Castañas, excusas para degustar los vinos herreños

Castañas asadas en la Tafeña del Hierro. (Romina Cabeza Izquierdo).

Romina Cabeza Izquierdo

Si por algo se diferencian nuestras islas, es por la gran cantidad de tradiciones que invaden cada uno de sus pueblos y barrios. Cada una de ellas vienen marcadas en nuestro calendario por una fecha, este es el caso de la conocida Tafeña de El Hierro que da la bienvenida al mes de noviembre. Una antigua costumbre que en su comienzo era un encuentro entre los viticultores para saborear el vino nuevo, por lo que guitarra y timple en mano iban de bodega en bodega.

Degustación de caldos

En la actualidad, y aunque este hecho en concreto haya quedado atrás, la costumbre se sigue manteniendo. Parte de esta responsabilidad recae en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Vinos de El Hierro que se encarga de reunir a amigos, familiares, vecinos, viticultores y autoridades en la Cooperativa Agrícola del Campo del municipio de La Frontera para llevar a cabo esta celebración tan querida esperada por todos.

Se trata de un encuentro en el que el papel protagonista lo tienen los vinos de la isla, pero también las castañas, que acompañará la degustación de estos caldos, por lo que sin duda alguna, estamos ante una forma de celebrar los diversos frutos que produce la tierra herreña.

El mes de los vinos

Desde días previos a la festividad comienzan los preparativos, como es la selección de las castañas y del vino de temporada que se acompañará con música tradicional, junto a grupos de baile, para animar una velada cargada de tradición, encuentros y recuerdos.

Una jornada en la que todos los asistentes pueden degustar estos productos obtenidos de la naturaleza y que forman parte de las múltiples actividades que se llevarán a cabo dentro del programa Noviembre: mes del vino en el que también se realizarán excursiones guiadas por las diversas viñas de El Golfo y donde se explicará la historia de mencionados viñedos, además de master class o cata de caldos, entre otros muchos actos. Y todo dedicado a ellos, a los protagonistas de este mes de noviembre, los vinos.

Precisamente de los caldos herreños, de su elaboración y proceso, sabe bien Alfredo Hernández, técnico del Consejo Regulador Denominación de Origen Vinos de El Hierro.

– Alfredo ¿Qué diferencia al vino herreño del resto? ¿Qué peculiaridades podemos afirmar que tiene?

– Las peculiaridades son muchas, lo que diferencia al vino herreño del resto de vinos canarios es la diferenciación. Tenemos vinos hechos con varietales que son propios de la isla y posiblemente tengamos la riqueza varietal más amplia, la mayor biodiversidad en cuanto a uvas de Canarias se refiere. Por ahí comienza la diferenciación de los vinos. Se cuenta con variedades que dan alto grado, alta acidez en relación a otros lugares.

– ¿Qué comentarios sueles recibir la primera vez que alguien degusta un vino herreño?

– Para empezar, el vino herreño hay que entenderlo. Siempre se debe tener en cuenta de quién puede venir ese comentario, en el caso y cuando llega de aquellas personas que ya son expertos en la materia, lo suelo apreciar mucho.

Quiero destacar que las personas que se inician con vinos afrutados o con restos de azúcar, en esa gama, no tenemos las variedades que se pueden dar en otras islas, como puede ser la malvasía aromática de La Palma. Tampoco trabajamos con moscateles, pero sí que tenemos esa acidez en nuestros vinos que los hacen realmente únicos.

Nosotros vivimos en un isla de 284 kilómetros cuadrados, donde tenemos un clima continental, viñedos que se ubican tanto en la zona alta, como es El Pinar en el que en un día de verano se pueden alcanzar perfectamente los 38 grados, como bajar a Echedo y encontrar los 16 grados. Lo que te he comentado anteriormente, determina el tipo de variedad, por lo que el terreno y la altitud nos aportan todo. Somos una isla tan afortunada que la biodiversidad hace que en la zona de barlovento tengamos brijadiego blanco o los marmajuelos, mientras que en el sur predominen los babosos o el brijadiego negro. Una riqueza que tenemos doble, al verse compensada toda la isla en cuanto a viñedos nos referimos.

– Tal es la importancia que adquiere el vino en la isla de El Hierro, que hace unos días tenía lugar la conocida Tafeña…

– Sí, el protagonismo en esta celebración se lo lleva el vino, es la estrella. Desde hace muchos años se viene celebrando en la Cooperativa y el fin es dar a conocer a todos los asistentes los vinos del año y se acompaña con castaña.

– Ya hacías una referencia con anterioridad, pero ¿cómo son esos lugares donde se encuentran los diversos tipos de viñedos?

– En El Hierro tenemos la llamada viticultura heroica desde hace siglos, porque lo que no ha cambiado es el terreno, que se caracteriza por la situación de sus viñedos que están a un 30% de desnivel y con un cultivo en terrazas, debido a las pendientes. En el caso de El Valle del Golfo es más acusado, al existir un deslizamiento de ladera, pero también se encuentra este tipo de viticultura en El Pinar, aunque no es tan abrupta y en el caso de la zona sur se puede llegar a una altitud de los 500 metros, llegando incluso a los 1000 metros.

– En términos generales ¿cómo ha sido esta temporada?

– La temporada ha sido algo regular, en cuanto a producción, pero sólo estamos un poquito debajo de la media. Es verdad que venimos de un año donde hemos tenido problemas de floración por falta de frío, como fue el 2016.

Este año estamos rozando los 200.000 kilos, algo inferior a la media, pero la calidad de la uva ha entrado en muy buenas condiciones a las bodegas.

– En la actualidad encontramos un vino que ha experimentado un cambio a positivo a lo largo de los años, sumado a los nuevos viticultores que se han incorporado…

– Sin duda alguna. Ahora encontramos un vino que ha cambiado radicalmente, también lo ha hecho el mercado que es quien demanda y saborea ese vino. Hemos pasado de uno totalmente tradicional, a una gran gama.

El hecho que se den de alta nuevos viticultores es siempre una gran noticia, pues esto no solo contribuye a la economía, sino también al paisaje.

– Para finalizar ¿por qué recomendar el vino herreño a aquellas personas que no son amantes de estos caldos? ¿Qué les dirías?

– No tendría tiempo para decirte las mil y una recomendaciones, son muchas. Cuando uno toma el vino, también toma experiencia. Tenemos infinidad de valores que se añaden a nuestros vinos, como la gran riqueza varietal existente.

Nuestros vinos, tiene una acidez totalmente natural que hace que cuando te lo tomes tengas frescor en la boca y ganas de repetir nuevamente. Quizás el único talón de Aquiles esté en la gama de aromas, pero de resto lo tienen todo y de sobra.

– ¿Reciben formación, orientación o consejos los viticultores de la isla sobre como elaborar sus caldos?

– Sí, sin duda. Ellos son los que tienen todo el mérito porque es muy difícil trabajar esta tierra y hay que tener mucho amor a la viña para tener este tipo de producto en el mercado.

Una de las misiones que tenemos es la promoción, sin descuidar cualquier otro aspecto, pues siempre estamos ahí para resolver las dudas, así como que tratamiento aplicar.

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