El MACBA entra en “ACCIÓN” rastreando la performance de la España de los 90

Barcelona, 10 jul (EFE).- En plena pandemia de coronavirus, con múltiples dispensadores de hidrogel y recomendando al público que vaya con sus auriculares, inaugura este viernes el MACBA la exposición “ACCIÓN. Una historia provisional de los noventa”, con la que rastrea la performance en la España de aquella década.

Obras como el “Muskeleton”, la prótesis de control corporal que utilizó Marcel·lí Antúnez para “Epizoo”; un piano de Oscar Abril Ascaso, que sólo pueden tocar los que no saben tocar este instrumento, o los 180 transistores de “El ojo del silencio”, del canario José Antonio Sarmiento, son algunas de las obras que se exhibirán hasta el 7 de febrero de un centenar de artistas de varias generaciones.

El director del centro y cocomisario de la muestra, Ferran Barenblit, ha explicado en rueda de prensa que en esta ocasión ponen el foco en “un momento de la historia que es particularmente relevante”, con unos artistas que emergen a partir de 1985 y releen el legado dejado por sus predecesores de los años sesenta y setenta.

Este legado, a su juicio, “lo llevan hacia el espacio de la performance”, tal como queda constatado en este proyecto en el que se pone de relieve la “recuperación de prácticas relacionadas con el cuerpo humano”, lo que también se ha llamado “arte de acción” y, que en su momento, se expresaba en ámbitos muy restringidos, pero con una gran interacción con la audiencia.

Barenblit ha circunscrito la década entre la caída del muro de Berlín en 1989 y el derribo de las torres gemelas en 2001, un período “que como todo en la historia está más marcado por la destrucción que por la construcción”.

La generación protagonista, en un momento de muchos cambios, en el que, al principio, todavía no había ni internet ni teléfonos móviles, acaba inmersa en “el capitalismo neoliberal” y buscando “espacios de trabajo de acción y performance”.

La cocomisaria Aída Roger ha apuntado que se trata de “una comunidad artística muy sólida, muy comprometida políticamente desde diferentes actitudes y lenguajes, con ganas de crear en la esfera del arte un espacio de reflexión crítico, que se había desactivado en los ochenta”.

El legado que han trasmitido a las jóvenes generaciones que beben de ellos, en ocasiones “sin saberlo”, es “ético-estético”, lo que tiene su importancia “en un momento como el actual de pandemia”.

Exposición densa, muestra mucha documentación y material audiovisual inédito, que se ha recuperado especialmente para esta iniciativa, en la que se ha contado con el asesoramiento de Oscar Abril Ascaso, Joan Casellas, Nieves Correa y la contribución de Marta Pol Rigau.

En una de las salas se reconstruye de forma “fiel” la exposición “Acción directa”, que organizó Joan Casellas en 1996, a partir de su “Archivo Aire”, con centenares de imágenes, que fue realizando a partir de 1992 en las que muestra cómo se vivía aquella escena desde dentro, porque fotografiaba a los artistas y sus obras.

En otro momento del recorrido, los madrileños de Circo Interior Bruto, colectivo formado en 1999 en un espacio autogestionado del barrio de Lavapiés, plantean una experiencia en directo, un proceso de creación colectiva en abierto, a través de pantallas y micrófonos, de manera que el público podrá interactuar con ellos.

Otras piezas a resaltar son los “Epítomes” de Pere Lluís Pla Buxó, unos diagramas que releen la historia del arte, así como las piezas de Antonio Ortega o el “abecé” de la performance de Rafael Lamata y Jaime Vallaure que repasa en 35 minutos sus códigos, lenguajes y estrategias.

Otros artistas que tienen su peso en esta exposición son los miembros de Accidents Polipoètics, Joan Brossa, el colectivo C-72R, Enric Casasses, el Espacio de Arte Excéntrico, el grupo Los Rinos, Albert Vidal o Zush.

Joan Casellas ha rememorado que cuando el MACBA cumplió diez años dijo que el museo “era el nombre de una canción, con un fondo de música y, ahora, gracias a 'ACCIÓN', se ha abierto un libro en el que se pondrá la letra”.