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El metro de Moscú levanta el veto a las maquinistas

El metro de Moscú levanta el veto a las maquinistas
Moscú —

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Moscú, 3 may (EFE).- Hasta hace poco tiempo su profesión estaba vetada para las mujeres en Rusia, pero ahora María ya puede sentarse a los mandos de un tren de metro y asegura que ellas pueden hacer los mismos trabajos que sus compañeros varones.

“Las mujeres son tan personas como todos los demás”, dice con una sonrisa María Yákovleva durante una entrevista con Efe en uno de los vagones del metro de Moscú, su lugar de trabajo desde el pasado 3 de enero.

La joven, de 22 años, es la primera maquinista en conducir un tren del metro moscovita, uno de los más extensos y concurridos del mundo, después del levantamiento del veto que prohibía contratarlas a ellas para ese puesto.

“Las mujeres pueden decidir por sí mismas qué es lo que pueden hacer y qué no”, insiste la flamante conductora de trenes.

MENOS PROFESIONES VETADAS DESDE 2021

La prohibición, que rigió durante varias décadas, se debía a una amplia lista de profesiones vetadas al sexo femenino en este país, que las autoridades accedieron finalmente a reducir a partir de 2021.

Así, fueron eliminadas las restricciones más sonadas, que las impedían a ellas trabajar como maquinistas de trenes eléctricos, camioneras, marineras o mecánicas de coches y la lista se redujo drásticamente de 456 profesiones a 98.

Con todo, las rusas siguen sin poder ejercer de bomberas, conductoras de excavadoras, buzos o mineras, entre decenas de otros oficios, al ser considerados estos trabajos como peligrosos para su salud.

EL METRO, ENTRE LOS PRIMEROS EN IGUALDAD

María, que de pequeña soñaba con ser piloto de aviones, sostiene que durante el curso de formación, que duró nueve meses, así como el posterior trabajo diario, las mujeres reciben el mismo trato que sus compañeros varones.

“El trato es el mismo para todos y las exigencias también. Es una empresa seria. Aquí hay que tener conocimiento y pericia”, asegura.

La joven cuenta que llegó al metro tras graduarse de una escuela ferroviaria.

“Mi abuelo era un trabajador ferroviario y quise seguir sus pasos”, explica la maquinista.

EL PRIMER GRUPO

Tras conocerse que Rusia abriría más de tres centenares de profesiones a las mujeres, el metro lanzó unos cursos de capacitación de maquinistas al que se apuntaron jóvenes que ya estaban haciendo prácticas en el suburbano.

Del primer grupo de 25 mujeres, solo poco más de diez pudieron superar todas las pruebas y obtener el derecho de conducir un tren de metro.

Al mismo tiempo, si el primer grupo piloto estaba formado solo por mujeres, los posteriores cursos ya son mixtos, dijeron a Efe en el metro moscovita, donde agregaron que en la actualidad hay otras diez jóvenes que se forman como maquinistas junto a sus compañeros varones.

La idea es, señalaron en el suburbano, que con el tiempo los cursos se abran a todas las aspirantes, independientemente de si cuentan con una experiencia de trabajo en el metro o no.

LAS MAQUINISTAS VUELVEN AL METRO

Las maquinistas llegaron a formar parte de la plantilla del metro de Moscú en los tiempos soviéticos, sobre todo, durante y después de la Segunda Guerra Mundial, en sustitución de los hombres que marcharon al frente para luchar contra el nazismo en filas del Ejército Rojo.

Es entonces, cuando muchas rusas comenzaron a desempeñarse en varios puestos que hasta entonces estaban reservados únicamente para los hombres.

No obstante, en los últimos años de la URSS una ley puso fin al empleo de mujeres como maquinistas.

Es por ello, que los pasajeros del antiguo suburbano, que este mayo cumple 86 años, se llevan una sorpresa al ver a una mujer en el puesto de mandos de un tren y muchos no pueden evitar fijar su mirada en la conductora.

“Las reacciones de los pasajeros son distintas. Unos se sorprenden. Otros se paran a mirar y sonríen”, dice la maquinista.

Eso sí, pese a la prohibición vigente durante cuatro décadas, unas pocas continuaron trabajando como maquinistas del metro de Moscú hasta su jubilación en las décadas de los 2000 y 2010 al no tener la normativa un efecto retroactivo sobre las contrataciones anteriores.

La última de ellas, la veterana Natalia Kornienko con más de 30 años de experiencia como conductora de trenes, dejó su puesto en 2014 tras haberse convertido en toda una institución.

Anush Janbabian

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