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La sangría de los despidos empieza en Abengoa con absoluta opacidad en la empresa

Sede de la compañía en la calle Energía Solar de Sevilla / Foto: Abengoa

Olga Granado / Javier Ramajo / Alejandro Ávila

La multinacional Abengoa ha reconocido ya reducción de plantilla y trasvase de equipos por su plan de reestructuración pero la desinformación y la incertidumbre entre sus miles de empleados continúa 20 días después del preconcurso de acreedores, presentado para forzar una nueva negociación con los bancos. La falta de detalle también alcanza a los sindicatos, que se han reunido con representantes de la multinacional en Madrid para recabar el máximo de información posible, a sabiendas de que la falta de sindicación, principalmente en la sede central de Palmas Altas, corazón de la firma nacida en Sevilla, impide conocer a ciencia cierta cómo afectará la situación financiera de Abengoa y sus consecuencias.

De todas maneras, CCOO-A y UGT-A han confirmado este martes que la situación es “crítica” y, tras la reunión con la dirección de la empresa, han hablado de unas 500 rescisiones de contratos, más las no renovaciones de los que están finalizando. Pero no pueden ser más concretos. “Es imposible que nosotros podamos conocer a cuántas personas han despedido o dejado de renovar”, apuntan fuentes de UGT-A a eldiario.es/andalucia, que admiten que de distintos departamentos han ido saliendo trabajadores porque se han quedado paralizados los proyectos, sobre todo contratos de obras y servicios.

“Pero la magnitud concreta la desconocemos a día de hoy (...). Cada empresa y grupo de negocio va por su lado. No nos enteramos de lo que pasa en el edificio de al lado”, apunta un trabajador, que, como todos, prefiere no identificarse por el “miedo” que atenaza a una plantilla no acostumbrada a tener representantes que defiendan sus derechos.

La pelota para el Gobierno de la Nación

La envergadura de la situación merece que el Gobierno de Andalucía, junto a los agentes sociales, tengan “un encuentro con todas las partes afectadas”, a juicio de los principales sindicatos. “El impacto que puede tener esta crisis en el empleo en nuestra comunidad autónoma, no sólo por Abengoa, sino por toda la industria auxiliar, merece que la autoridad laboral nos convoque”, insiste el secretario general de CCOO-A, Francisco Carbonero. Pero desde la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio han subrayado que no está previsto hacerlo, por el momento, porque “no se ha presentado un ERE” (expediente de regulación de empleo), según apuntan fuentes de este departamento.

De hecho, la estrategia del PSOE-A, partido que gobierna en Andalucía, pasa por poner la pelota en el tejado del Gobierno de la Nación, a la hora de afrontar esta crisis. Lo decía este lunes el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, preguntado por el hecho de que la Junta no haya convocado a los principales sindicatos. “Pienso que es lógico y solidario que estemos en el pellejo de todos los trabajadores de Abengoa que no saben lo que va a pasar”, valoraba, para apelar a un compromiso del PP en el marco de “esa recuperación de la economía que tanto pregona, que se vendría al traste si deja caer a esta empresa, que tiene futuro”.

La información que llega a los sindicatos y a los medios de comunicación es con cuentagotas, especialmente desde Palmas Altas, que alberga a 3.000 de los 4.000 trabajadores que Abengoa tiene -o tenía porque no informa del impacto de los despidos- en Andalucía. Una fortaleza inexpugnable para los sindicatos -reconocen que sus afiliados son “clandestinos”- y que sus propios trabajadores llegaron a bautizar como Palmatraz para referirse a las dificultades que encuentran para defender sus derechos. Si se confirman esos 500 despidos en la central, supondría casi el 20% de la plantilla.

CCOO-A apunta que las salidas de trabajadores se están centrando en los eventuales a los que no se le están renovando porque su labor se asocia a “programas sin viabilidad”, en la matriz y en las empresas participadas. El sindicato plantea la creación de un grupo de trabajo para “abordar la cuestión más a pie de obra” y “profundizar” en las circunstancias, analizando “escenarios concretos” y previendo la posibilidad de recuperar algo de trabajo a futuro.

Las fuentes sindicales advierten también, además de la cuestión laboral, de “problemas con repuestos, herramientas...” en la relación con los proveedores, por ejemplo en Eucomsa, donde CCOO sí que tiene representación. “Con carácter general, Abengoa es una empresa opaca en sus relaciones con los trabajadores y con sus representantes. No es el mejor de los escenarios para hacer propuestas, pero ahora mismo estamos en la etapa primera del problema y lo primero que queremos es saber, saber y saber”, continúan las mismas fuentes.

Los empleados, desanimados y sin información

Empleados consultados por este periódico, que prefieren mantener el anonimato por temor a posibles consecuencias, corroboran la desinformación. Se enteran sólo a través de las situaciones personales que están viviendo, principalmente en Palmas Altas. “Aquí no se está renovando a la gente con contrato temporal y se está despidiendo prácticamente todos los días. Cada día comunican a varias personas que no les renuevan”, apunta una trabajadora.

“Nadie hace nada, nada de nada, y y no existen sindicatos. Está todo el mundo desanimado, porque además no tiene pinta de solucionarse esto y, aunque se arregle, seguirán echando a gente”, comenta otro empleado en una ciudad como Sevilla en la que todo el mundo conoce a alguien que trabaja para Abengoa y por tanto no es complicado que lleguen estos testimonios.

Otro trabajador también reconoce que la movilización interna brilla por su ausencia: “Por lo menos en mi grupo de negocio, no hay actividades de ningún tipo. Es como si pareciera que no pasara nada”. Le secunda otro compañero: “Están echando a gente prácticamente todos los días de diferentes empresas y grupos de negocio (...). Se está repatriando a la gente que está en Chile y que el día 1 de enero deberían estar ya de vuelta. Están repatriando a la mayoría de los que estaban expatriados”.

Se da la paradoja de que el jefe de recursos humanos de Abengoa, que se ha distinguido por la dureza en su política de personal, implantado condiciones laborales a sus trabajadores que han llevado a bautizar a su principal sede como Palmatraz, es Álvaro Polo, responsable de relaciones laborales de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), y por tanto el principal interlocutor de administración y los sindicatos en este tema. Queda, pues, mucho para saber sobre la sangría laboral que se está produciendo en Abengoa, y si la multinacional está dispuesta a romper su tradicional opacidad o, como dice uno de sus trabajadores, “les están contando milongas a los sindicatos”.

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