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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

SOS para la Ayuda a domicilio: trabajar sin la protección reglamentaria hasta notar los síntomas del coronavirus

La Diputación repartirá este jueves 10.000 mascarillas para el personal de Ayuda a Domicilio

Néstor Cenizo

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Las trabajadoras de ayuda a domicilio, en su mayoría mujeres, desempeñan una de las profesiones esenciales que se mantienen estos días. Sin embargo, hasta ahora muchas están trabajando sin el material de protección obligatorio: llevan semanas reutilizando mascarillas y sin contar con batas desechables o gorros, según han denunciado las propias trabajadoras, asociaciones y sindicatos. Este miércoles la Junta de Andalucía anunció que ya estaba repartiendo por las provincias 100.000 mascarillas para este personal, pero desde la plataforma SAD aseguran que sigue llegando “con cuentagotas”.

Para algunas de ellas el material llega tarde. Este jueves corrió como la pólvora en el grupo de Facebook “Ayuda a Domicilio” el anuncio del fallecimiento de una auxiliar de dependencia en Madrid. Otras trabajadoras están pasando el coronavirus ingresadas o en su casa, y desconocen si sus usuarios han sido informados de que han podido estar expuestos.

Mariló Muñoz atiende al teléfono desde una planta del Hospital Regional de Málaga, donde espera a recibir el alta en pocos días. El 10 de marzo llegó a casa con fiebre, lo comunicó por teléfono a la empresa y al día siguiente ya no fue a trabajar. Según explica, la primera respuesta que recibió del SAS vía telefónica es que sufría una gripe. “Paracetamol, nolotil y en casa”. Las siguientes semanas las pasó con 38,5 grados de fiebre, hasta el 27 de marzo, cuando acudió al hospital porque le faltaba el aire. El test por coronavirus dio positivo.

Hasta el mismo día en que notó los síntomas, el 10 de marzo, Muñoz trabajó con normalidad y sin protección. Era asintomática, pero diversos estudios, como el liderado por Jeffrey Shaman de la Universidad de Columbia y publicado por Science, están alertando desde hace semanas de la importancia de los portadores asintomáticos en la propagación de la epidemia. Por eso, muchas trabajadoras de este servicio público (que en Málaga provincia prestan cinco empresas con contratos con el ayuntamiento de la capital y con la Diputación) temen convertirse en vectores de transmisión del virus.

Elisa Cortés, también malagueña, relata que la semana del 16 al 23 de marzo trabajó con dos de los tres usuarios a los que atiende normalmente. “Te dicen que no te arrimes a menos de metro y medio, pero cuando lo tienes que asear no puedes estar a esa distancia”, comenta. Los primeros días solo contaba con los guantes habituales, así que en casa de uno de sus usuarios llegó a utilizar una toallita húmeda sobre la nariz y la boca. Fue el 19 de marzo cuando recibió la primera mascarilla, según relata. El 23 recibió otra, desechable, para toda la semana.

Ese mismo día realizó un solo servicio y al llegar a casa de su hijo empezó a sentirse mal. “Por la noche me empezó a dar asfixia y fui al Centro de Salud, que me mandó al Clínico. Allí me dijeron que tenía los primeros síntomas del Covid 19, pero que no se le hacían analíticas a todo el mundo a no ser que estuvieras muy grave”. Desde el 24 está de baja, con paracetamol y un inhalador.

Tienen prohibido contactar con sus usuarios, pero aseguran que reciben noticias de ellos y que están bien.

Sin las medidas de protección establecidas

Hasta ahora, las trabajadoras de ayuda a domicilio se están viendo obligadas a lavar con alcohol o con agua caliente mascarillas que usan durante días, tal y como publicó este medio. Todo ello, a pesar de que el Acuerdo del 13 de marzo del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía las obliga a desechar guantes, mascarilla y batas en cada servicio.

El trabajo de estas auxiliares, que requiere una gran cercanía física con usuarios vulnerables, presenta un riesgo añadido: se realiza de forma itinerante, lo que incrementa las oportunidades de contagio. Cada trabajador puede llegar a prestar cuatro o cinco servicios diarios en diferentes domicilios.

Cada servicio implica una salida a la calle y, muchas veces, el uso de transporte público. Por eso, la Plataforma SAD (que aglutina a unas 6000 auxiliares en Andalucía) sigue exigiendo una reducción de su actividad al mínimo esencial: es decir, que presten la ayuda imprescindible (alimentación o aseo) a aquellas personas que lo requieren. Y que deje de prestarse ayuda no vital, como el acompañamiento o algunas tareas de limpieza.

Juan Carlos Navas, responsable de privadas del sindicato de sanidad y sectores sociosanitarios de Comisiones Obreras de Málaga, cree que los datos demuestran que no restringir los servicios a lo esencial facilita los contagios. A través de los comités de seguridad y salud de cada empresa, el sindicato accede a los datos de las bajas médicas por positivos, aislamiento o personal sensible.

En la última semana, los positivos en Málaga capital (donde el ayuntamiento no ha decretado los “servicios mínimos”, a pesar de que amagó con hacerlo) han sido diez, en contraste con los dos detectados la semana pasada. También ha habido 71 bajas por aislamiento, por 67 la semana pasada. En el resto de la provincia, donde se aplican servicios esenciales (descontando Marbella, Alhaurín de la Torre y Torremolinos), esta semana sólo se ha cursado una baja por positivo en coronavirus y 45 aislamientos (tres y 154 la semana pasada).

La Junta de Andalucía está repartiendo 100000 mascarillas

Este miércoles, la Junta de Andalucía aseguró que había comenzado a repartir 100.000 mascarillas para trabajadores de ayuda a domicilio, a través de las delegaciones de la Administración autonómica en las distintas provincias. Lo hace desde el lunes, según las fuentes consultadas, aunque el reparto sigue siendo insuficiente para garantizar que después de cada servicio se deseche el material, como marca la norma.

El jueves, la Diputación Provincial de Málaga anunció que ya había distribuido 14.500 de esas mascarillas: 4.500 a través del ayuntamiento de Málaga (que no ha decretado una reducción de servicios a lo esencial) y 10.000 a los trabajadores del resto de la provincia. Solo en la capital hay 5000 trabajadoras de ayuda a domicilio.

Sin embargo, en otras provincias el reparto ha generado tensiones. La Diputación de Huelva, gobernada por el PSOE, criticó el “caos” de la dispensa de mascarillas, realizada por algunos alcaldes onubenses incluso en municipios ajenos. José Manuel Alfaro, diputado de Presidencia, explicó que había trasladado este “desconcierto” al Comité de Coordinación y Seguridad en Andalucía.

Según informó Europa Press, Macrosad SCA, la empresa gestora del servicio de la Diputación de Huelva, ha presentado un escrito ante la Delegación de la Junta mostrando su disconformidad con el método de reparto. “Desconocemos qué uso se está haciendo de ese reparto de equipos de protección y a quién”. 

En algunas otras provincias, como Córdoba, las mascarillas llegan “con cuentagotas”, según denuncia Leonor Urbano, portavoz de Plataforma SAD, que agrupa a unas 6000 trabajadoras del sector. “A las que más suerte tienen les han dado una o dos batas”. Es la misma queja de otra trabajadora de la provincia de Granada. Ambas denuncian también el secretismo sobre compañeras infectadas. “No hemos tenido información desde que empezó esto. No nos cuentan nada. Llamé a los delegados de personal de las empresas y nada”. “Lo que más nos duele es que intenten callar a las auxiliares. Estamos acojonadas porque encima te amenazan si dices que has dado positivo”, completa la trabajadora granadina.

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