Cuesta reclama una memoria justa para las víctimas que las rescata del olvido

San Sebastián, 27 mar (EFE).- Cristina Cuesta, hija del delegado de Telefónica Enrique Cuesta asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en San Sebastián en 1982, ha reivindicado para las víctimas una “memoria justa” que las “rescata del olvido” y ha destacado el “ejemplo social” que han dado con su comportamiento.

Cuesta se ha manifestado en estos términos en el acto de colocación de sendas placas en memoria de su padre y el escolta Antonio Gómez a la altura del número 22 de la avenida Sancho el Sabio de la capital guipuzcoana, el lugar donde fueron tiroteados el 26 de marzo de 1982.

En el atentado, Enrique Cuesta, riojano de 54 años, murió en el acto mientras que Antonio Gómez, policía nacional, de 24, resultó herido de gravedad y falleció cinco después, cuando su hijo Javier, tenía tan solo tres meses.

Javier Gómez y su madre, Pepi Gutiérrez, han vuelto por primera vez en 39 años a San Sebastián para asistir al acto organizado por el Ayuntamiento de la ciudad que ha contado con la asistencia de representantes de todos los grupos municipales salvo EH Bildu, por expreso deseo de las familias.

Elena Cuesta y Pepi Gutiérrez, junto con su hijo Javier Gómez, han depositado, pasados unos minutos de las 12.00 horas, ramos de flores blancas sobre las placas con las inscripciones de los asesinados.

Cristina Cuesta, una de las fundadoras de los colectivos “Basta ya”, “Denon Artean” y del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) en 1998, ha señalado que es “un día muy emocionante” por compartirlo además con la familia de Antonio Gómez, “policía nacional que fue asesinado cuidando y protegiendo” a su padre.

“Es emocionante coincidir con vecinos donostiarras. Quiero pensar y lo siento así, que estamos todos representados, unidos en la defensa de la memoria y de la justicia de las víctimas”, ha señalado Cuesta, quien ha agregado que “aquí solo faltan los asesinos y los que todavía siguen justificando el crimen”.

Ha afirmado que le gustaría que las placas “sirvieran para que muchos ciudadanos, donostiarras especialmente, se preguntaran qué hicieron o qué dejaron de hacer” cuando se asesinaba a 99 personas de distintos grupos terroristas, 96 de ellas por ETA y grupos afines.

Ha recordado que 61 profesionales de los cuerpos y fuerzas de seguridad y militares fueron asesinados en la capital guipuzcoana “por defender” a los ciudadanos y “por contribuir a lograr” lo que hoy existe, “con todas las deficiencias y lo mucho que queda todavía”, que es “un Estado de libertad y de seguridad”.

Ha remarcado que las víctimas del terrorismo “han demostrado” con su comportamiento “parar la cadena del odio, neutralizar la violencia y dar un ejemplo social de inmensa magnitud”.

Cuesta ha dedicado a todas ellas el “momento tan especial” del homenaje “por lo que tiene de social” y de “reivindicación de una memoria justa que humaniza a las víctimas, que las rescata del olvido”.

En los mismos términos se ha manifestado Javier Gómez, que ha considerado que el acto es “un paso más hacia la memoria” y la “reconciliación” de la sociedad vasca y la española además de “un paso más hacia la paz”.

El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, ha indicado que ha sido un reconocimiento “sencillo pero sincero” a dos personas que perdieron la vida “de forma absolutamente injusta” cuyo recuerdo quedará plasmado en las losetas “dando testimonio de que faltan”.

Goia ha señalado el “enorme significado” que tiene el hecho de que la viuda de Antonio Gómez haya vuelto por primera vez en 39 años porque ha tenido la oportunidad de “hacerle llegar” que la ciudad “sigue manteniendo vivo el recuerdo de quien era su marido”. EFE

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