Ribera urge “acortar brecha” entre la ciencia y comunicación ante temporales

Madrid, 26 ene (EFE).- La borrasca Filomena, que durante los primeros días de enero afectó a amplias zonas del país, puso al descubierto la necesidad de “acortar la brecha” entre la ciencia y la comunicación social, ha asegurado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

Ribera, quien ha comparecido este martes a petición propia en la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Congreso en relación a la borrasca Filomena y las competencias de su Ministerio en materia de energía, ha abogado por la necesidad de “mejorar la comprensión por parte de la sociedad sobre las consecuencias de estos fenómenos en infraestructuras, sectores económicos y en nuestra vida cotidiana”.

“Debemos trabajar para reducir esa brecha, aunque eso no significa que vayamos a eliminar nuestras vulnerabilidades a los impactos meteorológicos climáticos, pero sí las reducirá de forma muy significativa”, ha apuntado la titular de Medio Ambiente.

Durante su comparecencia, la vicepresidenta ha incidido en el fortalecimiento de “las herramientas de anticipación, resiliencia y reducción”, un hecho que “forma parte de la estrategia de las prioridades que se impulsan no sólo desde el Gobierno”, pues es algo en lo que “estamos esencialmente de acuerdo todos los responsables institucionales y los representantes de la sociedad”.

El 2021 ha iniciado de forma “contundente” las llamadas de atención en torno al cambio climático y a la necesidad de impulsar la transición energética, ha declarado Ribera, quien ha recordado que el año ha arrancado con dos fenómenos meteorológicos extremos consecutivos absolutamente inusuales en nuestras latitudes.

El primero la borrasca Filomena, que ocasionó un gran impacto a su paso con nevadas excepcionales, y que es muy probable, de que se trate de “la peor nevada en la capital en más de cien años”, tanto por su intensidad, en 24 horas, como por espesor acumulado, ha detallado la titular de medio ambiente.

Después de la borrasca la inmediata llegada de una ola de frío convirtió en hielo lo que era nieve y dejó unas mínimas muy destacadas, especialmente el día 12 de enero, momento en el que se produjo la “máxima afectación del frío extremo en estas latitudes”, ha asegurado.

Estos episodios, ha indicado Ribera, refuerzan la inquietud por los efectos del cambio climático y nuestra capacidad de adaptación y nos enseñan hasta qué punto es importante contar con un buen sistema de observación, de predicción, de alertas, de comunicación, de ciencia y de entendimiento social para construir sistemas económicos resilientes.

Por ello, ha observado la ministra, resulta preciso mantener la inversión o incrementarla en la observación y modelización“ de tal modo que ”dispongamos de datos precisos en las distintas áreas de aplicación, que se adapten a los requisitos de los usuarios y nos permitan entender y conocer el estado de la atmósfera y los fenómenos que en ella se desarrollan“.

Es necesario “fortalecer las redes de información”, como ya lo hace la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) con centros de predicción de medio y largo plazo, además de invertir en conocimiento, en sistemas de alerta y, sobre todo, en sistemas de divulgación“, ha recalcado Ribera.

La ministra, que ha hecho referencia a la conmemoración hoy del Día Mundial de la Educación Ambiental, ha definido la educación relacionada con el medio ambiente como “algo más que el contenido reglado en el currículum académico de nuestros hijos o jóvenes”.

Se trata también, ha dicho Ribera, de “entender la complejidad de fenómenos importantes para nuestras vidas y sus consecuencias en el capital natural y económico”, así como de “construir resiliencia para disminuir los costes asociados a este tipo de impactos”.