firma que desde 2015 se propuso abrir brecha en el mercado del “producto de calidad y de cercanía”. Ahora cuenta a Efe que el capricho de aunar bebida artesanal y música de vanguardia es un sueño hecho realidad.

Es la Oatmeal Stout Dust, una “cerveza negra con mucha avena en la elaboración” que dio el salto al mercado este mismo mes de octubre. “La receta ya estaba hecha, el año pasado la preparamos en barril; hicimos unos lotes y este año teníamos preparada la sorpresa de la botella, nos la había pedido mucha gente”, asegura el emprendedor.

Desde el corazón de la ciudad de Ferrol, se prepara para destapar el secreto que esconde el envase, al que se llegó tras un proceso “laborioso”.

Castro quiso “mejorar la receta, gustaba con toques más torrefactos”, y pulir el diseño, “una sorpresa en la que alguna gente no se ha fijado todavía”. Ese “guiño” se ve solamente “una vez que se vacía” y es entonces cuando “se desvela un mensaje oculto”.

El cliente comprueba que en la “botella transparente sale nuestro logo con el rayo de Bowie y unas estrellas”, ni más ni menos que culminar una vieja intención: “Decíamos que algún día teníamos que hacer algo así y al final lo hemos hecho”.

El promotor de La Ferrolana, que cree que al autor “le habría gustado”, no deja pasar un detalle: su último disco, “Blackstar”, no solo incluyó premoniciones sobre el futuro más inmediato del vocalista. “En la edición en vinilo también había mensajes ocultos si lo ponías a la luz, hay muchos que todavía están descubriendo cosas”, sostiene el cervecero.

Pero, claro está, se trata de vender y estimular el apetito mental del usuario, así que no sabe “si es mejor decirlo” o mantener la incertidumbre.

En tiempos de alerta sanitaria, Alberto Castro reconoce que en su empresa tienen “mucha suerte”, en gran medida por una venta en línea que ya tenían “bastante avanzada”.

Incide en que quien “quiere este producto lo busca donde sea” pese a que la covid-19 haya cambiado dinámicas de consumo y haya centrado el gasto cotidiano en buena medida hacia la alimentación convencional. Más cerca del ámbito gourmet, opina que están “sobreviviendo, pero no nos podemos quejar”.

Acostumbrado a que Ferrol sea una ciudad con “mucha cultura del vino”, su máxima suena a gancho publicitario: “A mejor cerveza, mejor negocio; siempre”.

Y eso que hay “cientos de estilos de cerveza”, por lo que es partidario de que los descubridores “poco a poco vayan viendo” hasta llegar a la meta deseada, a su bebida ideal. Conocedor del sector, afirma que se “puede estar años probando cervezas y siempre te vas a entender”.

Una marca pequeña, pero Castro valora que ya es “bastante fácil encontrarla en tiendas, bares y algunos supermercados”, como las grandes cadenas representadas en la zona. “Paradójicamente, nuestra marca está creciendo en volumen de producción”, dice a pesar de las restricciones que aprietan a toda España.

Si Bowie estrenó “Space Oddity” días antes de que el hombre pisase la Luna, qué podrá hacer la nave espacial de La Ferrolana con malta, agua, lúpulo, levadura y una pizca de ilusión.

Raúl Salgado